CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ante el patriarca del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Alberto Bailleres, el presidente Enrique Peña Nieto entregó anoche un reconocimiento a Felipe Calderón, su antecesor en el cargo, por sus supuestas contribuciones al desarrollo político, económico y social del país.
El reconocimiento de Peña a Calderón se produce a un año de que Bailleres, uno de los principales multimillonarios del país, recibió la medalla “Belisario Domínguez”, impulsada por las bancadas del PRI y PAN en el Senado, y cuando la esposa del panista, Margarita Zavala, busca ser la candidata presidencial.
La información fue publicada hoy como primicia por el diario capitalino Reforma, pero la Presidencia de la República y Peña Nieto nada dieron a conocer al respecto. Calderón, a su vez, agradeció el reconocimiento al ITAM, recibido en el marco del 70 aniversario de su fundación.
Agradezco mucho al @ITAM_mx por el reconocimiento otorgado esta noche, pero en especial por sus enormes enseñanzas. Felicidades!#ITAM70anos
El diario publicó una fotografía en la que aparece Bailleres flanqueado por Peña Nieto y Aurelio Nuño, secretario de Educación, y cerca de ellos Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la capital del país.
Calderón estudió una maestría en economía en el ITAM, y el premio que Peña le entregó se llama Carrera al Universo, la máxima distinción que esa institución brinda a un exalumno por su aporte al desarrollo del país.
Miguel A. Mancera saluda a Don Miguel Mancera
El Presidente @EPN da reconocimiento a @FelipeCalderon#ITAM70Años
Según la información del diario Reforma, que recogió testimonios de asistentes –porque la ceremonia se realizó de manera privada–, cuando Peña entregó a Calderón el reconocimiento en propia mano, “el auditorio respondió con una ovación. Ambos lucieron sonrientes, así como los integrantes del presidium”.
Justo cuando ya está en curso el proceso para la sucesión presidencial de 2018 y una de cuyas contendientes pretende ser Margarita Zavala, esposa de Calderón, se celebra este hecho en el ITAM, institución que es semillero de la alta burocracia federal en las más recientes tres décadas.
Esta es la primera vez que un presidente de la República entrega a su antecesor de otro partido un reconocimiento del ITAM, galardón que también fue entregado al gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, primer secretario de Hacienda de Calderón.
Bailleres, dueño del Grupo Ball y uno de los hombres más ricos de México, recibió el año pasado la medalla Belisario Domínguez en un proceso deslucido de principio a fin: Por primera vez desde que el Senado creó la presea, hace seis décadas, se rompió la unanimidad; sólo un voto –el de un perredista– evitó el rechazo, y la ceremonia de la entrega fue desairada por la mitad de los legisladores.
Pero sucedió algo peor: En el Senado se maquinó un fraude para alterar la votación y aumentar el número de senadores que se pronunciaron por honrar al tercer hombre más rico de México, dueño de múltiples negocios y beneficiario de la privatización del petróleo aprobada justamente por sus premiadores.
Los 65 votos computados en la sesión del 4 de noviembre –una raquítica mayoría de la mitad más uno– se convirtieron en 72. Siete sufragios de senadores aparecieron, repentinamente, en la versión estenográfica y en la votación oficial.
Eso también pasó con los votos en contra de otorgar el reconocimiento al magnate: De 12 pasaron a 13.
Se trata de una adulteración de la voluntad del Senado que presidía en ese momento el panista Roberto Gil Zuarth, egresado del ITAM, y cuya Junta de Coordinación Política estaba encabezada por el priista Emilio Gamboa Patrón, máximos jerarcas de ese órgano del Poder Legislativo federal y de quienes pudo venir la orden para cometerla.
La turbia operación de la triada PRI-PAN-PVEM para entregarle la medalla a Bailleres, que se otorga a los mexicanos que se han “distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente como servidores de nuestra patria o de la humanidad”, tuvo un desenlace sin lustre.
La ceremonia solemne del jueves 12 de noviembre fue desairada por casi la mitad de los senadores –la sesión se instaló con sólo 68 de los 128–, a tal punto que 21 de 38 panistas que votaron por él se ausentaron y también 11 de los 22 perredistas, cuyos escaños fueron ocupados por ujieres.
Miguel Barbosa, coordinador de los senadores del PRD, aseguró que la entrega de la Belisario Domínguez a Bailleres fue una orden de Peña Nieto.
“Tengo perfectamente claro que de Los Pinos se le hace al grupo parlamentarios del PRI una orientación política para galardonar a un empresario emblemático de ese sector y con ello mandar un mensaje de reconocimiento del poder hacia los empresarios”.
Para el perredista, el respaldo de la bancada del PAN a Bailleres –quien incrementó su fortuna en los sexenios de Vicente Fox y Calderón– es lógico, porque “este partido tiene un perfil político cercano al sector empresarial y este reconocimiento es también un asunto de concepción de país”.
Barbosa le dijo al reportero Arturo Rodríguez que en la ceremonia de premiación, los discursos de Bailleres y de su promotor, el senador Roberto Albores Gleason, fueron a favor del sector privado.
“Son discursos de empresarios para los empresarios. El reconocimiento del poder público, en este caso del Senado, es para los empresarios de México”.
Bailleres se hizo acompañar de los dos máximos jerarcas de la cúpula del sector privado: Claudio X. González Laporte, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, y el entonces dirigente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani.
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