ÁLVARO DELGADO
Cuando se conoció la liquidación que obtuvo de la Comisión Federal de Electricidad, Enrique Ochoa Reza habló de honradez; presumió incluso que él solamente se benefició de un “trámite interno ya establecido”. Sin embargo, documentos consultados por Proceso revelan que el paquetazo de liquidaciones benefició a más de una veintena de colaboradores de Ochoa y significó una erogación cercana a los 16 millones de pesos.
La honradez de Enrique Ochoa Reza quedó bajo sospecha por la liquidación de 1.2 millones de pesos que cobró tras renunciar voluntariamente como director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para presidir el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pero este abuso no fue el único: sus principales colaboradores recibieron, también de manera irregular, jugosos finiquitos.
Los 24 beneficiarios de estas liquidaciones y privilegios en la CFE –que suman casi 16 millones de pesos– fueron secretarias, abogados, administrativos y asesores de Ochoa Reza, entre ellos el presidente de la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI, Fernando Elías Calles, nieto de Plutarco Elías Calles, el fundador del Partido Nacional Revolucionario, precursor del Revolucionario Institucional, y responsable de sancionar las conductas de corrupción de sus militantes.
Documentos obtenidos por el reportero acreditan que, igual que en el caso de Ochoa Reza –autodenominado cruzado contra la corrupción en el PRI–, los funcionarios de alto nivel de la CFE no sólo no cumplían con la antigüedad para tener derecho a una liquidación, sino que renunciaron voluntariamente, pero la obtuvieron y la cobraron. Varios de ellos ya trabajan en ese partido.
Por ejemplo, la secretaria particular de Ochoa Reza, Myrna Yvet Torres Camacho, tenía sólo nueve meses de antigüedad en ese cargo en la CFE –del 15 de octubre de 2015 al 13 de julio de este año– y recibió dos liquidaciones por más de 2 millones de pesos: Una por 1 millón 263 mil y la otra por 832 mil pesos.
La jefa de la oficina de Ochoa Reza, Edith Nájera Andrade, también obtuvo una liquidación generosa: con dos años y medio de antigüedad –del 17 de febrero de 2014 al 18 de julio de este año–, recibió una liquidación de 1 millón 332 mil pesos.
Y la abogada Claudia Pastor Badilla, jefa de la Coordinación Nacional Jurídica, con dos años y cinco meses en el puesto, obtuvo un finiquito de 1 millón 108 mil pesos, como consta en los documentos oficiales de la CFE.
Uno de los principales asesores de Ochoa Reza, el exdiputado federal Ángel Artemio Meixueiro González, tenía una antigüedad de dos años y medio como jefe de la Unidad de Relaciones Institucionales de la CFE, pero cobró 1 millón 279 mil pesos de liquidación, un poquito más del millón 206 mil que obtuvo, también ya libres de impuestos, su jefe.
Hay un caso peculiar: el gerente de Desarrollo Social de la CFE, Francisco Javier García López, renunció al cargo el 2 de abril de este año –“por así convenir a mis intereses”, explicó–, y con dos años y 29 días de antigüedad no tenía derecho a liquidación, según la jefa del Departamento de Dictámenes de la CFE, Karime Slim Ruiz.
Sin embargo, este funcionario entró en el mismo paquete de liquidaciones de Ochoa Reza, en agosto, y recibió 908 mil 289 pesos. Exdiputado priista de Oaxaca, García López es actualmente coordinador de Giras y Eventos del Comité Ejecutivo Nacional del (CEN) del PRI.
El flamante secretario de Comunicación Social del CEN de este partido, Jorge Alberto Pérez Zamudio, también recibió liquidación en la CFE, pese a que trabajó menos de un año –del 24 de agosto de 2015 al 1 de agosto del actual–. Cobró 418 mil 762.
La corrupción somos…
Un mes después de estas liquidaciones en la CFE, de las que se conocía sólo la de Ochoa Reza por los documentos filtrados a través de Méxicoleaks, plataforma de la que este semanario forma parte (Proceso 2082), el presidente Enrique Peña Nieto afirmó, el 28 de septiembre, que todos los sectores de la sociedad han incurrido en corrupción.
“No hay alguien que pueda atreverse a arrojar la primera piedra. Todos han sido parte de un modelo que hoy estamos desterrando y queriendo cambiar”, expresó Peña hablando de los demás.
Esta afirmación la hizo Peña en medio de escándalos de corrupción y abuso de poder de exgobernadores del PRI y de su propio presidente, Ochoa Reza, quien renunció voluntariamente a la CFE, pero obtuvo una liquidación de 1 millón 725 mil pesos que, menos impuestos, quedó en 1 millón 206 mil.
Ochoa Reza alegó que su proceso de liquidación fue legal e idéntico al que se aplicó con sus predecesores en los más recientes 15 años, afirmó que él fue sólo un “sujeto pasivo” de un trámite interno de la CFE ya establecido. Aunque reconoció que su separación fue “voluntaria”, afirmó que la normatividad “no distingue” cuando ésta debe o no ser voluntaria.
La CFE estimó el salario diario de Ochoa Reza en 6 mil 809 pesos, lo que incluye, además del salario base, la ayuda para renta de casa, el fondo de ahorro, la prima vacacional, el aguinaldo, el fondo de previsión, el transporte, la despensa, la “compensación garantizada” y el bono.
Para justificar el pago de 253 salarios mínimos diarios, el dictamen se apoyó en la fracción segunda del artículo 33 del Manual de Trabajo para Servidores Públicos de Mando de la CFE.
Esta fracción establece que, al liquidar a los servidores públicos de mando, la paraestatal les debe 120 días de salario, más 35 días por año de servicios prestados, más otros 20 días por cada año laborado, bajo el concepto de prima legal de antigüedad. La suma, en el caso de Ochoa Reza, se elevó a 253.35 días.
Sin embargo, el abogado Manuel Fuentes Muñiz aseveró: dado que Ochoa Reza renunció a su cargo de manera voluntaria, la CFE debió aplicar la fracción primera del artículo 33, la cual se establece para los casos específicos de “separación voluntaria”.
Esta fracción prevé una liquidación de 20 días de salario por año de servicios para los trabajadores que renunciaron por voluntad propia. Incluye también un monto extra según la antigüedad del servidor público de mando, pero sólo para quienes cumplieron por lo menos tres años de labores en la CFE, lo que no fue el caso del actual presidente del PRI.
En este escenario, la CFE hubiera pagado a Ochoa Reza un finiquito equivalente a 48.49 salarios mínimos diarios; es decir, 330 mil 168 pesos brutos: 231 mil 118 pesos netos si se restan los impuestos.
Otros invitados al reparto
El privilegio de Ochoa Reza también lo quiso para sus principales colaboradores en la CFE, cuya publicidad la presenta como “empresa de clase mundial”, sobre todo quienes han trabajado con él desde que fue funcionario del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero también modestos asistentes.
Octavio Ernesto Alejo Nava, jefe administrativo de la oficina de Ochoa Reza y miembro de la Comisión de Ética Corporativa de la CFE, trabajó sólo 13 meses –del 1 de julio de 2015 al 8 de agosto pasado–, pero recibió 887 mil pesos.
Además de sus secretarias, los asesores de Ochoa Reza fueron los que obtuvieron los montos mayores en sus liquidaciones, según consta en los recibos de cobro, según la documentación que tiene Proceso:
Tres de sus asesores, que llegaron con él desde febrero de 2014 y hasta agosto de este año, cobraron liquidaciones distintas: Jesús Francisco Aguilar Pratt, 1 millón 263 mil pesos; Cecilia Monserrat Soto Huitrón, 771 mil; Rashide Assad Atala, 588 mil, y Cynthia del Carmen Chapa Montoya, 919 mil pesos.
La excepción en monto fue Fernando Elías Calles Álvarez, asesor también de Ochoa Reza, quien tenía una antigüedad de 18 meses y sólo cobró 110 mil pesos. Ahora es el responsable de desahogar las impugnaciones a la elección de su jefe y perseguir a corruptos.
Personal más modesto, adscrito a la oficina de Ochoa Reza, también recibió jugosas liquidaciones:
–Lorenzo Mosige Arellano, auxiliar técnico, cobró 370 mil, tras 14 meses de trabajo: de junio del año pasado a agosto del actual.
–Alicia Salinas Paz, auxiliar técnico desde diciembre del año pasado hasta el 19 de julio pasado, recibió 254 mil.
–Doris Pamela Martín Avalos, secretaria-asistente, sólo trabajó un año y cuatro meses –de marzo del año pasado al 25 de julio del actual y obtuvo 304 mil.
–Salvador Robledo Peñaflor, secretario-asistente, 337 mil pesos de liquidación tras laborar de febrero de 2014 hasta 19 de julio de este año.
–Alfonso Rodríguez Ramírez, secretario asistente, trabajó el mismo tiempo que su compañero anterior y cobró 343 mil pesos.
–Rosa Sheriza Calles Contreras, asistente durante dos años y medio, obtuvo una liquidación de 367 mil.
–Rubén Montes Ángeles, asistente también en el mismo lapso que el anterior, fue liquidado con 265 mil.
–Ana Karen Jaime Calzadilla, asistente durante el mismo periodo, se llevó 263 mil.
Otras cuatro personas recibieron también una liquidación, pese a que tenían si acaso un año de trabajar en la oficina de Ochoa Reza:
–Manlio Fabio González Garcés trabajó como supervisor del 1 de diciembre del año pasado hasta 19 de julio último y cobró 166 mil pesos.
–Jésica Chávez Osorio, secretaria que laboró medio año –del 18 de enero al 19 de julio– recibió 108 mil.
–Julio César Medina Villanueva, con puesto de secretario, entró a la CFE el 19 de octubre del año pasado y trabajó hasta el pasado 19 de julio, pero recibió 107 mil.
–Josué Marcelino Fragoso Villeda, con puesto de secretario, trabajó nueve meses y obtuvo 107 mil.
El Código de Conducta de los Trabajadores de la CFE, firmado entre la dirección general de la “empresa productiva del Estado” y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), establece textualmente:
“La Comisión Federal de Electricidad es una organización de vanguardia comprometida a mejorar la calidad del servicio que brinda a sus clientes. Hacer honor a este legado institucional requiere de un constante esfuerzo por alinear nuestras decisiones y acciones a los valores que sustentan nuestra cultura organizacional: integridad, responsabilidad y productividad.”
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