CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hay crisis económica, hay cambios en el gabinete, hay secuelas de la visita de Donald Trump a México, hay iniciativas “congeladas”, pero con 75 votos a favor, el pleno del Senado optó por aprobar el 21 de septiembre como “Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano”.
Con este título tan extenso, a iniciativa del senador Daniel Ávila Ruiz, titular de la Comisión de la Juventud y el Deporte, el pleno senatorial reconoció la lucha libre “como una actividad productiva, turística y generadora de empleos”, que además “permite obtener un ingreso a vendedores, fabricantes de máscaras, restauranteros, sastres, acomodadores, meseros y expendedores”, establece el dictamen.
La lucha libre era tan urgente de discutir que prácticamente todas las bancadas subieron a tribuna para fijar su posición a favor de tan noble actividad, que “constituye un proceso de aprendizaje que promueve la disciplina técnica, la salud corporal, la habilidad física, versatilidad y adaptabilidad”.
Los legisladores tardaron más en debatir este tema que en aprobar los nuevos nombramientos en la Secretaría de Hacienda y en el Sistema de Administración Tributaria.
El priista Jesús Casillas afirmó que la lucha libre es uno de los deportes “más emblemáticos de México”. Y Ana Gabriela Guevara, del PT, consideró necesario revisar las condiciones médicas y de seguridad social de los luchadores, mientras que el legislador Zoe Robledo, del PRD, subrayó que la lucha libre es un “símbolo que distingue a México” y forma parte “de una expresión de lo que es ser mexicano”.
A nombre de toda la bancada del PAN, Mariana Gómez del Campo se sumó al entusiasmo y dijo que la lucha libre es “más que espectáculo y deporte. Forma parte de la cultura y de la identidad nacional”, subrayó.
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