Como el resto de los jefes delegacionales electos, Ricardo Monreal tomó posesión el jueves 1 de su cargo en Cuauhtémoc, el centro neurálgico de la política nacional. Horas antes, en entrevista con Proceso, habló de la corrupción que, dijo, encontró entre los funcionarios
de la demarcación, del reto mayúsculo que plantea la delincuencia y de sus planes para dignificar y reordenar el comercio ambulante. El político zacatecano reconoce que uno de los mayores peligros para su gestión, y para su ambición de llegar a la jefatura de Gobierno en 2018, es ceder a las amenazas o a los sobornos.
Hace dos semanas, Andrés Manuel López Obrador invitó a una gira a Tlaxcala a Ricardo Monreal, jefe delegacional de Cuauhtémoc, cuyo territorio es el corazón político de la República, el mayor poder económico de la capital y el máximo polo cultural del continente.
–¿Y cómo vas? –le preguntó al victorioso candidato de Morena.
–¡Si yo hubiera sabido el tamaño de la podredumbre que hay en la delegación, no hubiera aceptado!
Aunque fue una respuesta entre en broma y en serio, Monreal afirma que no exagera: la delegación, que gobierna a partir del jueves 1, tiene una enraizada corrupción en todos los niveles, cuya radiografía preliminar exhibe también la degradación de un sector de la izquierda.
La compara con lo que hace casi dos décadas, en 1998, enfrentó como gobernador de Zacatecas: “Recibí un gobierno en agonía, con una gran corrupción, pero ésta es más grave. La delegación atraviesa por una etapa con dos vertientes: quiebra moral y quiebra económica; si se juntan, no hay mucho qué hacer”.
Pero lo debe hacer y mucho, enfatiza, porque la expectativa de quienes votaron por él es mayúscula, porque está decidido a cumplir lo que prometió y, si no lo hace, no tiene ningún posibilidad de éxito en su ambición expresa de ser jefe de gobierno en 2018.
“Si no logro cumplir esta expectativa, es mi tumba y el precipicio de mi prestigio personal”, admite Monreal, quien como jefe delegacional electo presentó cuatro denuncias ante el procurador general de Justicia del Distrito Federal, Rodolfo Ríos Garza, por la red de corrupción de altos funcionarios del gobierno del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
“No voy a permitir que el procurador les dé carpetazo”, advierte Monreal, y revela que le informó al jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, que presentará más denuncias. Se reunió con él justo antes de la entrevista con Proceso, el 30 de septiembre.
“Tuve la oportunidad de conversar con él, con quien tengo una relación de respeto y colaboración que quiero mantener, y le dije: ‘El tema de la corrupción es enorme’”, detalla Monreal. Reproduce el diálogo:
–Te pido de favor que gires instrucción al procurador para que le dé trámite y agilice las distintas denuncias que hemos presentando.
–¿Vas a presentar más? ¿Tienes más pruebas de hechos que puedan ser constitutivos de delito?
–Sí.
–Te garantizo que se va a actuar.
Confrontado en campaña con Mancera, a quien identificó como el artífice de la compra de voto contra Morena, Monreal quiere confiar en él – “lo creo auténtico en ese sentido” –, pero también anticipa que no permitirá el encubrimiento de quienes, como sistema, han saqueado a la delegación:
“No tendría autoridad moral si yo negocio, transo, y si digo: borrón y cuenta nueva. ¡Entonces qué sentido tiene ganar y que la gente tenga una esperanza de cambio! ¡Qué sentido tiene sustituir simple y sencillamente corrupción y convertirte en el nuevo ente corruptor!”
–¿Las corruptelas van a castigarse hasta los altos niveles o, como siempre, sólo a los de abajo?
–No valdría la pena tampoco si, como siempre, son chivos expiatorios, son peces pequeñitos, charales, y se deja a salvo a los grandes tiburones. ¡No, yo voy al más alto nivel! ¡Donde sea voy a presentar denuncias!
Pero la limpia en la delegación no es sólo de funcionarios del PRD, que gobernó la delegación desde 2000 y cuya primera delegada fue la senadora Dolores Padierna, esposa de René Bejarano –cuyo grupo fue factor para el triunfo de Monreal–, sino de otros líderes, por ejemplo del ambulantaje.
“A partir del 1 de octubre vamos a plantear una dignificación y un reordenamiento del comercio urbano ambulante. No voy a entregar un solo permiso hasta en tanto se reordene”, promete.
Y más aún. Revela que solicitó al Servicio de Administración Tributaria (SAT) información sobre cuentas bancarias de líderes de los ambulantes, en las que éstos depositan la cuota que se les cobra por hacer uso de espacios en la vía pública, y que estos recursos se entreguen a la autoridad delegacional.
“Es durísima esa petición. Tengo las cuentas donde depositan los ambulantes y estoy planteando con toda seriedad al SAT, primero, la información de cuánto (dinero) es y, luego, que se reintegre a la delegación, porque proviene de renta de espacios públicos”.
–¿Y le hará caso Luis Videgaray?
–Tengo números de cuentas donde los ambulantes depositan semana por semana. ¡Cuántas fortunas hay ahí! El SAT me lo tiene que dar. Soy gobierno, fui electo y lo voy a exigir.
En la mira está Alejandra Barrios Richard, líder de la asociación Legítima, Cívica y Comercial, A.C., que agrupa a más de 5 mil comerciantes informales. Barrios Richard fue rival de Monreal como candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
No se meta, delegado
Son las 17:00 horas del miércoles 30, faltan unas horas para que rinda protesta como jefe delegacional, y Monreal está ansioso de tomar posesión. Su oficina de la colonia Juárez –ubicada a 200 metros de la Secretaría de Gobernación y a 100 del Senado– es un hervidero de colaboradores, amigos, familiares y solicitantes de empleo.
Ahí anda Aliza Chelminsky, directora de Servicios Urbanos y quien en el gobierno de Vicente Fox fue jefa de la Unidad de Vinculación para la Transparencia de la Secretaría de la Función Pública cuyo titular en ese entonces, Francisco Barrio, fracasó en el intento de encarcelar “peces gordos” priistas.
También se apersona Nicolás Mollinedo, el jefe de logística de López Obrador cuando fue jefe de gobierno y quien ahora es responsable de limpia de la delegación de Monreal, cuyo segundo de a bordo es Pedro Pablo de Antuñano, director general Jurídico y de Gobierno.
Monreal sabe que hay quienes lo quieren “calar”. De hecho, le advirtieron que podría haber un paro de labores de los trabajadores de la delegación el día de su toma de posesión, temerosos de ser afectados por el programa de austeridad.
Le preguntó a líderes por qué la protesta si la reducción de 50% del salario es sólo para los mandos que llegan, y le dijeron que “por las dudas”. Les respondió: “Está bien, nada más que si hacen paro les voy a descontar el día”.
Nada pasó, pero hay otras acechanzas. Por ejemplo, los empleados que controlan los relojes checadores y los que solían vender alcohol en la vía pública le han enviado señales: “Primero en el tono del reparto del botín, y estas últimas semanas han sido: ‘No se meta’”, subraya.
Pero las amenazas más serias provienen de grupos delincuenciales: “Los distribuidores de droga, cárteles, sicarios, trata de personas, dueños de hoteles que tienen toda una red de prostitución, los giros negros, esos son. Esto no es un juego. Voy a decirlo: alguien se tiene que atrever a esto y yo estoy decidido a enfrentarlo”.
–¿Habrá reacciones?
–Seguramente. Pero si no nos enfrentamos a eso, no vale la pena. Yo no voy a ser simplemente un florero, un adorno o un quítate tú porque llego yo y ahora el gran corruptor y receptor de la corrupción soy yo. No valdría la pena.
–Pero podría pactar.
–¡No, no voy a pactar! Yo lo que planteo es: en la Cuauhtémoc, que es mi jurisdicción, no voy a transar, porque gobierno que transa, gobierno que se suicida.
–¿Y de su éxito en la delegación depende que pueda ser jefe de gobierno en 2018?
–También. Yo estoy muy claro que depende, en efecto, del ejercicio de gobierno y del cumplimiento de compromisos poder aspirar a ser jefe de gobierno. Si yo no tengo esa capacidad, no hay 2018 para mí.
“Tan sencillo como eso. Si no puedes con la delegación, sin autoridad moral ni política, envuelto en la misma podredumbre y corrupción que recibes, no tendría ninguna posibilidad de luchar por la jefatura de gobierno.”
Poder y miseria
A sus 55 años recién cumplidos, nacido en Plateros, Zacatecas, donde se ubica el santuario del Santo Niño de Atocha, del que es devoto, Monreal asume una de las principales delegaciones de la Ciudad de México, que es además superior, en términos políticos y económicos, a varios estados de la República.
Cuauhtémoc es la séptima economía del país, con 4.6% del Producto Interno Bruto (PIB) –Zacatecas llega apenas a 0.9–, y representa 20% de la producción de la capital, con el principal corredor bursátil del país y el Banco de México, donde están en curso seis proyectos de más de mil millones de pesos cada uno.
Pero la delegación Cuauhtémoc es, resalta Monreal, “el corazón de México”: aquí se asientan los tres Poderes de la Unión –en el Palacio Nacional, la Suprema Corte, el Senado– y también el mayor patrimonio cultural: el Centro Histórico, el Templo Mayor, la Catedral, el Palacio de Bellas Artes y otros 70 teatros y 70 museos.
“Esta delegación concentra la oferta cultural más grande de América, pero también, lamentablemente, somos líderes en narcomenudeo, trata de personas, robos a transeúnte, asaltos… Y algo más: ¡aquí viven casi 5 mil personas en situación de calle!”
En Cuauhtémoc –que tiene 600 mil habitantes, pero una población flotante de 5 millones de personas– se muestran los contrastes del neoliberalismo: “Hemos construido una oligarquía económica poderosísima y una base social de pobres, de una gran miseria, que ya invaden jardines, parques y edificios públicos”.
Pero también la contraparte tiene culpa: “En esta delegación es donde más se ha destruido el tejido social, donde el clientelismo y la política de cooptación practicada por un sector de la izquierda hizo estragos”.
Bejarano, Gutiérrez, el “Niño”…
El PRD gobernó 15 años, recuerda Monreal, pero el proceso de corrupción ha empeorado en los últimos nueve: Todas las direcciones eran vistas de manera patrimonialista para la venta de calles y banquetas, uso de suelo, giros negros, licencias de construcción…
“Son parcelas de poder y de corrupción”, dice, y tan es así que no sabe cuántos trabajadores y “aviadores” existen, ni siquiera el número de vehículos: primero le dijeron que son 870, luego que 700 y ahora sólo 600.
Otros dos ejemplos: hay una insuficiencia presupuestal por 143.6 millones de pesos para los últimos dos meses de 2015, y en obra no existe contrato de la adjudicación directa para la construcción del Sistema de Agua Potable de la Unidad Nonoalco-Tlatelolco por 30.4 millones de pesos, que debería terminarse en marzo de 2016 y está suspendida.
“¿Qué pasó en la delegación? –se pregunta Monreal–. Por la dominación de un grupo o de un partido se fue convirtiendo en una ínsula de corrupción y de impunidad. Hacen lo que quieren y no tienen ninguna consecuencia jurídica ni política, salvo social, y por eso perdieron.”
–¿Y eso verdaderamente se va a acabar?
–¡Lo garantizo, lo garantizo, aunque no va a ser fácil!
Y no lo será: el grupo del aún perredista René Bejarano lo apoyó, aunque él asegura que no, como niega también que algo pactó con Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el dirigente priista perdonado por la procuraduría de Mancera de la acusación de encabezar una red de prostitución a su servicio.
Sobre Bejarano y Padierna dice: “No me caso ni me meto a pleitos inútiles. En la medida en que tengan respeto por el gobierno delegacional tendré respeto con ellos. Y admito una cosa: la traición de la que fueron objeto Bejarano y Dolores, por supuesto que a mí me resultó conveniente”.
Explica: “Soy muy claro: si Bejarano mantiene su grupo político unido y puede hacer candidata a María Rojo, habría batallado más. Pero cuando se da la traición se desprende un sector del grupo político de Bejarano y se debilita ese sector. Bejarano no operó para mí, pero tampoco para ellos, y yo tuve posibilidades de trabajar el territorio sin la presión de golpeteo de ese sector que quedó. Soy muy claro: no quiero casarme con pleitos con él, no lo necesito”.
–¿Ni con Gutiérrez de la Torre, con quien sí se reunió?
–No, fíjate que con Gutiérrez… yo… Por ejemplo, en la izquierda pudiera platicar, en el PRI tengo amigos, pero no él, no él. No tengo ninguna reunión, relación con él.
–¿Y por qué él dijo que sí?
–Pues porque era parte del uso, del uso que tenían contra mí para deteriorarme y desprestigiarme. ¿Quiénes tenían la verdadera relación con él? Quienes lo protegieron.
A Monreal lo han estado tentando con ofertas de dinero: “Un tipo se atrevió a decirme, hace unos días: ‘Pero qué necesidad, delegado, mejor cuide al ‘niño’”.
–¿Qué es el “niño”?
–¡El niño, pues! Es el dinero que reciben los delegados.
–¿Cuánto?
–No lo sé, no lo sé, pero llegando lo voy a saber.
La primera decisión de Monreal fue suspender los trabajos de la Comisión Federal de Electricidad, que tenía 88 excavaciones en la delegación, y va contra empresas que colocan casetas telefónicas. “¡A cambio de dinero podían hacer lo que quisieran! ¡Todo eso se va a acabar!”
–La tentación del dinero es mucha.
–¡Es mucha! ¡Vamos a resistir, vamos a resistir!
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