Por: Alfredo López Casanova
27 de mayo de 2015. La jornada de lucha y de memoria por los 43 estaba a punto de acabar. Muchos ya se habían despedido y las madres y padres de los 43 normalistas estaban subiendo a los camiones para ir a descansar al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro.
Las marchas fueron largas y cansadas. Los contingentes caminaron desde las 10 de la mañana de cuatro puntos de la ciudad de México. Unos salieron de La Calzada Zaragoza, otros de Indios Verdes, otros de Taxqueña y unos más del Auditorio Nacional, todos para culminar en un mitin en el Hemiciclo a Juárez.
Eran las seis y media y como última acción simbólica se quemó una montaña de propaganda electoral que los contingentes fueron quitando al paso de las avenidas en que marchaban. La montaña de plástico de los partidos políticos se fue consumiendo rápidamente bajo la mirada expectante de decenas de reporteros, fotógrafos y medios libres.
Fue entonces cuando el jefe de los policías, junto con otro uniformado, quiso apagar lo que para ese entonces era ya un montículo de cenizas con algunas leves llamas. Esto provocó un sinnúmero de reacciones de rechazo y jaloneos y golpes que fueron creciendo a punto de llegar a una batalla campal innecesaria.
¿Quién montó la provocación? ¿De quién fue la orden si esto ya estaba por terminar? Si fue el Jefe de Policía que estaba al frente del operativo, flaco favor le ha hecho a Miguel Ángel Mancera, en estos tiempos en que su nivel de credibilidad está por los suelos. Si fue el mismísimo Jefe de Gobierno, entonces una vez más se ratifica la marca represora estilo Peña Nieto y su nulo respeto a la libertad de expresión.
Apenas una hora antes los padres y madres de los 43 normalistas habían ratificado y reiterado que no habrá proceso electoral en Guerrero como medida de presión y como acto desesperado y radical, hasta que el gobierno federal presente con vida a sus hijos.
El padre de uno de los normalistas machacó lo que han venido diciendo:
Mi hijo tiene el sueño de ser profesor y este pinche gobierno lo secuestró. No vamos a regresar a la casa hasta que volvamos con nuestros hijos. Peña y su maldito gobierno quieren que nos cansemos, que aceptemos su verdad histórica y oficial de que los 43 están hechos polvo, pero no le vamos a creer, porque no tiene pruebas científicas y porque nos han mentido siempre.
En igual sentido, un familiar de Nestora Salgado habló que en Olinalá no permitirán las elecciones y también informó del estado de salud de la comandante de la Policía Comunitaria, quien no ha tomado alimento en 22 días y lleva3 de no tomar líquidos.
A las ocho de la noche todavía no se tenía información clara sobre tres manifestantes detenidos por la policía. El representante de los familiares, Felipe de la Cruz, y el normalista Omar García, junto con defensores de derechos humanos, esperaban y exigían la liberación de los detenidos.
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