lunes, 25 de mayo de 2015

El bipartidismo en España, herido de muerte tras los comicios

La derecha podría quedarse sin Madrid, Valencia, León, Murcia y Aragón, entre otras
PP y PSOE pierden terreno en España; Ciudadanos y Podemos ganan impulso
Barcelona, gran escenario de la batalla electoral con el triunfo de una activista antidesahucios
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Ada Coalu, activista que formó una plataforma de izquierdas, ganó en Barcelona, aunque deberá llegar a acuerdos para gobernar. Al centro, la juez Manuela Carmena, de la coalición Ahora Madrid, segunda fuerza más votada en la capital española. A la derecha Esperanza Aguirre, del derechista Partido Popular, que podría salir del gobierno madrileño después de dos décadas, al perder la mayoría absoluta tanto en la Comunidad como en el AyuntamientoFoto Ap y Reuters
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Festejos en Barcelona, donde Ada Colau, quien se popularizó por su lucha contra los desahucios de los bancos, ganó los comicios municipales a Convergencia i Unió liderando una plataforma de izquierdas que logró 11 escañosFoto Ap
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 25 de mayo de 2015, p. 23
Madrid.
Las elecciones municipales y autonómicas celebradas este domingo en España confirmaron la muerte del bipartidismo y el nacimiento de un nuevo sistema político en el que para gobernar será vital la negociación para llegar a acuerdos. A pesar de mantenerse como el más votado en el país, el derechista Partido Popular (PP) sufrió un severo revés al perder más de dos millones 550 mil votantes. Los comicios confirmaron el ascenso de las formaciones políticas emergentes Ciudadanos y Podemos, mientras el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) perdió algo más de 700 mil votantes.
Las dos principales noticias de la jornada se dieron en Barcelona, donde ganó la activista antidesahucios Ada Colau, que formó una plataforma de izquierdas, y en Madrid, la candidata de la derecha, Esperanza Aguirre, fue la más votada pero perdió la mayoría absoluta.
Con 22 millones 500 mil ciudadanos que sufragaron, el índice de participación fue de 64.93 por ciento de los 35 millones de ciudadanos convocados. Cifras similares a las de los comicios 2011 y 2007. Sólo que en esta ocasión el voto se fragmentó más que nunca y provocó una debacle al PP, que gozaba de la mayor concentración de poder local y autonómico, y que podría perder la mayoría absoluta en todas las comunidades autónomas en las que gobierna, salvo Galicia, donde no hubo elecciones.
El PP podría perder Madrid, Valencia, Castilla La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Cantabria, Aragón y Murcia.
Los resultados de los comicios corroboraron que el bipartidismo heredado de la firma de la Constitución de 1978 está herido de muerte. Si en 2011 entre el PP y el PSOE sumaban casi 15 millones de votantes, sólo cuatro años después, con los estragos de la crisis y los ajustes, y la indignación por la corrupción, la cifra se ubicó en 11 millones 500 mil.
El electorado optó por primera vez por las dos formaciones emergentes, Ciudadanos –tercera fuerza en votos– y Podemos, que tendrá la llave de varias comunidades autónomas y formó parte de las coaliciones de izquierda que obtuvieron resultados históricos en ciudades como Barcelona y Madrid.
La paradoja del PP es que a pesar de seguir siendo la fuerza más votada y de mantener la hegemonía política en las comunidades en las que gobernaba –con excepción de Extremadura y Canarias–, tendrá dificultades para gobernar ante las dificultades de alcanzar acuerdos con otras formaciones.
El electorado le cobró al PP los severos recortes adoptados por el gobierno del presidente Mariano Rajoy, pero sobre todo por la proliferación de casos de corrupción, nepotismo, abuso de poder y desfalco al erario protagonizadas por numerosos dirigentes territoriales y municipales.
En Madrid, el PP perdió la mayoría absoluta tanto en la comunidad como en el ayuntamiento, donde de formarse una alianza entre partidos se desalojaría a la derecha del gobierno después de dos décadas. Pero todo dependerá de los pactos poselectorales, máxime cuando en el ayuntamiento la segunda fuerza más votada fue la de la juez Manuela Carmena, de la coalición Ahora Madrid –apoyada por Podemos–, mientras en la Comunidad el socialista Ángel Gabilondo se alzó con el segundo puesto, con 37 escaños, con lo que tendría que pactar con Podemos, que tiene 27, y con Ciudadanos, con 17, para formar gobierno.
Barcelona fue el otro gran escenario de la batalla electoral, donde Ada Colau, quien se popularizó por su lucha contra los desahucios de los bancos, ganó los comicios municipales a Convergencia i Unió (CiU), liderando una plataforma de izquierdas que logró 11 escaños. También deberá llegar a acuerdos para gobernar, pues necesita al menos 21 diputados para la mayoría, si bien es uno de los parlamentos más fragmentados y complejos de cara a los acuerdos.
En el País Vasco se registró la derrota en San Sebastián de Bildu –la coalición de la izquierda nacionalista– frente al Partido Nacionalista Vasco (PNV), que también gobernará con comodidad en Bilbao. Mientras en Vitoria, la otra capital de provincia, reditó la mayoría el PP.
El lado más amargo de la jornada ocurrió en las sedes de Izquierda Unida (IU) y de Unión Progreso y Democracia (UPyD), que perdieron presencia en prácticamente todo el país y están al borde de la desaparición.

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