Como ocurre con el Estado Islámico, el poder de los cárteles ha aumentado debido a la desastrosa política nacida en EE.UU., sostiene la escritora Rebecca Gordon, quien establece que es "la guerra fallida contra la droga en EE.UU. y los multimillonarios cárteles de narcotráfico la que ha creado una realidad parecida a la del Estado Islámico a lo largo de la frontera".
"Decapitan a cientos de personas. Cuerpos sin cabeza ni manos como advertencia a aquellos que se resistan a su poder.Han penetrado en el Gobierno local, estatal y nacional y controlan grandes regiones del país. Proporcionan empleo a un público empobrecido que desconfía de su Gobierno actual con su amargo récord de corrupción represión y tortura. Seducen a jóvenes de varios países, incluyendo EE.UU., en sus actividades criminales", comienza relatando la escritora Rebecca Gordon en el portal Alternet, advirtiendo que esta descripción podría pertenecer tanto a la organización terrorista Estado Islámico como a las multimillonarias industrias de los cárteles de droga mexicanos.
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"Como el del Estado Islámico, el poder de los cárteles ha aumentado debido a la desastrosa política nacida en EE.UU.", sostiene la escritora, quien establece que ha sido "la guerra fallida contra la droga en EE.UU. y los multimillonarios cárteles de narcotráfico la que ha creado una realidad parecida a la del Estado Islámico a lo largo de la frontera".
Gordon afirma que "ambas guerras han sido resultado del retroceso", ya que tal y como "la guerra de EE.UU. en Afganistán, Irak y Libia fertilizó el terreno para el Estado Islámico", lo mismo hizo "la llamada guerra contra las drogas, que abrió nuevos horizontes para los cárteles del narcotráfico".
En México, "el ejército estadounidense está involucrado directamente en la guerra contra las drogas (…) esa 'guerra' ha servido como pretexto para la militarización de las fuerzas policiales locales y ha aumentado la vigilancia sistemática de los ciudadanos sobre sus vidas normales", sostiene Gordon. "Tanto la seguridad nacional del Estado como el Gobierno de derecha, han utilizado el espectro del Estado Islámico para crear una atmósfera de pánico e histeria en el país y ambos han utilizado el grotesco y violento teatro de los cárteles de droga para justificar la demonización de los inmigrantes de América Latina y la militarización masiva de las fronteras americanas", afirma la escritora.
"Al igual que las aventuras militares de EE.UU. en Oriente Medio y Afganistán, la guerra estadounidense contra las drogas en México ha dejado un gran problema en el lugar (…) esa guerra sólo ha hecho aumentar visiblemente el problema del narcotráfico, al igual que la guerra contra el terror ha creado más organizaciones terroristas. En ambos casos no existen evidencias de que cualquier otro curso excepto la guerra sean considerados en Washington", concluye.
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