(22 de enero, 2015).- “A Estados Unidos no le gustó la idea de Andrés Manuel López Obrador, de que el primer tren rápido de América se construyera en México; Peña Nieto lo tiró adrede”, sentencia la periodista Anabel Hernández.
En 2012 el entonces candidato a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer como parte de sus proyectos revivir a la industria ferroviaria nacional, por medio de la adquisición de los insumos en México, incluyendo los trenes de pasajeros.
Lo anterior era sólo el inicio de un proyecto que incluía la creación de un tren bala que se desplazaría a 300 km por hora; siendo la primer ruta Cancún-Palenque, con estaciones en Chichen Itzá, Mérida y Uxmal; cuyo propósito era atraer al mayor número de turistas, quienes recorrerían la Riviera Maya en su totalidad. Las siguientes rutas incluirían a la Ciudad de México, que conectaría a Nuevo Laredo, Querétaro, San Luis Potosí, Saltillo y Monterrey.
En 2014 Peña Nieto anunció la creación de un tren rápido, que iría de México a Querétaro, con una inversión de 45 mil millones de pesos, teniendo un costo aproximado de 247 millones de pesos por kilómetro.
Sobre el tema el Ingeniero Javier Jiménez Espriú declara “El proyecto del tren Cuidad de México-Querétaro es demasiado costoso y nada rentable para una distancia tan corta, además de que no obedece a ningún plan integral, con la delicada situación económica del país, dada la caída de los precios del petróleo, se requiere de un replanteamiento y revisión cuidadosa, de la construcción de dicho tren, no es posible que se gaste tal cantidad de dinero, cuando dicho capital podría ser útil en otros proyectos urbanos, y no en este que rentablemente no se justifica”.
Además de ello, agrega que el tren bala propuesto por Peña Nieto es el ramal más corto del proyecto integral que López Obrador proponía, agregando que se planteaba incluir una red de carreteras y obras de infraestructuras que intercomunicaran a las ciudades más importantes del país, tanto para el desplazamiento de los turistas, como para el desarrollo industrial, en donde tendría también espacio un aeropuerto, cuya ubicación no coincide con la del aeropuerto que pretende construir Peña, en un sitio tan delicado y discutible.
A principios de 2014 al secretario de Transporte de Estados Unidos, Anthony Foxx, se le presentó una propuesta ferroviaria, por parte del congresista demócrata por San Antonio, Henry Cuellar, el comisionado de Transporte de Texas, Jeff Austin, y una delegación de políticos de Nuevo León.
En un primer momento fue un proyecto nacional americano, que se convirtió en internacional, al iniciar negociaciones para gestionar una posible conexión de San Antonio a Monterrey, por medio de un tren de alta velocidad. Para después extenderse a Oklahoma y el Distrito Federal.
El secretario Anthony Foxx declaró “No puedo decir si habrá bloqueos en el camino, pero puedo decir que estoy encantado de formar parte de esta ayuda para poner en marcha este primer paso. Es un gran negocio para Texas y veremos qué sucede más adelante, esperando abarcar el mayor territorio mexicano, del cual ambos países nos beneficiaremos”.
El Doctor Rafael Carrasco Suárez, especialista ferroviario comenta, “es lamentable como un proyecto tan bien estructurado tenga que ser extranjero, Peña Nieto debió gestionar un tren bala nacional, cubriendo todas las rutas turísticas, obteniendo así, mayores ganancias para el país. La propuesta americana es similar al de Andrés Manuel López Obrador, con la diferencia de que ahora quien explotara todo el vasto territorio será Estados Unidos”.
Sentenciando que “el proyecto de Obrador no le convenía a Estados Unidos, porque dentro de varios puntos, incluía salidas troncales hacia Estados Unidos y sería subsidiado por el gobierno, de haberse hecho realidad, ese país no hubiera tenido oportunidad de gestionar el suyo”.
La construcción del tren bala binacional dará inicio en este año y se planea que quede terminado para 2018.
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