El primer lugar en abusos lo está ocupando la Comisión Federal de Electricidad. Siguen cometiendo fraudes y engañando a la población de una manera que no puede ser calificada de otra forma que no indique vileza. Resulta que nos hemos enterado de que, como no sucede en ningún otro país en el mundo, la industria mexicana no paga lo que consume de energía eléctrica y, las formas de evadir esta liquidación son múltiples y todas ellas fraudulentas y dañinas no solo para la empresa sino para el país y todos los usuarios. Los gigantes cuentan con los medios económicos suficientes para evitar estos pagos y, mientras ellos eluden miles de millones, la publicidad gubernamental, engañosa como siempre, nos revela decenas, cientos, miles de “casas” con techos y paredes de lámina, algunas son chozas, etcétera con la consabida maraña de “diablitos” y a ellos les cargan las multimillonarias pérdidas de la ex paraestatal.
La verdad es muy distinta. Un ejemplo lo tenemos en la Bimbo. Una sola planta paga aproximadamente 10 millones de pesos mensuales por el servicio, es decir 120 millones anuales. Pero como esta energía es considerada como insumo en la elaboración de los panes, de los gansitos, de los bimbuñuelos, etcétera, es totalmente deducible de impuestos por lo que, finalmente, no pagan un solo centavo. Y lo que todavía es mucho más reprochable: el precio de estos productos se fija con base al costo de los insumos y otros, en ellos incluyen el servicio de energía eléctrica que no pagan, así que cuando usted adquiere uno de éstos alimentos está liquidando una luz que ellos ni por asomo liquidan.
Televisa no paga un solo centavo por este servicio y por las mismas están las grandes industrias. Se sabe que los medidores digitales tienen en la memoria el registro del consumo más alto que se tiene dentro de una casa, ese es el que se mantiene aún y cuando en el hogar ya se hubiesen apagado todos los aparatos. De ahí que aún y cuando se alegue que no se está durante la semana sino unas cuantas horas y solo permanece la familia un par de días a la semana el consumo se multiplique hasta en miles por cientos. La generación de energía termoeléctrica e hidroeléctrica llega el 35 por ciento de la que se requiere a nivel nacional. Lo que respecta al servicio doméstico alcanza solo el 27 por ciento por lo que con éstas dos, que son las más antiguas se surte a los 60 millones de usuarios en casas, departamentos, viviendas. El costo de esta generación no es mayor a los 52 centavos por lo que venderla en un peso por kilowatt ya representa una buena suma para la ex paraestatal sin necesidad de tener diversas tarifas que solo se significan por su abuso en el cobro ya que el kilowatt llega a tener un precio de 4 pesos.
Por si fuera poco está perfectamente comprobado que en las zonas residenciales en donde viven los hombres y las mujeres con poder el cobro no solo es moderado sino mínimo. En los fraccionamientos de lujo en donde las mansiones tienen aires integrados por lo que funcionan automáticamente durante las 24 horas se liquidan recibos que no llegan a los 3 mil pesos y en cambio en las zonas populares, en los fraccionamientos que albergan casas del Infonavit o de precios bajos, se dan el lujo de registrarlos hasta con 5 o 6 mil pesos mensuales. Tal parece que la CFE pretende que los millones de usuarios que han hecho valer sus derechos y no liquidan el servicio porque no tienen contrato con esa empresa sino que lo mantenían con la Compañía de Luz y Fuerza del Centro y hasta no adquirir el compromiso con el cambio que se hizo no hay forma de cobrarles, no les causen bajas en el registro de ingresos y por ello abusan en el interior del país. De una forma o de otra solo es este otro de los grandes fraudes que sobre los mexicanos permite y protege el propio gobierno.
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