Lorenzo Meyer, Sergio Aguayo y Denise Dresser retomaron las declaraciones del padre Alejandro Solalinde y abordaron el caso Iguala.
Foto: Archivo
Si las afirmaciones del padre Alejandro Solalinde -sobre que los 43 estudiantes normalistas fueron asesinados- resultan ciertas, y los aparatos del Estado mexicano ya lo saben, entonces nos han tomado el pelo y han engañado a la sociedad con la versión de que los están buscando, sentenció el historiador, Lorenzo Meyer.
En la Mesa Política del lunes en Noticias MVS primera emisión, refirió que lo que dice Solalinde es con base en testimonios de personas que estuvieron en los hechos del 26 de septiembre, en Iguala, Guerrero.
“No es posible pensar que lo sepa Solalinde, otras personas y el gran aparato del Estado, sus aparatos de inteligencia, la Policía Federal, el Ejército, el Cisen, no lo sepan”, comentó.
“O en efecto puede ser que a Solalinde lo hayan engañado, si es esto segundo, no sería raro, que le hubieran mentido a Solalinde, ojalá que así sea pero si no es así…”, continuó.
“La región es pequeña, no se los pudieron llevar a Chihuahua, tiene que ser en esa misma zona de Iguala y es casi inverosimil que no lo sepan, con esta declaración añade un elemento a esta sospecha de que el gobierno lo sabe, y que nos están, ¿qué?, administrando, es una manera de engañar, administrando la manera en que vas a exponerlo”, subrayó.
Meyer aseveró que con este ataque a normalistas el Estado siembra terror en la población.
“El tiempo pasa, no se les encuentra, se va armando la explicación de que no es el alcalde de Iguala nada más, de que no es Ángel Aguirre, que es el sistema en su conjunto y para estos estudiantes la única explicación es que quisieron crear ahí en Guerrero, con estudiantes de Ayotzinapa, que tienen historia de oposición al gobierno, algo que a mi juicio no tiene razón de ser: un Estado de terror. Ellos asumen que las bases sociales ya están en algunas partes llegando a un punto en que tiene que controlárseles así, como en el 68 pero a lo bestia“, indicó.
Actualmente hay una “incapacidad de darnos una respuesta adecuada”, consideró. Lorenzo mencionó que para salir de donde estamos, la sociedad debe movilizarse pacíficamente, pues no funcionan los canales de comunicación con quienes toman decisiones: ni los congresos ni los partidos políticos ni el ombudsman.
“En este momento los partidos están a la defensiva, el PRD está decidido a defender al gobernador de Guerrero, no le importa nada más porque no le importa la sociedad, lo que le importan son los cargos y los cargos son dinero”, opinó.
“Incluso Morena, la única cosa que puede remover o introducir algo nuevo, está muy deslavado. Que Lázaro Mazón tenga el doble papel de quien empujó y apoyó al alcalde de Iguala (José Luis Abarca) y que por otro lado sea el precandidato al gobierno de Guerrero, pone a Morena, cuando apenas empieza, tiene que tomar una decisión más clara, si en el principio falla ya estamos en un aprieto”, abundó.
Y retomó lo que dice el investigador Edgardo Buscaglia, sobre que la sociedad tiene que movilizarse ante estos hechos, pero para el mexicano es más cómodo hacerse el tarugo, “es mucho pedirle que se movilice cuando los resultados personales no son nada, ¿qué gana un ama de casa con movilizarse?, arriesgarse, su natural recelo frente a todo lo que suena a política es no hacer nada… la razón para movilizarnos está ahí, hay que derrotar la apatía y el miedo“.
Sergio Aguayo agregó que estamos en un intento por trivializar la violencia del Estado mexicano.
Lo ocurrido en Iguala, consideró, fue hecho para educarlos, para enseñarles fuera del aula lo que no han aprendido: respetar a quien manda. Y quien manda es el crimen organizado y el presidente municipal estaba al servicio del crimen.
Ahora vemos un esfuerzo masivo y sistemático de negar la realidad, dijo el académico.
“Está bien que envíen a efectivos pero no les alcanza para el daño a su credibilidad”, aseguró.
Hay un desgaste, un adelgazamiento del Estado, que tienen que recurrir a peritos argentinos porque tienen más credibilidad, señaló.
“La clase política ya no puede seguir negando la realidad… no es posible que Carlos Navarrete pida perdón y después ratifique apoyo al gobernador (Ángel Aguirre)”, enfatizó. Sobre este último, sostuvo que ya debió haber dejado su cargo, pero ahí sigue. No obstante que “el incendio trasciende a si un funcionario se va o no se va”, “en las izquierdas vemos el fenómeno de la negación”.
Denise Dresser apuntó contra la Procuraduría General de la República y la policía, desagregando al Estado mexicano en sus instituciones, responsables en gran parte de los problemas de inseguridad y violencia que vive el país.
Ambas son dos fuentes de poder que deberían dedicarse a investigar, dos brazos del Estado que deberían caminar del lado de la ciudadanía pero terminan ignorándola; dos instituciones no son sujetos de reformas grandes y ambiciosas para que sirvan a la población y no a la clase política para que se valgan de ellas.
Preguntó al procurador Jesús Murillo Karam porqué no reaccionó ante denuncias contra el alcaldE de Iguala.
“Nos hemos centrado en la incompetencia de un gobierno federal que no sabe responder, un presidente coludido con Guerreros Unidos, cadáveres que no son los que hemos buscado… la raíz tiene que ver con las instituciones del Estado, procuradores y policías, procuradores sin autonomía para investigar… y por otro lado policías sin estándares para comportarse, procuradores que no actúan porque no tienen permiso del presidente y policías que no entienden cómo asegurar la ley y el orden… procuradores ineptos”, expuso.
La politóloga concluyó que de nada va a servir esclarecer los hechos si no modificamos la dinámica que los produjo: una impunidad sin fin, omisiones cuestionables, agresiones injustificables y casos que se repiten.
México seguirá siendo convulso mientras los criminales no sean expulsados y quienes violan la ley no sean removidos, abundó.
“¿Qué credibilidad puede tener el combate a la impunidad si Ángel Aguirre permanece en el puesto?“, preguntó.
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