“No soy homofóbico, misógino, retrograda o ‘mocho’”, escribió ayer en el periódico Milenio el presidente de la Comisión de la Familia y Desarrollo Humano, José María Martínez Martínez. Resulta curiosa la selección de estos adjetivos por parte del senador panista en una semana en la que una serie de sucesos desafortunados vinculan a su partido, precisamente, con cada una de esas expresiones.
Misoginia, homofobia, abusos y corrupción, son algunas de las principales características que describen los distintos comportamientos de varios jóvenes (y otros no tanto) panistas que en días recientes salieron a la luz y que, sin duda, hicieron de ésta una semana negra para el blanquiazul.
Estas actitudes parecieran contrariar a los principios del propio partido, tal y como lo han dejado ver su actual presidente, Gustavo Madero, así como sus antiguos dirigentes. Luis Felipe Bravo Mena, por ejemplo, habló esta semana del “grave problema que tiene el PAN, [donde] se han debilitado los mecanismos de formación verdadera de los jóvenes” y calificó a la organización neonazi surgida al interior de las juventudes panistas de Jalisco como “incompatible con el espíritu y la doctrina” del partido.
Por su parte, Germán Martínez, presidente de la agrupación política entre 2007 y 2009, publicó a finales de junio un artículo en el periódico Reforma en el que escribía que el PAN debe “pintar una raya definitiva contra la homofobia”, en respuesta directa a la Comisión de la Familia, encabezada por el senador José María Martínez Martínez.
“¿Con qué cara el PAN sostendría que los homosexuales no son dignos? ¿No merecen el goce pleno de todos los derechos humanos?”, escribió Germán Martínez, y agregaba “seguir abrazando el viejo argumento de la ‘desviación del orden natural’ no sólo es ofensivo para muchos ciudadanos, es hipócrita con muchos militantes, algunos, espléndidos y espléndidas panistas”. Si bien, el principal objetivo de aquel texto era el presidente de controvertida Comisión, las palabras del ex presidente del partido podrían aplicar para prácticamente todos los casos que se dieron esta semana. Declaraciones que, sin duda, los protagonistas de estas historias deberían de tomar muy en cuenta.
Neonazis en el PAN
El pasado lunes 30 de junio, el sitio Animal Político publicó una investigación en la que se evidenciaba el surgimiento del Movimiento Nacionalista Mexicano del Trabajo, un grupo juvenil creado por militantes y simpatizantes del PAN que buscaba: “proteger a las familias tradicionales, a la religión católica-cristiana (sic), a los micro, pequeños y medianos empresarios, reesribir la historia por medio del revisionismo”.
Surgido en Jalisco a finales del año pasado, el movimiento del “nacionalhumanismo” era liderado por Juan Barrera Espinosa, consejero estatal estudiantil de Acción Juvenil-Jalisco y diputado de mayoría relativa del Parlamento Juvenil Alonso Lujambio, un simulacro legislativo organizado por el PAN.
En su ya desaparecida página de Facebook, el grupo afirmaba surgir “de la necesidad de proteger a los principales hijos de la patria, el obrero nacional” y “abolir la propaganda-adopción-marchas-matrimonios homosexuales”, al mismo tiempo que mostraba imágenes de los integrantes del Movimiento con uniformes y símbolos nazis, así como en eventos del PAN-Jalisco.
El grupo fue rechazado por distintos niveles del PAN, después de que la información fuera publicada: desde el Secretario Nacional de Acción Juvenil, Everardo Padilla Camacho; el presidente del PAN Jalisco, Miguel Monraz; el coordinador de los diputados del PAN, Luis Alberto Villarreal y el expresidente nacional del partido, Luis Felipe Bravo Mena, entre otros.
Juan Barrera Espinosa, renunciaría a los cargos “formativos” que tenía en el partido y cerró su cuenta en Twitter tras supuestamente recibir “múltiples amenazas de muerte”. Junto con tres integrantes del movimiento publicó el 3 de julio un comunicado en el que aseguraba que la opinión pública había “sobre dimensionado” los hechos y que ellos no buscaban promover la “ideología neonazi”. En el mismo texto, Barrera y sus compañeros admitían que fue un error expresar admiración por esta ideología y que, gracias a la opinión pública, han comprendido su error y han realizado una reflexión que los “llevo (sic) a reflexiones profundas que forjaran (sic) una experiencia y aprendizaje que marcará nuestras vidas”.
Acoso sexual y agresión en Brasil
El pasado domingo 29 de junio, cuatro mexicanos fueron arrestados en Fortaleza, Brasil por cargos de agresión y acoso sexual. Dos de ellos eran el director de Desarrollo Delegacional, Sergio Israel Eguren Cornejo y el director general de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales, Rafael Miguel Medina Pederzini. Ambos funcionarios de la Delegación Benito Juárez y ex diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal por el PAN.
Según informó la policía brasileña, los acusados realizaron un tocamiento masivo forzado a una mujer y, cuando el esposo de ésta intentó defenderla, golpearon al hombre y su acompañante.
Los mexicanos fueron trasladados la tarde del miércoles 2 de julio al penal Francisco Hélio Viana de Araújo, desde donde enfrentarán un juicio con el que podrían obtener de 1 a 8 años de cárcel sin derecho a fianza.
El líder nacional del PAN, Gustavo Madero, rechazó por completo el comportamiento de los panistas en Brasil diciendo que “es un acto repudiable, tanto para los panistas como para cualquier mexicano, es una falta de respeto, es una violación a la intimidad y esto no se justifica en ninguna circunstancia”.
El jefe delegacional de Benito Juárez, Jorge Romero Hernández, informó que los funcionarios fueron removidos de su cargo ya que no estarían de vuelta en la fecha en que terminan sus vacaciones.
Continúa mañana.
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