José Sánchez Carrasco, el indigente que murió en Sonora. Foto: Tomada de Youtube |
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- (Casi) nadie en su sano juicio (y posibilidades) dejaría su vida en manos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o un hospital público. Empezando por la clase política. ¿Cuándo ha visto que uno de estos especímenes convalezca en una camilla del ISSSTE? Ellos mismos, los que se atienden en el Ángeles del Pedregal, presumen con discursos engolados: El 98 por ciento de los mexicanos tiene cobertura de salud pública. La pregunta, más bien, las preguntas son: ¿Llegará el día en que una ambulancia llegue antes que el repartidor de pizzas? ¿Formarse en una fila para obtener medicamentos podrá dejar de ser una práctica de duración infinita? ¿Algún día despacharán algo más que aspirinas y paracetamol?
Con la sonrisa de imbéciles que los caracteriza, las autoridades inauguran hospitales públicos cada tercer día. Las direcciones de comunicación social envían fotografías de las modernísimas instalaciones de esos suntuosos edificios. Pocos meses después, sabemos que muchos de esos nosocomios están inservibles, no cuentan con el equipo indispensable, aún no abren, el techo se ha desplomado o, en el mejor de los escenarios, costaron dos veces más de su valor real.
Un indigente no tiene credencial de elector. Una indígena embarazada es una irresponsable que merece ser castigada por atreverse a ejercer su derecho a la maternidad. Los ancianos (pobres) son una carga para el sistema. Así que muérase afuera de este hospital dirigido por uno de los dignos representantes del partido. ¿Exagero? Aquí el listado de las razones por las que lo podrían dejar morir en uno de los exclusivísimos nosocomios públicos del país:
1.- Por no tener huevos.
El hijo de la ama de casa Estela Albar no fue atendido en el hospital comunitario de Tecpan por un problema de apéndice. “Estela Albar abundó que cuando le requirió al especialista una explicación, éste le contestó que ‘el niño está grandecito y tiene huevos para aguantarse’, al tiempo que ordenó que lo canalizaran y lo remitieran al nosocomio de Atoyac”, consigna una nota publicada el 3 de mayo pasado por el periódico “La Jornada” de Guerrero.
El hijo de la ama de casa Estela Albar no fue atendido en el hospital comunitario de Tecpan por un problema de apéndice. “Estela Albar abundó que cuando le requirió al especialista una explicación, éste le contestó que ‘el niño está grandecito y tiene huevos para aguantarse’, al tiempo que ordenó que lo canalizaran y lo remitieran al nosocomio de Atoyac”, consigna una nota publicada el 3 de mayo pasado por el periódico “La Jornada” de Guerrero.
2.- Porque el personal se lleva mal entre sí.
En el Hospital Infantil de Especialidades de Ciudad Juárez, Chihuahua, le negaron la atención médica a una niña que sufría mucha calentura. El director del centro explicó los motivos al canal local de Televisa: “Aquí hay una muy mala relación entre el personal de las ambulancias, no es la primer vez que pasa, dicen que no atendemos al paciente, es una mala relación con paramédicos de Cruz Roja que no va, han tratado de provocar problemas a casi de golpes, se me hace muy irregular esa situación”.
En el Hospital Infantil de Especialidades de Ciudad Juárez, Chihuahua, le negaron la atención médica a una niña que sufría mucha calentura. El director del centro explicó los motivos al canal local de Televisa: “Aquí hay una muy mala relación entre el personal de las ambulancias, no es la primer vez que pasa, dicen que no atendemos al paciente, es una mala relación con paramédicos de Cruz Roja que no va, han tratado de provocar problemas a casi de golpes, se me hace muy irregular esa situación”.
3.- Por estar embarazada.
En octubre de 2013 la indígena mazateca Irma López Aurelio llegó con dolores de parto al Centro de Salud de Jalapa de Díaz. La acompañaba su esposo. La mujer esperó horas, nadie la ayudó. Relata la crónica de hechos escrita por el periodista Pedro Matías para el portal de noticias de Proceso: “Los médicos le hicieron algunas preguntas, pero no la atendieron. Después argumentarían que como la indígena mazateca no habla un español perfecto no la comprendieron. O que, como había sido atendida por parteras durante su embarazo, no tenían claro qué estaba pasando. Como fuera, decidieron que no entendían y obviaron lo evidente: la mujer necesitaba ayuda. Irma López Aurelio esperó aún dos horas. Intentó conseguir apoyo de enfermeras y personal administrativo, pero nadie la ingresó. Así que en la madrugada del pasado miércoles (3 de octubre), cuando acababa de salir el sol, se fue al jardín del centro de salud, y ahí, sin ayuda, dio a luz a un niño de 2 kilos 400 gramos. Sólo entonces los socorrieron”. En marzo pasado, el Grupo de Información en Reproducción Elegida declaró ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que estiman al menos 20 casos similares ocurridos en últimas fechas en el sur del país.
En octubre de 2013 la indígena mazateca Irma López Aurelio llegó con dolores de parto al Centro de Salud de Jalapa de Díaz. La acompañaba su esposo. La mujer esperó horas, nadie la ayudó. Relata la crónica de hechos escrita por el periodista Pedro Matías para el portal de noticias de Proceso: “Los médicos le hicieron algunas preguntas, pero no la atendieron. Después argumentarían que como la indígena mazateca no habla un español perfecto no la comprendieron. O que, como había sido atendida por parteras durante su embarazo, no tenían claro qué estaba pasando. Como fuera, decidieron que no entendían y obviaron lo evidente: la mujer necesitaba ayuda. Irma López Aurelio esperó aún dos horas. Intentó conseguir apoyo de enfermeras y personal administrativo, pero nadie la ingresó. Así que en la madrugada del pasado miércoles (3 de octubre), cuando acababa de salir el sol, se fue al jardín del centro de salud, y ahí, sin ayuda, dio a luz a un niño de 2 kilos 400 gramos. Sólo entonces los socorrieron”. En marzo pasado, el Grupo de Información en Reproducción Elegida declaró ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que estiman al menos 20 casos similares ocurridos en últimas fechas en el sur del país.
4.- Por ser indigente.
José Sánchez Carrasco esperó cinco días bajo el sol a ser atendido en el Hospital General de Guaymas, Sonora. El indigente no fue recibido por no estar afiliado a algún sistema de seguridad social. De acuerdo con la nota publicada por el portal de noticias de Proceso, el director general del hospital, Alfredo Cervantes Alcarás, arguyó: “Él llegó al hospital, pero no contaba con dinero y no se le pudo atender y él mismo decidió quedarse debajo de un árbol, donde durmió varios días”.
José Sánchez Carrasco esperó cinco días bajo el sol a ser atendido en el Hospital General de Guaymas, Sonora. El indigente no fue recibido por no estar afiliado a algún sistema de seguridad social. De acuerdo con la nota publicada por el portal de noticias de Proceso, el director general del hospital, Alfredo Cervantes Alcarás, arguyó: “Él llegó al hospital, pero no contaba con dinero y no se le pudo atender y él mismo decidió quedarse debajo de un árbol, donde durmió varios días”.
5.- Por ser campesino.
Gregorio Mancilla Cordero, padre de siete hijos, acudió el sábado 15 de febrero de este año al centro de salud del municipio de Coquimatlán, en Colima. Tocó la puerta durante veinte minutos. Nadie le hizo caso. Murió en la banqueta. Falleció por haberse intoxicado por fumigar con productos químicos.
Gregorio Mancilla Cordero, padre de siete hijos, acudió el sábado 15 de febrero de este año al centro de salud del municipio de Coquimatlán, en Colima. Tocó la puerta durante veinte minutos. Nadie le hizo caso. Murió en la banqueta. Falleció por haberse intoxicado por fumigar con productos químicos.
6.- Por no tener dinero.
El pasado tres de marzo, un hombre de 35 años de edad acudió al Centro de Salud de la Unidad Morelos, en el municipio de Xochitepec. Sufría dolor en el brazo, dificultad para respirar y molestias en la garganta. Como no llevaba dinero para pagar la consulta, no fue atendido. “Tras ser rechazado, el hombre salió del sanatorio para regresar a su casa, pero dos calles adelante sufrió un ataque cardiaco, que al final le privó de la vida”, informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos en un comunicado.
El pasado tres de marzo, un hombre de 35 años de edad acudió al Centro de Salud de la Unidad Morelos, en el municipio de Xochitepec. Sufría dolor en el brazo, dificultad para respirar y molestias en la garganta. Como no llevaba dinero para pagar la consulta, no fue atendido. “Tras ser rechazado, el hombre salió del sanatorio para regresar a su casa, pero dos calles adelante sufrió un ataque cardiaco, que al final le privó de la vida”, informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos en un comunicado.
7.- Por pescar una enfermedad rara.
Antonia Anguiano contrajo el extraño síndrome de Guillain-Barré, que le provocó pérdida de movilidad en todo su cuerpo. Su madre denunció que personal del Hospital de la Universidad Autónoma de Nuevo León le negó la atención médica debido a carecer de recursos económicos, según reportó Azteca Noticias.
Antonia Anguiano contrajo el extraño síndrome de Guillain-Barré, que le provocó pérdida de movilidad en todo su cuerpo. Su madre denunció que personal del Hospital de la Universidad Autónoma de Nuevo León le negó la atención médica debido a carecer de recursos económicos, según reportó Azteca Noticias.
8.- Por estar preso.
Tres reos internos en el Centro de Reinserción Social de Ensenada denunciaron que las autoridades del penal se negaron a brindarles atención médica a pesar de estar en contacto con un preso que murió por tuberculosis. “Señalaron que a pesar del riesgo de estar infectados de tuberculosis y de que ya se registró un deceso, no han sido atendidos. Aunque se difundió que los reos fueron sacados del penal para ingresar al Hospital General poco antes del mediodía, la versión fue desmentida por allegados a los presos”, difundió en una nota informativa el portal “El Vigía”.
Tres reos internos en el Centro de Reinserción Social de Ensenada denunciaron que las autoridades del penal se negaron a brindarles atención médica a pesar de estar en contacto con un preso que murió por tuberculosis. “Señalaron que a pesar del riesgo de estar infectados de tuberculosis y de que ya se registró un deceso, no han sido atendidos. Aunque se difundió que los reos fueron sacados del penal para ingresar al Hospital General poco antes del mediodía, la versión fue desmentida por allegados a los presos”, difundió en una nota informativa el portal “El Vigía”.
9.- Por tener VIH.
En Ramos Arizpe, Coahuila, un enfermo de VIH fue expulsado de la sala de urgencias del Hospital General de Saltillo cuando requería de manera urgente una transfusión sanguínea, reportó el diario local “Zócalo”. No es el único caso. La agencia de diversidad sexual Notiese informa periódicamente de testimonios similares.
En Ramos Arizpe, Coahuila, un enfermo de VIH fue expulsado de la sala de urgencias del Hospital General de Saltillo cuando requería de manera urgente una transfusión sanguínea, reportó el diario local “Zócalo”. No es el único caso. La agencia de diversidad sexual Notiese informa periódicamente de testimonios similares.
10.- Por atravesarse en un tiroteo.
El lunes 12 de agosto de 2013 ocurrió una balacera afuera de una escuela en Lomas de San Agustín protagonizada por los ladrones de una motocros. Silvia Bañuelos cometió la imprudencia de estar ahí. Debido a que no era derechohabiente del IMSS, la atendieron en el hospital público Maximiliano Ruiz Castañeda, perteneciente a la Secretaría de Salud del Estado de México. Así la trataron: “Me dieron paracetamol y cefalexina y me dijeron que me viniera a mi casa hasta que mis hijos paguen y salgan los resultados de un estudio en un laboratorio privado”. (“El Universal, 13 de agosto de 2013).
El lunes 12 de agosto de 2013 ocurrió una balacera afuera de una escuela en Lomas de San Agustín protagonizada por los ladrones de una motocros. Silvia Bañuelos cometió la imprudencia de estar ahí. Debido a que no era derechohabiente del IMSS, la atendieron en el hospital público Maximiliano Ruiz Castañeda, perteneciente a la Secretaría de Salud del Estado de México. Así la trataron: “Me dieron paracetamol y cefalexina y me dijeron que me viniera a mi casa hasta que mis hijos paguen y salgan los resultados de un estudio en un laboratorio privado”. (“El Universal, 13 de agosto de 2013).
www.juanpabloproal.com
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