El titular del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto. Foto: Germán Canseco |
MÉXICO, D.F. (apro).- Gracias “al demócrata” y “estadista” de Enrique Peña Nieto, aquellos candidatos a puestos de elección que utilicen tiempos de radio y televisión no permitidos por la ley durante sus campañas electorales podrían recibir la anulación de su posible triunfo.
La tarde del viernes, al promulgar la reforma político-electoral en el Alcázar de Chapultepec, ante la mirada del dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, Peña Nieto anunció que enviará al Congreso de la Unión una iniciativa “para precisar” en el artículo 41 de la Constitución que otra causa más de nulidad en todas las elecciones ser podrá dar cuando se adquieran tiempos de radio y televisión de manera ilegal.
En un país de políticos cínicos, Enrique Peña Nieto se lleva las palmas. Miren que corregir al PAN y al PRD que no fueron capaces de proponer por cuenta propia tal causal de nulidad. Y qué agravio para la población el que Peña Nieto trate de hacerse pasar por un demócrata haciendo tal propuesta, cuando él recurrió de manera ilegal a los medios de comunicación haciendo gastos millonarios que fueron a parar a los bolsillos de Televisa, según documentó en su momento el periodista Jenaro Villamil a través de la revista Proceso y después en su libro “Si yo fuera presidente, el reality show de Peña Nieto”.
Ahí, Villamil describe a detalle los millones de pesos que el gobierno del Estado de México a cargo de Peña Nieto gastó para forjar su candidatura presidencial e incidir en los hogares televisivos mediante la programación de Televisa.
Hace alusión a cuatro campañas denunciadas ante el Instituto Electoral del Estado de México por Rubén Islas, el representante del PRD:
“Islas explicó que esas campañas que negociaron antes las autoridades priistas mexiquenses y Televisa fueron: la institucional del gobernador Arturo Montiel -tío de Peña Nieto-, durante su último año de gobierno, la de credencialización para las elecciones, la de la coalición Unidos por México (PRI y PVEM) para impulsar la candidatura de Peña Nieto y la precampaña presidencial de Montiel en la contienda interna del PRI…
“Estas cuatro campañas se negociaron simultáneamente a través de los mismos gestores, de forma que al gobierno del estado le cobraron las tarifas más altas para maquillar los gastos del entonces candidato Peña Nieto y los propios ingresos reales de las televisoras”.
Y luego, Villamil agrega un párrafo demoledor sobre la opacidad y cinismo de Peña Nieto y David López, entonces encargado de comunicación social del Edomex y hoy de la Presidencia de la República:
“La coordinación general de comunicación social mexiquense a cargo del propio David López, clasificó como “reservada” la información, sobre todo, los contratos de publicidad en medios de comunicación, tanto escritos como electrónicos. Este fue el principal antecedente del Plan de Trabajo 2005-206 que se negoció con Peña Nieto… con este plan millonario, el consorcio televisivo amarra el negocio de venta de tiempo con el nuevo gobernador (Peña Nieto)”
Otro apunte de Villamil asegura: “por decreto, Peña Nieto ha pretendido que sus millonarios gastos en publicidad sean expedientes cerrados”.
El libro de 247 páginas del periodista Jenaro Villamil no puede dejar de leerse para recordarnos que a la declaratoria de este viernes de Peña Nieto no hay que calificarla de otra manera más que de cínica.
El encargado de la Presidencia de México gastó millones y millones de pesos en contratos poco claros con Televisa en la promoción de su imagen. Pero hoy, ya sentado en la ansiada silla presidencial, pretende pasar a la historia como un “demócrata” que busca como causal de nulidad de una elección cuando un candidato recurra de manera ilegal a los medios de comunicación.
Pero así son los políticos: después de llegar a la presidencia de la República mediante el abuso del dinero, del poder y violentando las leyes, ya instalados en el poder proponen cambios, “legislan” para “acabar” con los métodos mediante los cuales ellos llegaron.
Peña Nieto no sólo fue cínico en su propuesta anunciada sino que, además, a las dirigencias de la oposición que con él firmaron El Pacto por México para sacar adelante las reformas ¡del PRI!, nunca se les ocurrió poner el candado que llevó a Peña Nieto a la Presidencia, entre otras causas, pues no se puede olvidar el derroche de dinero y compra del voto con miles de monederos electrónicos ya fuera de Soriana o Monex…pero que la autoridad electoral nunca vio.
Nota: la versión de que el titular de la Unidad de Fiscalización del IFE, Alfredo Cristalinas, quien exoneró a Peña Nieto del Monexgate y nunca vio las miles de tarjetas Soriana, podría ser propuesta del PRI para ocupar un lugar entre los 11 consejeros electorales del nuevo Instituto Nacional de Elecciones que se creará luego de la promulgación de la reforma electoral propuesta por Peña Nieto el pasado 31 de enero. ¿Así o más cinismo?
Comentarios: mjcervantes@proceso.com.mx
Twitter: @Jesusaproceso
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