lunes, 25 de marzo de 2013

Nietos de Gordillo también tienen casas en San Diego


Dos nietos de Elba Esther Gordillo, uno de ellos el diputado René Fujiwara Montelongo, son propietarios de dos residencias ubicadas en Chulavista, a unas millas de la casa de su abuela, en el Club de Yates de Coronado Cays.
Los nietos de la ex dirigente  del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo: Othón Francisco De León Arriola y René Fujiwara Montelongo, tienen propiedades  muy cerca de la casa de su abuela de Green Turtle Road  23, en el Club de Yates de Coronado Cays, señaló  la periodista Dolia Estévez en Noticias MVS Primera Emisión.
Fujiwara Montelongo, diputado federal del Partido Nueva Alianza, tiene una residencia  en Chula Vista  en la misma calle en la que el ex legislador  Othón Francisco De León Arriola, el otro nieto de Gordillo,  es propietario de un predio, en el área de Otay Ranch, dijo la corresponsal en Washington al citar al  diario Union Tribune de San Diego.
El  primero en adquirir la propiedad fue De León Arriola, en 2011,  con un pago en efectivo. La casa es la dirección de la Propiedad Ha Gestión y Servicios de Procesamiento, Inc. y su agente registrado Héctor Ávila Rivera.
Casi al mismo tiempo, Fujiwara Montelongo compró una segunda casa en  la misma calle por 310 mil dólares  también en efectivo, de acuerdo con una búsqueda de registros de Union Tribune San Diego.
Revelan video de Gordillo
El diario estadunidense  reveló también un video de 2010,  en el que se aprecia una manifestación de maestros de Tijuana.
Los docentes se apostaron afuera de la residencia de Elba Esther Gordillo, en Green Turtle Road  23, en el Club de Yates de Coronado Cays. Un representante toca la puerta y la maestra le responde por el interfon.
El representante de los maestros le pide a Gordillo que no intervenga en las elecciones del sindicato en Tijuana y la ex dirigente le contesta que no se preocupe, porque todo se realizará de manera limpia.
Elba Esther le pide al maestro su número teléfono y promete comunicarse el “lunes” siguiente, pero  el representante insiste en hablar con ella.
La maestra se disculpa y le apunta que es una propiedad privada, a lo que  su interlocutor le responde  que esa casa la pagó con los recursos del sindicato.


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