¡Los muertos de Peña!

Publicado el Miércoles 2 de Enero de 2013

Andy Novell F.

Llegó el 2013 con una cifra que para muchos ha pasado desapercibida, para muchos especialistas en materia de seguridad. Mil 500 muertos ha dejado el crimen organizado en los 32 días que lleva el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
No se necesita ser experto para saber que estos actos de violencia son consecuencia de una guerra que tiene seis años de haberse iniciado en México por el gobierno federal con las distintas organizaciones criminales.
La estrategia contra el crimen organizado tendrá un presupuesto de 17 mil millones de pesos, tanto para funciones preventivas, como tareas de investigación del delito.
Mil 500 millones costará la conformación de la Gendarmería Nacional, una corporación que de acuerdo a los mandos de la Policía Federal, se apoyarán de toda la estructura creada por Genaro García Luna en seis años.
Mientras se piensa en dónde se aplicará el nuevo modelo de combate a la delincuencia organizada, estados como Sinaloa, Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Michoacán, Coahuila, Estado de México, Guerrero, San Luis Potosí, Jalisco y Morelos, se convulsionan por la guerra intracárteles.
2013 es un año clave para el crimen organizado que ha diversificado sus delitos, que pasó del trasiego y venta de estupefacientes al secuestro, cobro de piso, extorsión, robo de combustible, tráfico y trata de personas. Estos delitos silenciosamente van creciendo en algunos estados bajo la complicidad de las autoridades municipales y estatales.
Municipios de la zona metropolitana de la Ciudad de México que han sido una réplica exacta de plazas como Tamaulipas, Coahuila y Durango, donde los grupos armados se desplazan en camionetas y ejecutan a sus víctimas en bares o centros nocturnos son la muestra del poder creciente de las organizaciones delictivas.
Mil 500 muertos en el primer mes de mandato de Enrique Peña Nieto. Mil 500 muertos por hechos violentos del crimen organizado, víctimas que ya son denominados los muertos de Peña Nieto. Con estos sucesos nos podremos dar cuenta que con el crimen organizado no se pacta, negocia o se cree en ellos.