Peña en el Time y Forbes: el poder del viejo partido |
Alvaro Cepeda Neri
Prólogo Político
Sigue Peña en el protagonismo, como corresponde a su ascenso presidencial. Es hora de posicionarse. Concentrar los reflectores para ocupar el vacío que dejó Calderón. En una entrevista caballerosa, el reportero Roberto Zamarripa del periódico Reforma obtuvo respuestas a sus preguntas; y el reportero gráfico de Carlos Figueroa, cinco fotografías de Peña como inquilino de Los Pinos. No le preguntó sobre la represión del día de su toma de posesión. En la revista Time también lo cuestionaron suavemente. A Tim Padgett y Dolly Mazcareñas, Peña les dijo lo mismo que en el discurso tras su toma de posesión, en su reunión de Palacio Nacional, sin la presión de los senadores y diputados federales, sobre todo de la oposición que, ese día, se enfocaron más a Calderón a quien le gritaron: “¡Borrachín, borrachón!” y “¡Asesino, asesino!”, más las mantas negras donde le recordaban su guerra, sus homicidios, sus víctimas.
Nada nuevo hubo bajo el sol peñista. Eso sí, Peña se sale por la tangente cuando Zamarripa le cuestiona el nombramiento de Chuayffet respecto a la ahora calladita Elba Esther Gordillo. Apunta Zamarripa que Peña no abandona el guión y si acaso, esboza una leve sonrisa al escuchar el nombre de la profesora. Tampoco contesta el cuestionamiento de que sea candidato de las televisoras… de los poderes fácticos. Caballerosa, pero incisiva, la entrevista de Roberto Zamarripa nos hace saber que Peña ha memorizado bien el discurso que no leyó porque se lo dictaban al estilo de Televisa con López Dóriga, por ejemplo. Y contestaba al pie de la letra.
A cada pregunta una respuesta sacada del guión. El título de la entrevista del Time fue: Partido viejo, nuevo arranque, con el subtítulo: Volver al futuro, y el rostro de Peña a toda la portada. Y como apenas se está haciendo del poder, se dedica a repetir su discurso memorizado. Forbes, la revista que elabora listas en varios temas, ya colocó a Peña en el numero 54 de los poderosos políticamente. Por alas para volar no ha faltado y Peña sube, agarra altura. Es el inicio. Se sabe con las miradas puestas en él. No tarda Televisa en la entrevista, pero no con Joaquín López Dóriga, sino con Loret de Mola, la nueva estrella de Azcárraga Jean, quien se quitó de encima a Zabludovsky. Y sigue Joaquín, el calderonista, con todo y que entrevistaba a Peña para posicionarlo.
Nada nuevo hubo bajo el sol peñista en las entrevistas, por más que Zamarripa presionó. Insiste a los periodistas estadounidenses que Pemex será objeto de inversión privada para convertirla en copia de la brasileña Petrobras. Se ve a un Peña conservador, antes que de centro-izquierda, cargado a la derecha. No se le ve audaz, como su héroe Obregón; pero sí autoritario con un Osorio Chong en Gobernación, un Murillo Káram en la PGR. Y Chuayffet no es Vasconcelos sino una cara de la moneda de Educación panista, donde la Gordillo es la otra. En Hacienda está de nuevo Pedro Aspe y éste no es ni De la Huerta ni Pani. Y se pasea con toda impunidad el fantasma de Montiel, tío y hacedor de Peña. ¿Se independizará Peña del peñismo antiguo?
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