Mucho se vio lamentarse a Felipe Calderón conforme pasaban los días y se acercaba el momento en que sería llamado Felipe a secas, víctima de la nostalgia por un poder que nunca más será suyo, aunque seguramente lo que más le dolió fue que ya nadie tendrá que reírse de sus chistes si estos no son graciosos.
No pasará mucho tiempo para que se percate que, si hay algo mucho mejor que ser presidente de México, es ser ex presidente. Lejos del escrutinio público, los ex precisos gozan de privilegios que ya quisieran no sólo nosotros, sino cualquiera de los mandatarios del mundo al terminar su gestión.
Y es que mantener a los ex presidentes vivos cuesta al país más de 259 millones de pesos, debido a las pensiones vitalicias a las que son acreedores. La cifra ahora puede variar, aunque no mucho, tomando en cuenta que Miguel de la Madrid ha fallecido pero se integra a ese grupo Felipe Calderón, quien por cierto no se cansó de decir que no aceptaría esa remuneración hasta que vio cerca la luz y salió con su 'dijo mi mamá que siempre sí'.
De todos los ex mandatarios, el único que ha rechazado cobrarla es Ernesto Zedillo, aunque con las múltiples chambas que se le acumulan desde que dejó la silla presidencial no parece hacerle mucha falta. Aunque claro, hay otros beneficios a los que no ha renunciado.
Tome nota de las cosas que gozan estos personajes tan queridos por usted una vez que dejan Los Pinos en manos de un sucesor:
En total tienen a su servicio un grupo de 103 personas, 78 de las Fuerzas Armadas para velar por su seguridad (nunca falta el ingrato resentido que les quiere dar pastelazos) y 25 para otras labores como choferes o empleados de oficina.
Además, gozan de seguro de gastos médicos, uso de inmuebles ya sea en renta o propiedad del Estado donde se incluyen todos los servicios pagados, desde la luz, hasta el papel de baño. Y para que no se cansen, se les incluye una camioneta blindada para él, otra para su esposa, otra para sus hijos, más tres autos para sus escoltas, con todo y pago de tenencia y gasolina.
Tampoco se tienen que preocupar por el recibo de teléfono, lugares de reposo en México, viajes al extranjero (seis por año), y por supuesto, no podían faltar el pago de bonos mensuales, la prima vacacional, estímulo especial (pa’ que se animen y no se depriman) y apoyo para compra de despensa porque siempre hay que pensar en su canasta básica en donde sin duda deben ir incluidos también una sidra Santa Claus y juguetes Mi Alegría.
¿Ya se está golpeando la cabeza contra el piso? Espere, que como dijera un inolvidable de la farándula, ‘aún hay más’. Cuando los ex mandatarios mueren, su cónyuge tiene derecho a quedarse con 80% de la pensión y 60% de lo seguros, mientras sus hijos reciben esas prestaciones hasta que tengan la mayoría de edad. Haga memoria y descubra quienes la cobran ahora.
Eso sin contar que después se ventilan propiedades extra que levantan suspicacia como la famosa ‘Colina del Perro’ que habitó José López Portillo o las instalaciones del Centro Fox y el Rancho de San Cristóbal, donde hay hasta venados paseando (además de un zorro, claro está) y estanques, plantaciones de agave y demás cosas que no consuelan a Vicente tanto como el hecho de que los sigan llamando presidente.
Felipe Calderón no se da cuenta que lo mejor está por venir (para él) y que sí hay vida después de la Presidencia. Una vida bastante loca que explica por qué hay quienes pelean tanto por ese puesto.
Una película sin clímax
Ironías de la vida. Todo un sexenio viendo a Genaro García Luna siendo el creador de producciones inolvidables como ‘El Equipo’ y ‘La captura de Florence Cassez’ para que al final, en el punto álgido y como todo buen melodrama mexicano sea él quien sea señalado como miembro de la banda de malosos nada más y nada menos que por uno de los capos capturados. Justo en el desenlace de esta película de charros contra gánsters, ‘La Barbie’ lo acusa de recibir sobornos y pone en entredicho las estrategias del gobierno calderonista, que descalifica las declaraciones de criminales confesos pero avala y toma como base para acusar a otros las que vienen de otros involucrados en el crimen, pero que están como testigos protegidos. Aquí no se aplica lo de ‘o todos coludos o todos rabones’, porque quien no tiene cola que le pisen es que se la operó con botox. Curiosamente, en la última comparecencia ante el Senado, tuvo que ser el PRI y no el PAN quien defendiera a García Luna de los embates y acusaciones de algunos legisladores, para que tuviéramos un final inesperado y digno de él, es decir, nada creíble y demasiado fantasioso.
Vivillo desde chiquillo
No cabe duda que lo mejor que pudo pasarle a Ernesto Cordero es haber perdido las elecciones internas del PAN para pelear por la Presidencia de México. Sólo hay que ver dónde ha terminado Josefina Vázquez Mota, quien ha tenido que recurrir al ostracismo para no ser señalada como la candidata del partido en el poder que perdió la silla grande ante el PRI. En cambio, Cordero es de los que caen parados. Lejos de haber sido mandado al exilio, se puso al frente de la lista de legisladores designados por dedazo y ahora es ‘todo un señor’ en el Senado de la República, donde será recompensado con un aguinaldo de 28 mil 133 pesos más una gratificación de 427 mil 173 pesos. Es decir, este fin de año se hará acreedor a 455 mil 306 pesos, sólo superado en este país (sí, aunque usted no lo crea, siempre se puede superar) por Alejandro Luna, presidente magistrado del máximo tribunal electoral y de Juan Silva Meza, presidente de la Suprema Corte. Seguramente es algo similar a lo que usted recibirá próximamente, monedas más, morralla menos. O, ¿No me diga que ya se lo acabó en el Buen Fin?
Misión imposible
De risa loca se oye que nos digan que el pretendido Pacto Nacional, que tienen en suspenso a los tres principales partidos de México, esté fracturando el interior del PRD porque hay corrientes que no quieren acuerdos con nadie que tenga un tinte tricolor o blanquiazul. Como si el partido del sol azteca necesitará de algo o alguien para fracturarse, cuando la división en tribus es uno de sus modos de vida. Pero aunque nadie lo crea, aún podía separarse más. Igual de imposible parecía que a estas alturas se lanzara una iniciativa que pudiera causar irritación, pero Felipe Calderón se supera a sí mismo y nada más para molestar (sabemos muy bien a quien) propuso la instauración de la segunda vuelta en elecciones presidenciales. Aunque no sabemos si la propuesta era seria o parte de una de sus canciones de despedida. Y si de tareas imposibles se trata, por supuesto eso fue el encuentro entre Obama y Peña Nieto, donde nos dejaron con la emoción en la boca cuando en en el encuentro esperábamos algún desliz lingüístico o una cachetada con guante blanco viendo a EPN parlar la lengua de Shakespeare como todo un maestro. Pero no, se fueron por la fácil y cada quien con su traductora nos dejaron con las ganas. ¿Qué es lo que sigue? ¿AMLO dentro del gabinete? Ya todo puede pasar.
Welcome to Mexico Next Top President
Y el destino nos alcanzó. Empieza una era que sin duda nos tiene con el Jesús en la boca ante un panorama que puede ser tan alentador como de pánico. Los traumas no se curan de un plumazo y menos si vienen precedidos por 70 años. Como dijera una canción ochentera y para hacer juego con el escenario dispuesto, el periodo de Enrique Peña Nieto inicia como quinceañera donde “sus sueños se convierten en promesas y empieza la aventura de la vida”. De la suya y aunque no queramos de la nuestra. Ya veremos si todo lo que muchos temen se justifica o por el contrario, resulta toda una sorpresa esta nueva administración. Uno quiere ser optimista, pero la presencia y alianzas con personajes como el ‘Niño Verde’ lo vuelven a uno incrédulo. Por lo menos, y si es fiel a lo que hemos vivido, habrá momentos de esparcimiento continuos en este reality show que entra a su tercera temporada (la primera fue la boda, la segunda la campaña). Y como en todos los existentes, siempre habrá momentos para reír, llorar, escoger a su villano favorito y a su personaje consentido. Tenemos aseguradas seis temporadas más y todas en horario estelar. Mejor disfrute, que este canal lo tendrá que ver, quiera o no quiera. Esta es la tercera llamada, tercera.
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Mi cuenta en Twitter
@geniomutante
No pasará mucho tiempo para que se percate que, si hay algo mucho mejor que ser presidente de México, es ser ex presidente. Lejos del escrutinio público, los ex precisos gozan de privilegios que ya quisieran no sólo nosotros, sino cualquiera de los mandatarios del mundo al terminar su gestión.
Y es que mantener a los ex presidentes vivos cuesta al país más de 259 millones de pesos, debido a las pensiones vitalicias a las que son acreedores. La cifra ahora puede variar, aunque no mucho, tomando en cuenta que Miguel de la Madrid ha fallecido pero se integra a ese grupo Felipe Calderón, quien por cierto no se cansó de decir que no aceptaría esa remuneración hasta que vio cerca la luz y salió con su 'dijo mi mamá que siempre sí'.
De todos los ex mandatarios, el único que ha rechazado cobrarla es Ernesto Zedillo, aunque con las múltiples chambas que se le acumulan desde que dejó la silla presidencial no parece hacerle mucha falta. Aunque claro, hay otros beneficios a los que no ha renunciado.
Tome nota de las cosas que gozan estos personajes tan queridos por usted una vez que dejan Los Pinos en manos de un sucesor:
En total tienen a su servicio un grupo de 103 personas, 78 de las Fuerzas Armadas para velar por su seguridad (nunca falta el ingrato resentido que les quiere dar pastelazos) y 25 para otras labores como choferes o empleados de oficina.
Además, gozan de seguro de gastos médicos, uso de inmuebles ya sea en renta o propiedad del Estado donde se incluyen todos los servicios pagados, desde la luz, hasta el papel de baño. Y para que no se cansen, se les incluye una camioneta blindada para él, otra para su esposa, otra para sus hijos, más tres autos para sus escoltas, con todo y pago de tenencia y gasolina.
Tampoco se tienen que preocupar por el recibo de teléfono, lugares de reposo en México, viajes al extranjero (seis por año), y por supuesto, no podían faltar el pago de bonos mensuales, la prima vacacional, estímulo especial (pa’ que se animen y no se depriman) y apoyo para compra de despensa porque siempre hay que pensar en su canasta básica en donde sin duda deben ir incluidos también una sidra Santa Claus y juguetes Mi Alegría.
¿Ya se está golpeando la cabeza contra el piso? Espere, que como dijera un inolvidable de la farándula, ‘aún hay más’. Cuando los ex mandatarios mueren, su cónyuge tiene derecho a quedarse con 80% de la pensión y 60% de lo seguros, mientras sus hijos reciben esas prestaciones hasta que tengan la mayoría de edad. Haga memoria y descubra quienes la cobran ahora.
Eso sin contar que después se ventilan propiedades extra que levantan suspicacia como la famosa ‘Colina del Perro’ que habitó José López Portillo o las instalaciones del Centro Fox y el Rancho de San Cristóbal, donde hay hasta venados paseando (además de un zorro, claro está) y estanques, plantaciones de agave y demás cosas que no consuelan a Vicente tanto como el hecho de que los sigan llamando presidente.
Felipe Calderón no se da cuenta que lo mejor está por venir (para él) y que sí hay vida después de la Presidencia. Una vida bastante loca que explica por qué hay quienes pelean tanto por ese puesto.
Una película sin clímax
Ironías de la vida. Todo un sexenio viendo a Genaro García Luna siendo el creador de producciones inolvidables como ‘El Equipo’ y ‘La captura de Florence Cassez’ para que al final, en el punto álgido y como todo buen melodrama mexicano sea él quien sea señalado como miembro de la banda de malosos nada más y nada menos que por uno de los capos capturados. Justo en el desenlace de esta película de charros contra gánsters, ‘La Barbie’ lo acusa de recibir sobornos y pone en entredicho las estrategias del gobierno calderonista, que descalifica las declaraciones de criminales confesos pero avala y toma como base para acusar a otros las que vienen de otros involucrados en el crimen, pero que están como testigos protegidos. Aquí no se aplica lo de ‘o todos coludos o todos rabones’, porque quien no tiene cola que le pisen es que se la operó con botox. Curiosamente, en la última comparecencia ante el Senado, tuvo que ser el PRI y no el PAN quien defendiera a García Luna de los embates y acusaciones de algunos legisladores, para que tuviéramos un final inesperado y digno de él, es decir, nada creíble y demasiado fantasioso.
Vivillo desde chiquillo
No cabe duda que lo mejor que pudo pasarle a Ernesto Cordero es haber perdido las elecciones internas del PAN para pelear por la Presidencia de México. Sólo hay que ver dónde ha terminado Josefina Vázquez Mota, quien ha tenido que recurrir al ostracismo para no ser señalada como la candidata del partido en el poder que perdió la silla grande ante el PRI. En cambio, Cordero es de los que caen parados. Lejos de haber sido mandado al exilio, se puso al frente de la lista de legisladores designados por dedazo y ahora es ‘todo un señor’ en el Senado de la República, donde será recompensado con un aguinaldo de 28 mil 133 pesos más una gratificación de 427 mil 173 pesos. Es decir, este fin de año se hará acreedor a 455 mil 306 pesos, sólo superado en este país (sí, aunque usted no lo crea, siempre se puede superar) por Alejandro Luna, presidente magistrado del máximo tribunal electoral y de Juan Silva Meza, presidente de la Suprema Corte. Seguramente es algo similar a lo que usted recibirá próximamente, monedas más, morralla menos. O, ¿No me diga que ya se lo acabó en el Buen Fin?
Misión imposible
De risa loca se oye que nos digan que el pretendido Pacto Nacional, que tienen en suspenso a los tres principales partidos de México, esté fracturando el interior del PRD porque hay corrientes que no quieren acuerdos con nadie que tenga un tinte tricolor o blanquiazul. Como si el partido del sol azteca necesitará de algo o alguien para fracturarse, cuando la división en tribus es uno de sus modos de vida. Pero aunque nadie lo crea, aún podía separarse más. Igual de imposible parecía que a estas alturas se lanzara una iniciativa que pudiera causar irritación, pero Felipe Calderón se supera a sí mismo y nada más para molestar (sabemos muy bien a quien) propuso la instauración de la segunda vuelta en elecciones presidenciales. Aunque no sabemos si la propuesta era seria o parte de una de sus canciones de despedida. Y si de tareas imposibles se trata, por supuesto eso fue el encuentro entre Obama y Peña Nieto, donde nos dejaron con la emoción en la boca cuando en en el encuentro esperábamos algún desliz lingüístico o una cachetada con guante blanco viendo a EPN parlar la lengua de Shakespeare como todo un maestro. Pero no, se fueron por la fácil y cada quien con su traductora nos dejaron con las ganas. ¿Qué es lo que sigue? ¿AMLO dentro del gabinete? Ya todo puede pasar.
Welcome to Mexico Next Top President
Y el destino nos alcanzó. Empieza una era que sin duda nos tiene con el Jesús en la boca ante un panorama que puede ser tan alentador como de pánico. Los traumas no se curan de un plumazo y menos si vienen precedidos por 70 años. Como dijera una canción ochentera y para hacer juego con el escenario dispuesto, el periodo de Enrique Peña Nieto inicia como quinceañera donde “sus sueños se convierten en promesas y empieza la aventura de la vida”. De la suya y aunque no queramos de la nuestra. Ya veremos si todo lo que muchos temen se justifica o por el contrario, resulta toda una sorpresa esta nueva administración. Uno quiere ser optimista, pero la presencia y alianzas con personajes como el ‘Niño Verde’ lo vuelven a uno incrédulo. Por lo menos, y si es fiel a lo que hemos vivido, habrá momentos de esparcimiento continuos en este reality show que entra a su tercera temporada (la primera fue la boda, la segunda la campaña). Y como en todos los existentes, siempre habrá momentos para reír, llorar, escoger a su villano favorito y a su personaje consentido. Tenemos aseguradas seis temporadas más y todas en horario estelar. Mejor disfrute, que este canal lo tendrá que ver, quiera o no quiera. Esta es la tercera llamada, tercera.
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