OAXACA, Oax. (apro).- Trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia determinaron presentar amparos contra la modificación a la Ley Federal del Trabajo (LFT) por considerarla anticonstitucional, pues argumentan que la reforma violenta sus garantías individuales, manifestó la secretaria general de Arquitectos del INAH, Marcela Pérez Cruz.
En el marco del XII Congreso Nacional Académico y la Asamblea General Ordinaria de la Delegación D-II-IA-2 que se realizan en esta capital, los trabajadores subrayaron que además de presentar amparos de manera individual, también recurrirán a instancias internacionales en materia de derechos humanos.
También publicarán un desplegado donde fijarpan su postura sin descartar sumarse a movilizaciones y realizar las propias.
Luego de quejarse de que las autoridades del INAH intentaron por todos los medios boicotear este congreso, Pérez Cruz destacó que el movimiento nacional que iniciaron en julio pasado con denuncias contra los responsables del patrimonio cultural arqueológico y monumental en diversos sitios del país, derivó en denuncias penales contra el líder del sindicato de académicos, Felipe Echenique, quien es acusado de “apología de la violencia” y afectaciones al erario.
De igual forma, un trabajador de Oaxaca es acosado laboralmente por haber participado en esas acciones sindicales.
Otro acto de represión observado en la delegación Oaxaca es que las autoridades mandaron quitar las mantas que colocaron los trabajadores por la defensa del INAH y los bienes arqueológicos e históricos, y el caso más reciente es que quisieron bloquear el congreso pero no lo consiguieron.
Los inconformes precisaron que en el sexenio de Felipe Calderón se hicieron innumerables afectaciones al patrimonio histórico de la nación, ya que se intervinieron templos y lo que hicieron no fue restaurarlos sino alterarlos y construirlos para el turismo, aunque se perdiera la autenticidad de los bienes.
A ello hay que sumarle que hay una total opacidad en el manejo de los recursos públicos; que los proyectos se hacen “sobre las rodillas” y que se asigna la obra de manera directa al contratista o al supervisor de obra que, en el caso de Oaxaca, recae en el arquitecto Juan Urquiaga.
De igual forma, las autoridades planean realizar eventos, conciertos y que se exploten las zonas arqueológicas de manera económica sin fijarse en su conservación.
En el marco del XII Congreso Nacional Académico y la Asamblea General Ordinaria de la Delegación D-II-IA-2 que se realizan en esta capital, los trabajadores subrayaron que además de presentar amparos de manera individual, también recurrirán a instancias internacionales en materia de derechos humanos.
También publicarán un desplegado donde fijarpan su postura sin descartar sumarse a movilizaciones y realizar las propias.
Luego de quejarse de que las autoridades del INAH intentaron por todos los medios boicotear este congreso, Pérez Cruz destacó que el movimiento nacional que iniciaron en julio pasado con denuncias contra los responsables del patrimonio cultural arqueológico y monumental en diversos sitios del país, derivó en denuncias penales contra el líder del sindicato de académicos, Felipe Echenique, quien es acusado de “apología de la violencia” y afectaciones al erario.
De igual forma, un trabajador de Oaxaca es acosado laboralmente por haber participado en esas acciones sindicales.
Otro acto de represión observado en la delegación Oaxaca es que las autoridades mandaron quitar las mantas que colocaron los trabajadores por la defensa del INAH y los bienes arqueológicos e históricos, y el caso más reciente es que quisieron bloquear el congreso pero no lo consiguieron.
Los inconformes precisaron que en el sexenio de Felipe Calderón se hicieron innumerables afectaciones al patrimonio histórico de la nación, ya que se intervinieron templos y lo que hicieron no fue restaurarlos sino alterarlos y construirlos para el turismo, aunque se perdiera la autenticidad de los bienes.
A ello hay que sumarle que hay una total opacidad en el manejo de los recursos públicos; que los proyectos se hacen “sobre las rodillas” y que se asigna la obra de manera directa al contratista o al supervisor de obra que, en el caso de Oaxaca, recae en el arquitecto Juan Urquiaga.
De igual forma, las autoridades planean realizar eventos, conciertos y que se exploten las zonas arqueológicas de manera económica sin fijarse en su conservación.
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