Antes de que juntos definamos qué sentido ha de tomar nuestro Movimiento, siento que debemos recordar de dónde venimos, lo que juntos hemos logrado y, lo más importante: aquello que nos distingue de las demás fuerzas políticas.
MORENA, desde sus inicios, ha establecido una marcada línea divisoria con respecto a los gobiernos corruptos de derecha, que abundan, es indudable.
MORENA, por naturaleza, ha abanderado cuanta demanda justa y lucha social ha considerado pertinente, siempre bajo la figura del beneficio colectivo, la justicia y la razón, lo cual nos mantiene dignos y con la cara en alto.
MORENA promueve una nueva forma de participación directa y ciudadana, con una clara línea de izquierda, lo que le permite tener reconocimiento y un amplio respaldo social, conceptos éstos tan manoseados últimamente. Y para ello, en mi opinión personal, jamás ha necesitado de cobijarse bajo la figura de partido político. De ahí nuestra fuerza y nuestra calidad moral.
Cuando en el 2006, un amplio sector de la sociedad decidió alzar su voz para protestar lo que consideró una clara injusticia en contra de la decisión de millones de mexicanos, ¿quién tomo la calle? ¿Un partido político? No. Fue la gente en torno a quien representó la esperanza de cambio en la conducción económica, social y política de México. Y esa gente no representaba a un partido político. Se representaba a sí misma, con orgullo y dignidad.
Y sí, en 2006 fuimos masa que se fue organizando ante el llamado de un líder para formar el Gobierno Legítimo, no un partido político. Y en 2009 logramos, organizadamente, constituir las casas del Movimiento, cuyo objetivo central fue atender y defender a la población que sufría agravios por parte de uno de los integrantes del sistema de poder: la Banca. Y las pocas casas que a la fecha sobreviven, han refrendado día a día ese compromiso. Y en Benito Juárez, lo digo con orgullo, tenemos una muestra palpable de ello. Y ese amplio sector agraviado sabe que puede contar con el apoyo solidario, oportuno y gratuito que le brinda no un partido político, sino un Movimiento: el Movimiento Regeneración Nacional: MORENA. Y como muchos de ustedes saben, la Casa de MORENA en Benito Juárez no recibe financiamiento de nadie, mucho menos de partidos políticos, lo cual le ha permitido desarrollarse de manera autónoma, gracias a la cooperación y el entusiasmo de quienes a ella, orgullosamente, pertenecemos. Así que, ¿partido político? ¿Para qué? Si hemos podido desplegar una gran cantidad de actividades asistenciales, productivas, artísticas y culturales sin necesidad de comprometer la dignidad y la autonomía que deben regir la causa social, humana y solidaria. Y así, dignos e independientes, emprendimos la defensa del petróleo, la Soberanía y la Economía Popular. ¿Y acaso necesitamos para ello ser partido político?... No.
Y luego vino MORENA…
Y con MORENA llegó la esperanza de un Cambio Verdadero y la alta, muy alta probabilidad de lograrlo organizada, civil y pacíficamente, gracias a los 4 millones de protagonistas que dijeron: VAMOS.
Vamos a hacer trabajo territorial: Comités, Estructura, Organización.
Vamos a cuidar las casillas para que no se cometa nuevamente un fraude.
Vamos a transmitir nuestro mensaje a la ciudadanía y a demostrarle que sí se puede. ¿Y acaso fuimos partido político? NO.
MORENA cumplió un trabajo muy digno, cuando así se le requirió. Y así seguirá siendo, manifestando congruencia entre su hacer y su decir. Refrendando su profundo compromiso con las clases más desprotegidas. Oponiendo siempre, al proyecto de la derecha, una visión comprometida y nacionalista de izquierda. Teniendo como ejes rectores la justicia y la razón, y manteniendo siempre a la Historia como su estrella polar.
¿Puede algún partido político, en cualquier parte del mundo, garantizar esto? NO. La realidad nos demuestra que quienes pertenecen a un partido político sólo pueden permanecer dentro de él mientras acaten su filosofía y sus postulados. En MORENA cabemos todos: estudiantes y rechazados, ricos y pobres, amas de casa y profesionistas, creyentes y ateos, convergentes y divergentes, empleados y desempleados, todos, todos, todos. Incluso aquellos que puedan cuestionar de manera legítima nuestro Proyecto de Nación y saber que su opinión será respetada por el simple hecho de pertenecer de manera voluntaria al Movimiento, sin tener el temor de ser expulsado del mismo. ¿Puede algún partido político garantizarnos esto? NO.
Estimados Congresistas de MORENA en Benito Juárez:
Hoy habremos de tomar una importante decisión acerca del rumbo que tomará nuestro Movimiento. E independientemente de cuál sea éste, lo que habremos ganado será el respeto a la decisión colectiva y razonada que aquí se emita. Misma que habremos de acatar si somos congruentes, nos guste o no, y con ella deberemos transitar, pero manteniendo el carácter ciudadano plural e incluyente que hasta hoy nos ha caracterizado, y partiendo siempre de una cultura política asentada en los altos principios de la moral y la ética.
A partir de hoy, nos esperan nuevos retos.
Nuestra organización tomará un cauce y entre todos habremos de cuidar para que aquello en lo que evolucione no se corrompa, no se pervierta ni se prostituya, porque entonces la ciudadanía, esa que apenas hemos empezado a construir, nos dará la espalda, como lo está haciendo con la mayoría de los partidos políticos en todo el mundo, me atrevería a decir.
Nosotros, en cambio, tenemos una fuerza moral, intelectual y política ganada a pulso, misma que no debemos perder, ni mucho menos olvidar ante el embeleso que representan las prerrogativas asignadas a todo partido político. MORENA tiene otros ideales: La justicia y la Verdad…
MORENA tiene otro compromiso: con la gente y con la Historia…
Y MORENA tiene un objetivo fundamental: transformar la vida pública de México. Por favor razónenlo al momento de emitir su voto.
Muchas gracias.Álvaro Soto Haro.
Octubre de 2012.
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