Crónica de violencia urbana en Puebla.

Acabo de ver algo que me puso los pelos de punta. En la esquina de la 15 poniente con la Esteban de Antuñano, un auto se le cerró a una combi y del Nissan salieron unos jovencitos, como de 20 años, corriendo para subirse a la combi en la parte de atrás. Hasta ahí no parecía nada extraño pero obstruían la vialidad, así que los rebasó mi esposo (que iba al volante) y al llegar a la altura de los choferes de ambos autos me dí cuenta que era un asalto a mano armada. Estaban justo de mi lado y el chico apuntando al chofer de la combi me quedaba de plano a menos de un metro. Mi marido se apanicó y salió a la avenida Esteban de Antuñano a todo lo que podía. Ni tiempo de ver las placas tuvimos. Llamamos al 066 Y NO NOS CONTESTARON. Luego regresamos a una calle de distancia para ver si había algo que podíamos hacer por las vícitmas y sólo estaba la combi abandonada. Se levnataron a los que iban en ella. Eran las 4 de la tarde.

Esta no parece ser la Puebla de hace unos años. El miedo de que se suelte una balacera ya no se remite a lugares peligrosos, como las zonas rojas. Ahora cualquiera está expuesto a morir por una bala perdida, por un ladrón de autos, o por lo que sea, en cualquier parte.

  Lydia E. Gómez G.