Comenzó la segunda mitad de agosto. Faltan, de acuerdo con la ley, 17 días para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Tribepojufe) declare inválidos los resultados de los comicios del primero de julio o entregue a Enrique Peña Nieto el título de “presidente electo”. Estamos, en otras palabras, a dos semanas y 72 horas de que se agote la estrategia seguida por Andrés Manuel López Obrador para enfrentar el fraude modelo 2012 por la vía jurídica. ¿Qué sucederá si la magistrada y los magistrados se burlan de él y de los 16 millones de personas que, según el IFE, le dieron su voto?
En un agudo análisis que publicó en La Jornada algunos sábados atrás, el experto en problemas del campo, Armando Bartra, expuso que con el voto comprado de los más pobres y el control de los medios de comunicación, especialmente de las televisoras, el PRI calcula que logrará suficiente gobernabilidad como para imponer a Peña Nieto y mantenerlo en Los Pinos. ¿Qué ocurrirá si el veredicto del Tribunal desata la ira de amplios sectores del pueblo?
Cuando la y los magistranzas emitan su fallo, para los poderes fácticos entrará en vigor el sabio refrán que dice: palo dado ni Dios lo quita. Pero, ¿cómo reaccionarán si la gente se vuelca a las calles, con palos y piedras, a demostrar que no habrá gobernabilidad mientras Peña Nieto y sus malvivientes no renuncien a su pretensión de prolongar seis años más la dictadura salinista instaurada en 1982?
“No los dejaremos dormir”, vaticinó Paco Ignacio Taibo ante decenas de miles de indignados que se reunieron en el Zócalo al cabo de una de las megamarchas recientes. “Seremos su peor pesadilla”, abundó el creador del detective mexicano-vasco-irlandés Belascoarán Shayne. Hoy la pregunta es: ¿cómo expresaremos nuestro repudio, nuestra cólera, nuestra ira?
Me sube a la superficie de la memoria la imagen de la niña vietnamita que fue retratada por un fotógrafo de prensa, mientras corría desnuda, aullando después de un bombardeo de napalm. En su desamparo, su terror, su orfandad, denunciaba la ausencia de instituciones que la protegieran de los horrores del mundo. ¿No era la suya una situación semejante a la nuestra?
Saqueados, devastados, amenazados, sepultados bajo decenas de miles de cuerpos humanos que murieron en circunstancias espantosas, inmersos en la pesadilla continua de los que desaparecen a diario, sometidos a la voracidad de las empresas que se llevan nuestros recursos naturales y a cambio sólo dejan contaminación, aridez y enfermedades degenerativas, solos como la niña vietnamita, ¿qué haremos cuando los fantoches de la simulación electoral nos digan que, por “respeto a la voluntad mayoritaria” tendremos que soportar otros seis años las mismas torturas?
Pronto veremos de qué lado está la astucia. Si los magistranzas vierten el contenido de sus intestinos gruesos sobre las montañas de tarjetas de Soriana Aprecio Por Ti, Buen Vecino, La Tamaulipeca, Tamaulipas Siempre Gana, Apoyo a la Mujer, Bancomer Prepagada, Bancomer Pagos, Internacional de Banamex Perfiles, Monex Lealtad Master Card y Regalos Wal-Mart, entre otras, y sobre los 3 mil 600 artículos promocionales que fueron repartidos con el nombre y la foto de Peña Nieto impresos, e incluso sobre los pollos, patos, cerdos y chivos que el PrimerOrganizado “obsequió” en los estados de Guerrero, Campeche, Zacatecas y Veracruz; si, en suma, se zurran en las múltiples pruebas del fraude, la compra de votos y el lavado de dinero, ¿pensarán que de ese modo se cerrará un capítulo más en la historia de la abyección y la vida seguirá su triste curso sin hacer ruido?
Reitero: pronto lo veremos. Por ahora meditemos: ¿qué nos conviene más? ¿Que echen abajo la elección y la repitan dentro de año y medio bajo las mismas reglas? ¿O que impongan al narcopetoncito y dentro de año y medio el país reviente, el sistema electoral se hunda y la megacrisis que estalle obligue a los de arriba a poner en práctica reformas verdaderas para restablecer la gobernabilidad entre los de abajo?
Faltan 17 días para que sepamos de qué lado va a mascar la iguana. Hoy por hoy también estaré en Twitter, en la cuenta @Desfiladero132, por si ocupan.
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