El candidato presidencial reitera que buscará que los electores puedan contrastar propuestas
Rosa Elvira Vargas
Periódico La Jornada
Domingo 10 de junio de 2012, p. 5
Domingo 10 de junio de 2012, p. 5
Como en su inicio de campaña –el primer minuto del 30 de marzo pasado–, Enrique Peña Nieto estará hoy por la noche en la plaza Liberación de Guadalajara para festejar con sus seguidores.
Sin embargo, esta vez el candidato de la coalición Compromiso con México llega al segundo debate entre candidatos presidencial en condiciones y ánimo muy distintos a los del primer encuentro, también organizado por el Instituto Federal Electoral (IFE).
Cinco días después de aquel debate con sus contrincantes irrumpieron en el escenario de su hasta entonces plácido recorrido proselitista, estudiantes universitarios hoy constituidos en el movimiento #YoSoy132, para hacerle patente su rechazo en prácticamente todas las plazas del país donde se ha presentado desde entonces.
Y apenas el jueves, un nuevo elemento se sumó como ingrediente perturbador de la planificada agenda del candidato priísta: las revelaciones del diario británico The Guardian sobre sus negociaciones con Televisa para apuntalar, desde sus años como gobernador del estado de México, sus aspiraciones presidenciales y al mismo tiempo atacar a Andrés Manuel López Obrador.
Frente a tales sucesos, tanto el propio Peña Nieto como el PRI han asumido actitudes reiteradas de, en el primer caso, dar la bienvenida a la expresión juvenil y asegurar su respeto a la libertad de expresión y manifestación.
En el caso del rotativo inglés, el mismo día de la publicación, tanto el aspirante presidencial como su vocero, David López, insistieron en rechazar la autenticidad de los documentos. Los calificaron de
refritos, de ser señalamientos ya hechos con anterioridad y sin validez alguna, pues –aseguran– todas las operaciones publicitarias del gobierno mexiquense de cuando Peña Nieto estuvo al frente se encuentran documentadas en su página de transparencia.
En ese contexto, interrogado a lo largo de la semana pasada sobre si su comportamiento en el debate será distinto al mostrado en el primero, el aspirante priísta no movió un ápice su discurso:
llevaré propuestas y compromisos.
Se trata –señaló– de dar posibilidades a los ciudadanos de contrastar con las ofertas de los otros candidatos, sobre todo en
cómollevarlas a la práctica.
Peña Nieto ha insistido –y lo expresó también el pasado jueves ante los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial– en que el reto de México es lograr una democracia con resultados, donde la gestión del gobierno se exprese en soluciones a los problemas de la sociedad.
Su planteamiento es, en resumen:
mayor crecimiento económico, mejores condiciones para la seguridad, mayores oportunidades de empleo y reformas estructurales, y realizar estas acciones –indica–
para lograr que en cada hogar mexicano haya mayor calidad de vida y un ingreso que alcance para cubrir mejor sus necesidades de alimentación, educación y esparcimiento.
Del cuartel de Peña Nieto se informó ayer que formarán parte de sus invitados al debate de este día, además de su familia, los líderes de los partidos que lo postulan, Pedro Joaquín Coldwell y Arturo Escobar, del PRI y del PVEM, respectivamente; los representantes ante el IFE, Sebastián Lerdo de Tejada y Andrés Massieu; el coordinador de la campaña, Luis Videgaray, y los vicecoordinadores Felipe Solís Acero y Jorge Carlos Ramírez Marín, así como Cristina Díaz, Emilio Gamboa, Miguel Osorio Chong, dirigentes del partido, y David López.
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