jueves, 12 de abril de 2012

Pugnas priistas ‘despeñan’ gira de EPN por Oaxaca

 

Reciben a Peña Nieto con protestas en Oaxaca. Foto: Miguel Dimayuga
Reciben a Peña Nieto con protestas en Oaxaca.
Foto: Miguel Dimayuga
 
OAXACA, Oax. (apro).- Al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, le llovió, le tembló y hasta le gritaron “¡asesino!” en su primera vista por Oaxaca.
La fractura interna del PRI de Oaxaca motivó su enojo y su primer descalabro político, a tal grado que el candidato presidencial les recriminó la división y los conminó a la unidad, durante la comida realizada poco antes del mitin en el centro de esta ciudad.
La estancia del candidato de la alianza Compromiso por México no fue del todo tersa y su cierre, en la Alameda de León, fue de lo más desafortunado.
Entre gritos de “asesino”, “asesino”, “asesino”; “fuera”, “fuera” “fuera”; “que se calle”, “que se calle; y “el pueblo consciente no vota por un copete”, Peña Nieto firmó su compromiso para “consolidar la red hospitalaria para Oaxaca”
“Queremos más hospitales… pero funcionando”, dijo sin reparar que precisamente la administración del priista Ulises Ruiz Ortiz ha sido denunciada por dejar inconclusas 102 obras hospitalarias, entre ellas ocho hospitales y 62 centros de salud, así como de ser el dueño del Hospital Sedna, considerado uno de los más caros del país.
El compromiso de Peña Nieto fue opacado con gritos de “mentiroso, “mentiroso”, “mentiroso”, al tiempo que algunos priistas respondieron con porras gritando “Peña Nieto”, “Peña Nieto”, “Peña Nieto”, lo que generó un zipizape entre seguidores y detractores, donde se arrojaron botellas y agua, de tal manera que la ligera lluvia y el sismo de 6.4 grados en la escala de Richter con epicentro en Michoacán pasó desapercibido para muchos.
Alrededor de 30 integrantes del colectivo Voces Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL) ,encabezada por David Venegas, realizaron una marcha de la fuente de las Ocho Regiones al mitin de Peña Nieto, donde mostraron cartulinas con consignas de rechazo: “EPNOaxaca-notequiere”, “No votes por un ignorante”, “Atenco no se olvida y Oaxaca tampoco”, “Ulises Ruiz asesino”.
En respuesta, los priistas que portaban playeras con la leyenda “Grupo Atlacomulco” y la dirigente de las mujeres de la CNOP, Ángeles Cabrera, se confrontaron con los integrantes de VOCAL. La lluvia de botellas provocó que un militante del PRI agrediera físicamente al reportero del portal Oaxaca en pie de lucha, Jorge Luis Martínez.
Los golpes entre el priista y el reportero oaxaqueño se registraron a unos cuantos metros del templete, donde Peña Nieto, al parecer, no se enteró de la golpiza que ocurría debajo de él. Siguió saludando y brincando a las masas, como si nada ocurriera.
La Alameda de León se convirtió en un búnker para recibir a Peña Nieto. Se colocaron 10 arcos detectores de metales en los alrededores del Centro Histórico de Oaxaca, mientras que el grupo musical Los Caciques, parientes del exgobernador Ulises Ruiz Ortiz, amenizaban el mitin.
Los agentes de tránsito municipal trataban de ordenar la vialidad en el Centro Histórico, hasta donde llegaron 350 autobuses con priistas “acarreados” desde distintos municipios de las 8 regiones de Oaxaca, especialmente de los Valles Centrales de la entidad.
La mayoría de los 350 autobuses se estacionaron en las calles Morelos, Independencia, García Vigil, Hidalgo y Guerrero. A los asistentes les “pasaron lista” antes y después del mitin. Una señora, enjundiosa, se peleó con el equipo de seguridad del candidato presidencial priista porque no la dejaban acercarse al templete. “¡Yo les traje a 500 personas!”, reclamaba.
Antes de que se realizara el mitin en el centro oaxaqueño, a unos metros del restaurante Dos38 Gril, donde Peña Nieto sostenía una comida con la estructura de su partido, se apostaron 28 personas encabezadas por Julio Pizarro que portaban cartulinas fosforescentes y leyendas contra el exgobernador Ulises Ruiz Ortiz:
“URO maldito asesino ratero”, “2006 gobierno de muerte”, “2006 gobierno asesino”, “Regresa el billete URO”, “Narcoulises”, “PRI represor”, “Ulises regresa lo que te robaste”, “Ulises lacra social” y “URO papá de Peña Nieto, rata de dos patas”.
Los inconformes obstruyeron la avenida San Felipe durante media hora, mientras que Peña Nieto exhortaba a “la unidad” a los priistas oaxaqueños. Entre los que asistieron a la comida se encontraban el diputado federal Elpidio Concha y Jacinto Pineda, El Diablo, señalados ambos de ser los autores del asesinato del profesor Serafín García Contreras.
En la comida fue notoria la ausencia de Ulises Ruiz Ortiz, acusado de ser responsable de varios asesinatos políticos y del desvío de más de cuatro mil millones de pesos. Quien encabezó la comida fue Eviel Pérez Magaña, el candidato a gobernador derrotado en 2010 y actual candidato a senador del PRI por Oaxaca.
Visita a Guelatao
Desde el mediodía no le pintaban bien las cosas al candidato del PRI. En Guelatao de Juárez, al encontrar una plaza cívica semivacía, Peñas Nieto reclamó a su coordinador de campaña en Oaxaca, Heliodoro Díaz Escárraga: “A ver, ¿dónde está la gente?”.
En la tierra del Benemérito de las Américas, Benito Juárez, el candidato priista sintió la orfandad de su partido, literalmente partido entre los grupos de los exgobernadores Ulises Ruiz Ortiz, Diódoro Carrasco y José Murat, quien por cierto, reapareció públicamente en los mítines de Peña Nieto.
“Los traidores a su casa. Aquí no hay lugar para traidores”. Fue el primer reclamo que hizo la priista Lilia Mendoza a Héctor Velasco, coordinador de giras del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, en un desangelado acto político.
El segundo reclamo fue para Heliodoro Díaz Escárraga, coordinador de campaña en Oaxaca, por excluirlos de la gira.
Ante unas 300 personas, la mayoría integrantes del grupo “Princesa Donají”, Peña Nieto rompió el protocolo de seguridad y saludó casi a todos los asistentes, muchos de ellos, buscando la foto con Angélica Rivera, La Gaviota.
Una vez retiradas las barras metálicas, Peña Nieto tardó en llegar 12 minutos, de su camioneta a la estatua de Benito Juárez, donde montó una guardia de honor de apenas 20 segundos. Desde las gradas de la explanada el exgobernador José Murat observaba.
Peña Nieto se enfiló a una sala para firmar el libro de visitantes distinguidos. Durante los 10 minutos que le tomó en llegar a la sala, trastabilló.
“Gran honor estar en la tierra que viera nacer al Benemérito de las Américas y en mi primera visita a Oaxaca, tomar de él, su ejemplo de coraje y tenacidad frente a la adversidad para lograr justicia para el pueblo”, asentó en el libro.
Ya sin dirección, Peña Nieto se norteó y buscó a Helidoro Díaz, quien en ese momento saludaba a su exjefe José Murat y a la dirigencia estatal del PRI alterna a la oficial, en poder de Ulises Ruiz.
“¿Dónde está Heliodoro?”, preguntó Peña Nieto a su equipo de campaña, quienes a su vez interrogaban: “¿Quién es Heliodoro?”
Heliodoro se apareció y el candidato cuestionó enojado: “¿A ver dónde está la gente?”.

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