Luis Ernesto Derbez Bautista, extitular de la SRE. Foto: Alejandro Saldívar |
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Hoy, como ayer, Luis Ernesto Derbez Bautista se prepara para jugar el papel de uno de los financieros ilegales de la campaña presidencial del PAN. Lo hizo en su momento con Vicente Fox, también al margen de la ley, y lo pretende ahora con Josefina Vázquez Mota (Milenio Puebla del pasado 23 de noviembre). El modus operandi de este político ha estado amparado por el cinismo, la impunidad y la corrupción. Siempre he estado convencido de que el que afirma tiene la responsabilidad de demostrar sus afirmaciones. A los hechos aquí me remito.
Primero. Luis Ernesto Derbez Bautista, como director del Instituto Internacional de Finanzas, con sede tanto en León, Guanajuato, como en Puebla, recibió, participó y entregó recursos a la campaña de Vicente Fox en el año 2000. En efecto, la Comisión de Fiscalización del IFE detectó, entre otras irregularidades, que el 13 de mayo del 2000 Rosa María Arand de Derbez, esposa de Luis Ernesto, hizo varios depósitos incompatibles con sus estados financieros.
Como es público, los servicios de Derbez fueron ampliamente recompensados al ser designado, primero, secretario de Economía (puesto que ocupó de diciembre de 2000 a 2003), y enseguida, secretario de Relaciones Exteriores (donde estuvo de 2003 a 2006). No perdió el tiempo para hacer negocios personales en perjuicio del erario.
Como titular de la Secretaría de Economía (SE) organizó a través de fideicomisos –es decir, privatizó dinero de la sociedad para evadir la fiscalización de su proceder– diversos negocios que resultaron beneficiados con los apoyos de la propia secretaría que encabezaba. De acuerdo con el resultado de la revisión y fiscalización de la cuenta pública de 2003 practicada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), entre diversas irregularidades “se observó que la SE no reportó en la cuenta pública la totalidad de los recursos de los subejercicios que generó durante los años de 2001 a 2003” (tomo IV, volumen I, página 73).
Segundo. Como secretario de Economía y de Relaciones Exteriores hizo del erario un “cochinito” para él y sus allegados. Con ese propósito, Derbez quiso pasar desapercibido creando y cerrando fideicomisos y sociedades civiles y anónimas destinadas a organizar cumbres internacionales que, generalmente, no son susceptibles de ser revisadas exhaustivamente porque descansan en honorarios profesionales y consumibles que permiten manipular los recursos erogados.
Así, por ejemplo, siendo titular de la SE, Derbez fungió al mismo tiempo como presidente de la Comisión Intersecretarial para la Expo Aichi 2005 y muchas otras a través de la sociedad paraguas denominada Comité Organizador Mexicano (Comormex), la cual recibió al menos mil 500 millones de pesos cuyo destino no ha sido aclarado. Ese monto fue recibido supuestamente para “apoyar” al menos siete cumbres y reuniones internacionales que, por cierto, no se tradujeron en beneficios para el país.
De manera engañosa, Derbez hacía dejar ver que Comormex era parte del gobierno mexicano (Boletín de información de la OEA, del 27 de octubre de 2003). A pesar de que la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene la atribución de intervenir directamente en exposiciones, congresos y conferencias de los que el gobierno forme parte (artículo 28, fracción III de la LOAPF), “el sector privado nacional, a través del Consejo Coordinador Empresarial, A.C. (CCE) y del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología, A.C. (Comce), consideró conveniente constituir un fideicomiso de carácter privado (…) conocido como ‘Comité Organizador Mexicano’” (“Estudio 1552 SRE”, del IFAI). Supuestamente, este organismo fue creado con el objeto “de instrumentar una administración transparente a través de la definición de mecanismos que les permitieran justificar, comprobar y vigilar la aplicación de dichos recursos” (oficio POP-2211/05 de la SRE).
El fideicomiso, que fue todo, pero jamás “transparente”, en realidad era un negocio de Derbez. Así se puede comprobar con la revisión de la escritura 28605 constituida ante el notario público número 242 del DF e inscrita en el Registro Público de la Propiedad con folio 266270, donde se da vida jurídica a Comormex. Entre los socios no estaba, desde luego, el Consejo Coordinador Empresarial. Aparecen Marco Antonio Victoria Romero y Dolores Ruiz Huerta, esposo y hermana, respectivamente, de la operadora financiera de Luis Ernesto Derbez, Mónica Ruiz Huerta.
Tercero. Por si lo anterior no fuera suficiente, Derbez fue responsable de un quebranto al erario, en el caso del Renave, por más de 50 millones de dólares estadunidenses, y el tribunal internacional que revisó el caso consideró que “fue responsable de un patrón de comportamiento que sólo puede calificarse como irracional, perverso y de mala fe” (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones en los casos CIADI Nos. Arb. (AF)/04/3 y ARB. (AF)/04/4 entre Gemplus, S.A., SLP, S.A. y Gemplus Industrial, S.A. de C.V. y los Estados Unidos Mexicanos, representado por la Secretaría de Economía).
De la misma manera, Luis Ernesto Derbez reconoció expresamente haber utilizado recursos públicos para su fallida campaña por la Secretaría General de la OEA entre diciembre del 2004 y marzo del 2005 (Oficio ORA-05/03017, Dirección General de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos. SRE).
Y la cereza del pastel es que carece de cédula profesional de licenciado en economía, como se ostenta (oficio DCP/SCP/3314-AP/11-Folio 1103 de la Dirección General de Profesiones. SEP, del 3 de enero de 2012). Y su título de licenciatura es apócrifo: contiene datos que no se sustentan en los existentes en su aparente alma máter, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (revisión in situ de libro de actas y de acervo de tesis de la propia Facultad de Economía de la UASLP).
En mi experiencia debo decir que es la primera vez que veo que un político involucra directamente a su familia en la comisión de ilícitos. Generalmente, acaso por guardar las formas o por resabios morales, la familia queda fuera de las prácticas de corrupción del servidor público. Algo deberían hacer el PRI y el PRD de cara a un personaje que ha roto con los umbrales de tolerancia de la corrupción, la simulación y la impunidad y que ahora está presto para ofrecer sus servicios a Josefina Vázquez Mota. ¿Este es el modelo de ética del PAN en la campaña presidencial por el cambio? l
Primero. Luis Ernesto Derbez Bautista, como director del Instituto Internacional de Finanzas, con sede tanto en León, Guanajuato, como en Puebla, recibió, participó y entregó recursos a la campaña de Vicente Fox en el año 2000. En efecto, la Comisión de Fiscalización del IFE detectó, entre otras irregularidades, que el 13 de mayo del 2000 Rosa María Arand de Derbez, esposa de Luis Ernesto, hizo varios depósitos incompatibles con sus estados financieros.
Como es público, los servicios de Derbez fueron ampliamente recompensados al ser designado, primero, secretario de Economía (puesto que ocupó de diciembre de 2000 a 2003), y enseguida, secretario de Relaciones Exteriores (donde estuvo de 2003 a 2006). No perdió el tiempo para hacer negocios personales en perjuicio del erario.
Como titular de la Secretaría de Economía (SE) organizó a través de fideicomisos –es decir, privatizó dinero de la sociedad para evadir la fiscalización de su proceder– diversos negocios que resultaron beneficiados con los apoyos de la propia secretaría que encabezaba. De acuerdo con el resultado de la revisión y fiscalización de la cuenta pública de 2003 practicada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), entre diversas irregularidades “se observó que la SE no reportó en la cuenta pública la totalidad de los recursos de los subejercicios que generó durante los años de 2001 a 2003” (tomo IV, volumen I, página 73).
Segundo. Como secretario de Economía y de Relaciones Exteriores hizo del erario un “cochinito” para él y sus allegados. Con ese propósito, Derbez quiso pasar desapercibido creando y cerrando fideicomisos y sociedades civiles y anónimas destinadas a organizar cumbres internacionales que, generalmente, no son susceptibles de ser revisadas exhaustivamente porque descansan en honorarios profesionales y consumibles que permiten manipular los recursos erogados.
Así, por ejemplo, siendo titular de la SE, Derbez fungió al mismo tiempo como presidente de la Comisión Intersecretarial para la Expo Aichi 2005 y muchas otras a través de la sociedad paraguas denominada Comité Organizador Mexicano (Comormex), la cual recibió al menos mil 500 millones de pesos cuyo destino no ha sido aclarado. Ese monto fue recibido supuestamente para “apoyar” al menos siete cumbres y reuniones internacionales que, por cierto, no se tradujeron en beneficios para el país.
De manera engañosa, Derbez hacía dejar ver que Comormex era parte del gobierno mexicano (Boletín de información de la OEA, del 27 de octubre de 2003). A pesar de que la Secretaría de Relaciones Exteriores tiene la atribución de intervenir directamente en exposiciones, congresos y conferencias de los que el gobierno forme parte (artículo 28, fracción III de la LOAPF), “el sector privado nacional, a través del Consejo Coordinador Empresarial, A.C. (CCE) y del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología, A.C. (Comce), consideró conveniente constituir un fideicomiso de carácter privado (…) conocido como ‘Comité Organizador Mexicano’” (“Estudio 1552 SRE”, del IFAI). Supuestamente, este organismo fue creado con el objeto “de instrumentar una administración transparente a través de la definición de mecanismos que les permitieran justificar, comprobar y vigilar la aplicación de dichos recursos” (oficio POP-2211/05 de la SRE).
El fideicomiso, que fue todo, pero jamás “transparente”, en realidad era un negocio de Derbez. Así se puede comprobar con la revisión de la escritura 28605 constituida ante el notario público número 242 del DF e inscrita en el Registro Público de la Propiedad con folio 266270, donde se da vida jurídica a Comormex. Entre los socios no estaba, desde luego, el Consejo Coordinador Empresarial. Aparecen Marco Antonio Victoria Romero y Dolores Ruiz Huerta, esposo y hermana, respectivamente, de la operadora financiera de Luis Ernesto Derbez, Mónica Ruiz Huerta.
Tercero. Por si lo anterior no fuera suficiente, Derbez fue responsable de un quebranto al erario, en el caso del Renave, por más de 50 millones de dólares estadunidenses, y el tribunal internacional que revisó el caso consideró que “fue responsable de un patrón de comportamiento que sólo puede calificarse como irracional, perverso y de mala fe” (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones en los casos CIADI Nos. Arb. (AF)/04/3 y ARB. (AF)/04/4 entre Gemplus, S.A., SLP, S.A. y Gemplus Industrial, S.A. de C.V. y los Estados Unidos Mexicanos, representado por la Secretaría de Economía).
De la misma manera, Luis Ernesto Derbez reconoció expresamente haber utilizado recursos públicos para su fallida campaña por la Secretaría General de la OEA entre diciembre del 2004 y marzo del 2005 (Oficio ORA-05/03017, Dirección General de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos. SRE).
Y la cereza del pastel es que carece de cédula profesional de licenciado en economía, como se ostenta (oficio DCP/SCP/3314-AP/11-Folio 1103 de la Dirección General de Profesiones. SEP, del 3 de enero de 2012). Y su título de licenciatura es apócrifo: contiene datos que no se sustentan en los existentes en su aparente alma máter, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (revisión in situ de libro de actas y de acervo de tesis de la propia Facultad de Economía de la UASLP).
En mi experiencia debo decir que es la primera vez que veo que un político involucra directamente a su familia en la comisión de ilícitos. Generalmente, acaso por guardar las formas o por resabios morales, la familia queda fuera de las prácticas de corrupción del servidor público. Algo deberían hacer el PRI y el PRD de cara a un personaje que ha roto con los umbrales de tolerancia de la corrupción, la simulación y la impunidad y que ahora está presto para ofrecer sus servicios a Josefina Vázquez Mota. ¿Este es el modelo de ética del PAN en la campaña presidencial por el cambio? l
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