martes, 13 de diciembre de 2011
Peña Nieto: producto milagro
René Drucker Colín
Los productos milagro, por si alguien no sabe lo que son, representan un conjunto de mercancías que prometen aliviar y mejorar la gran mayoría de nuestros males, convirtiéndonos en personas de aspecto ejemplar y desde luego esto nos permitiría lograr sin mucho esfuerzo un mejor pronóstico de vida. Los productos milagro se presentan con características que no tienen y propiedades que no poseen; son un fraude, se ven bonitos en la tele, pero no sirven para gran cosa. Todos los productos milagro están basados en falsas promesas, exagerando las supuestas cualidades que tienen dichos productos y tienden a confundir al público mediante andanadas de anuncios televisivos que son totalmente desorientadores.
Esos productos no tienen ningún sustento en la realidad y desde luego ninguno científico. Hoy día un sinfín de cápsulas, bebidas, jarabes, aceites, cremas, geles y diversos aparatos e incluso zapatos, son anunciados y ofrecidos en los llamados infomerciales, intentando, y supongo con éxito, engañar al público para que adquieran dichos productos, a pesar de que su efectividad es dudosa, pues no hay ninguna prueba real de que sea útil para lo que se señala. En realidad todos esos productos son fraudulentos.
La “industria” de productos milagro ha encontrado en nuestro país tierra fértil, pues se combinan varios elementos: un pueblo que quiere creer en las cosas fáciles y que sin mucho esfuerzo llegue el milagro que espera obtener; autoridades que no cumplen cabalmente con sus responsabilidades; legisladores que más bien trabajan para los poderes económicos, y televisoras que no cumplen con la responsabilidad social que luego pregonan por ahí, pues anunciar productos milagro es lucrativo, y mucho.
Al hacer esta descripción de los productos milagro, resulta que a mi juicio, el precandidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, le da un tufillo de producto milagro. El susodicho candidato ha señalado que él es capaz, si llega a ser presidente, de aliviar todos nuestros males, va a conducir al país por el camino correcto y que tiene todas las cualidades necesarias para hacerlo. Las televisoras y algunos otros medios de información lo han mostrado incansablemente en todos los actos donde ha estado, intentando engañar al público, presentándolo como teniendo virtudes que en realidad carece. Él es un producto milagro que se ve bien en tele, pero cuya capacidad para lograr llevar al país a buen puerto está ahora, más que nunca, seriamente en duda. Su actuación en la FIL de Guadalajara es realmente penosa y vergonzosa. Para rematar, hace unos pocos días no pudo contestar acertadamente acerca de cuál era el salario mínimo de los mexicanos. O sea, no solamente no lee, tampoco conoce aspectos elementales de la vida nacional.
El asunto de la FIL de Guadalajara no tiene que ver con un asunto de memoria, como algunos comentaristas nos quieren inducir a pensar, cuando dicen que a cualquiera se le pueden olvidar títulos de libros y nombres de autores y confundirlos. Desde luego que esto le puede ocurrir a cualquiera, pero en el caso de Peña Nieto fue más que evidente, que no era un asunto de problema de memoria, sino un problema de ignorancia. No es un punto menor. Es como los productos milagro, se presentan como algo magnífico con muchas cualidades, pero no las tienen. Pues así el señor Peña se ve bien en la tele, pero no parece haber mucha sustancia que nos permita considerar que tiene virtudes para dirigir un país con tantos problemas. Es lamentable escuchar a comentaristas (por ejemplo, Leo Zuckerman y otros) decir que no les importa si Peña lee o no, lo que él quiere es que resuelva los asuntos de la política. Será que un ignorante pueda resolver y conducir a un país. Yo creo que no. Es como la venta por televisión de los productos milagro, para muchos es lucrativo. Quizás en esto están pensando aquellos que lo exculpan, cuan lucrativo es o será, Peña Nieto si gana. Al pueblo de México lo quieren pasar con buen lustre, haciéndolos pensar que les va a resolver todos sus problemas, a los diputados de su partido les importa más el marketing, pues así podrán ganar, la capacidad es secundaria, lo importante es el acomodo y los poderes económicos, también lo apoyan pues con él habrá más negocio.
Si los productos milagro han dejado millones de pesos de ganancias en poco tiempo, por qué no usar un producto milagro humano, que seguramente dejará jugosas ganancias a unos cuantos, mientras el pueblo engañado, como siempre, pagará los platos rotos.
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