domingo, 4 de diciembre de 2011

Entre las lecturas favoritas de Peña Nieto, la Biblia y La silla del águila, “de Krauze”

Avalancha priísta toma la Expo Guadalajara, sede de la feria
El precandidato apoya que Pedro Joaquín Coldwell presida el tricolor


El mexiquense confunde a Enrique Krauze con Carlos Fuentes
Apoya Peña Nieto que Joaquín Coldwell sea el dirigente del PRI
Foto
Trinidad Padilla López y Enrique Peña NietoFoto Arturo Campos Cedillo
Juan Carlos G. Partida
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 4 de diciembre de 2011, p. 11
Guadalajara, Jal., 3 de diciembre. Enrique Peña Nieto se pronunció en favor de que Pedro Joaquín Coldwell sea el nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y reiteró que la renuncia de Humberto Moreira fue una decisión de responsabilidad y compromiso con el partido por el desgaste que significaba.
En la Feria Internacional del Libro, acompañado por el diputado federal Trinidad Padilla López, el precandidato presidencial priísta dio una conferencia de prensa, en la cual presentó un esquema de su proyecto de gobierno.
Más tarde, interrogado sobre los tres libros que han marcado su vida personal y política, dijo que éstos han sido la Biblia y La silla del águila, de Krauze, obra escrita en realidad por Carlos Fuentes, además de textos de Jeffrey Hatcher, dramaturgo estadunidense.
“He leído varios. Desde novelas. En lo particular, difícilmente me acuerdo del título de los libros. La Biblia es uno, en algún momento de mi vida. Algunos pasajes bíblicos. No me leí toda, pero sí algunas partes. Sin duda en una etapa de mi vida fue importante, sobre todo en la adolescencia.
La silla del águila, de (Enrique) Krauze. Luego otro libro de él, que quiero recordar el nombre, sobre caudillos. No recuerdo el título exacto. Estamos hablando de la descripción que hace de México y cómo transitamos del México de los caudillos al institucional. Creo que además, eh, con gran sustento histórico. Fue un libro que me gustó.”
Las risas comenzaron a escucharse y Peña Nieto intentó reponer la figura: “Leí incluso el otro, la antítesis de ese libro, las mentiras sobre… era… quisiera recordar el título del libro. Era de Krauze, La silla del águila. Aquí hay unos que leen más. Tú debes acordarte más cuál es. Hay uno que después salió, que eran las mentiras sobre este libro”.
“¿Pinocho?”, dijo una reportera en voz alta, lo que de plano hizo que Peña Nieto se pusiera colorado. En primera fila, su esposa, Angélica Rivera, sufría más que su pareja. Volteaba de un lado al otro. Al fondo, otro diputado federal, Arturo Zamora Jiménez, se movía muy serio. Al lado del ex gobernador mexiquense, Padilla López soportaba estoicamente.
“Hay otra novela que me gustó mucho, que tiene que ver con temas del poder. Es una novela sobre la hija pródiga, de Jeffrey Archer. Son tres libros que en aquel entonces, Caín y Abel, La hija pródiga. Este... ¿cómo se llamaba el otro? Era una trilogía. Realmente no podría señalar un libro que haya marcado mi vocación. Sin duda lo que tiene que ver con la novela política, la histórica, es de mi agrado”, continuó.
En un intento final, concluyó el tema: “Uno que estoy leyendo es una buena novela sobre la inoportuna muerte del presidente, que no he terminado de leer, pero... sí se llama así, ¿no? La inoportuna muerte del presidente, ¿no? Sí, sí, cómo no, ahí lo traigo. Alguien recuérdeme quién es el autor, porque debiera señalarlo. ¿Cómo? ¿Tomás? ¿Tomasini? Sí, (Alfredo Acle) Tomasini. Este… pues es más o menos. Digo, la verdad es que cuando leo me pasa que luego no registro del todo el título, nada más te metes a la lectura, pero más o menos da la idea de algunos libros que he leído.”
La cargada y Moreira
Desde temprano, Expo Guadalajara, sede de la FIL, fue tomada por el priísmo jalisciense, que acudió en pleno, desde su dirigente estatal hasta militantes rasos, quienes hicieron caravanas de automóviles por la ciudad rumbo al recinto, ondeando banderas de los sectores que componen al partido.
El salón Juan Rulfo, cuyas paredes abatibles se abrieron en visitas anteriores, como la de Josefina Vázquez Mota o Marcelo Ebrard para ofrecer un mayor espacio al público, ahora se convirtió en fortín de acceso restringido, al que muchos no pudieron entrar por el operativo de seguridad, que dejó un público a modo para aplaudir al aspirante presidencial.
En la rueda de prensa, en la que habló sobre el próximo dirigente del PRI, comentó que dejaría que el partido se exprese, como ha venido haciendo, pero dijo tener una gran coincidencia con los sectores que componen al tricolor y han señalado que Pedro Joaquín Coldwell sería el político indicado.

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