miércoles, 9 de noviembre de 2011

La hermana del presidente y el homicidio del panista

Conjeturas
Por Alvaro Cepeda Neri


Los homicidios son la parte violenta de los crímenes políticos, y por regla general benefician a sus deudores. El asesinato de Colosio, verbigracia, favoreció al PRI sin importar quién era el sustituto. Y el entonces asesor de Salinas, impuso a Zedillo. Individuo gris y oscuro burócrata que por sí mismo no hubiera logrado la victoria electoral, si antes no eliminaban al sonorense. Así los electores, para “vengar” el asesinato se volcarían en las urnas por el PRI y Zedillo alcanzó más de 13 millones de sufragios (editor Sergio Aguayo Quesada: Almanaque mexicano.-2000). Los que pensaron y ejecutaron el homicidio del presidente municipal michoacano, supieron que, siendo distinguido miembro del PAN, obviamente beneficiaba a la candidata panista para la gubernatura de esa entidad.

Los homicidios políticos planeados o al azar en tiempos electorales, siempre tienen un impacto de utilidad. Tan es así que tras el crimen, el PAN recibió mayor apoyo al que tenía y las encuestas, a partir de ese día, mandaron al PRI al segundo lugar, mientras el PRD, constantemente en la lona, por el mal gobierno perredista de Leonel Godoy, se fue al sótano. Los panistas han canalizado el clamor popular por el asesinato del hombre de confianza de la señora María Luisa, “Cocoa”, Calderón Hinojosa, quien había decidido concluir la pega de calcomanías a automóviles, a las 19 horas. Y recibió una llamada para que estuviera 15 minutos más, tiempo necesario para que lo ultimaran.

Hoy que las delincuencias organizadas están desatadas por todo el país y sobre todo, en Michoacán, la mano que jaló el gatillo se puede cubrir responsabilizando a los Zetas, o La Familia o Los Templarios o los Equis. El PAN recogerá la cosecha de votos de los indignados por el crimen, quienes también señalan al PRI y al PRD como sospechosos. Ya asistiremos el próximo domingo al proceso electoral y es posible que la señora Calderón se lleve la victoria al cuarto para las doce, cuando estaba mucho muy abajo del PRI. Calderón debe estar frotándose las manos porque su hermana puede ser la gobernadora de Michoacán, donde él no pudo serlo cuando lo intentó.

Con el homicidio del también coordinador de los presidentes municipales del PAN en la entidad, los panistas con más ganas irán a votar a favor de la hermana de Calderón y los indecisos que buscaban un motivo para ir a las urnas, ahora lo tienen, al reprobar el crimen y demandar la investigación, dándole los sufragios que necesitaba para irse a las alturas de los pronósticos. Al parecer el homicidio desinfló al aspirante del PRD e hirió de pasada al PRI cuyo candidato despreciaron cuando Peña lo acompañó en una gira, y tuvo que retirarse. Si los dados ya están echados por el asesinato, en una jugada del azar o planeada, sean o no de la delincuencia organizada, es decir: haiga sido como haiga sido, está favoreciendo lo que, electoralmente, tendrá lugar el domingo próximo. Suerte te dé Dios, reza el refrán. O si metió la mano el Diablo, parece que el PAN se salió con la suya. Y si gana, que el PRI ponga sus barbas a remojar.

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