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Periódico La Jornada
Martes 13 de septiembre de 2011, p. 5
El presidente Felipe Calderón invitó al “selecto grupo de los 300 líderes más influyentes” del país a pasarse al “deleznable” lado de los políticos, para que desde ahí resuelvan todos los problemas de la nación y saquen adelante las reformas necesarias que constantemente exigen.
En respuesta al reclamo de empresarios como Alejandro Martí, Claudio X. González y Alejandro Ramírez en materia de inseguridad, corrupción, reforma educativa, eliminación de privilegios sindicales, competitividad, generación de empleo, monopolios, reforma política y combate a la pobreza, Calderón dijo que hace falta un ejercicio de “sinceramiento”.
Por eso los convocó a que en el próximo proceso electoral se conviertan en candidatos, en políticos. “Que quien quiera ejercer de veras su liderazgo, aparte de lo que ya hacen en sus empresas, las mejores de México, quien quiera ejercer su liderazgo fuerte y en serio, recorra la puerta de la política y entonces quizá México pueda ser distinto.”
Dijo que la política está “lejísimos” de los ciudadanos; por eso, “si no les gustan los diputados que tenemos, sean ustedes diputados, sean candidatos.”
El mandatario federal agregó: “Si no les gustan los partidos políticos, hagan ustedes un partido y pasen la prueba del ácido. Quizá los mejores líderes pueden estar aquí y les va mejor en términos económicos, sociales, de prestigio; no se mete nadie con ustedes en la prensa”, pero es distinto encontrarse con la gente que vota.
El Presidente se reunió ayer con quienes la revista Líderes Mexicanos considera “los 300 dirigentes más influyentes de México” en el gobierno, la política, la economía, las finanzas, la ciencia, el arte, la cultura, los espectáculos. Sus propuestas, a decir de Calderón Hinojosa, coinciden con su Proyecto 20-30 y el Plan Nacional de Desarrollo.
El mandatario federal comentó que persiste el reclamo de eliminar el subsidio a la gasolina, pero cada vez que se aumentan nueve centavos hay “quien es capaz de armar una revuelta en cualquier parte del país.
“Preguntémonos si en México en empresas de las más fuertes se habla de competencia, pero se trabaja mucho para que no la haya. Si hay un mercado cerrado, hacen todo lo posible para que no se abra; interponen recursos judiciales.” Por eso, dijo, “hay que hacer un ejercicio de sinceramiento, de hasta dónde la verdad sí queremos competencia.”
Señaló que es más bien un problema de voluntad. “Se vale decir sí, se vale decir no; lo que creo que no se vale es que estando en un ambiente tan selecto, con los 300 líderes más importantes del país, se nos convoca a decir que queremos un México moderno y decir sí, y a la hora de las decisiones franca y sencillamente no”, y advirtió que hay que asumir el costo.
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