Que mejor manera de cubrir la sangre que escondiéndola, después de todo si no lo vemos, leemos o escuchamos, es como si nada estuviera pasando, curioso, después de todo resulta que si existe un cerco
México enfrenta, como se sabe, un estado de guerra, narcos y militares se enfrentan en las calles con similar crueldad, el conflicto que ha dejado ya cerca de 40, 000 muertos, deja tras de si un buen número de violaciones a los derechos humanos por parte de ambos bandos, además de un efecto devastador en la economía del país, ante el temor de que el clima de violencia produzca resultados imprevisibles en las futuras elecciones presidenciales, según palabras propias una larga lista de "los principales medios de comunicación del país, además de los más importantes y distinguidos intelectuales y periodistas mexicanos", han decidido, por iniciativa propia (eso dicen) dotarse de una regulación que defina como llevar acabo la cobertura de la actual "guerra contra el narco", se trata en el fondo de una autocensura necesaria para que el sistema pueda llevar acabo el tradicional cambio sexenal de poder, sin que el brutal clima de violencia influya de manera determinante.
La rapacidad, corrupción, torpeza y completa incapacidad para manejar los destinos del país, por parte de quienes lo han gobernado, -al menos desde el cambio a la derecha en 1940-, es la real causa de nuestras actuales condiciones: grupos armados perfectamente organizados y entrenados disputándose el control de amplias regiones del país, miembros de las fuerzas policiales dedicados a robar a quienes se supone deberían proteger, militares actuando en territorio nacional como viles fuerzas de ocupación, violando los derechos básicos de los civiles que se encuentran en medio del fuego cruzado, todo para legitimar un gobierno surgido del fraude electoral, que en su desesperación no encontró más que en la estúpida propuesta de sus asesores españoles, la respuesta para cubrirse de legitimidad, combatir al narco sin estrategia, bala contra bala, hasta el grado de no poder distinguir quienes son más sanguinarios entre los bandos en pugna, al fin y al cabo según la propia lógica del gobierno federal panista, si los narcos tienen miles de jodidos para cubrir sus bajas, "nosotros también tenemos miles más para cubrir las nuestras", tal y como se prueba con la reciente campaña de contratación desatada por la Secretaria de Seguridad Publica Federal, pero recién ahora se han dado cuenta de que tanta sangre mancha y eso para esta gentuza hipócrita ya no resulta tan agradable, habría que buscar como cubrirla.
Y así es que llega esta iniciativa, que mejor manera de cubrir la sangre que escondiéndola, después de todo si no lo vemos, leemos o escuchamos, es como si nada estuviera pasando, curioso, después de todo resulta que si existe un cerco informativo, cerco destinado a protegernos, no de López Obrador, tampoco de las balas, del fuego cruzado, la corrupción o la prepotencia de las autoridades, los civiles asesinados por militares, los descabezados, los descuartizados, y los ejecutados por las bandas del narco, etc. seguirán apareciendo a lo largo y ancho de la república, pero quienes tengamos la suerte de no ser testigos directos ya no nos enteraremos de esa guerra, que una vez más volverá a ser una guerra subterránea, una nueva guerra sucia de la que solo nos llegaran rumores, o eso quisieran porque en estos tiempos a través del internet podemos informarnos de todo aquello que nos quieren ocultar, porque también con esta iniciativa queda claro que mientras en México las elites disfrutan de sus millones obtenidos gracias a la explotación laboral, sus más cercanos lacayos operan para protegerlos buscando siempre las maneras de mantener a las masas tranquilas, sumidas en la ignorancia producto de la manipulación informativa.
Por supuesto esta acción no sorprende salvo a los más ingenuos, pues es bien sabido que la censura y el manejo de información son pan de cada día en México, y la mayoría de las empresas convocantes se forjaron a base de prestar estos servicios a quienes han ocupado el poder sexenio tras sexenio, en todo caso la nota es que al fin después de tantos años reconozcan la existencia de este tipo de acuerdos, eso y además que al final queda también claro, por si alguien lo dudaba, que pseudoperiodistas como: Javier Alatorre (Tv Azteca), José Cárdenas (Radio Fórmula), Jorge Fernández Menéndez (Excélsior), Ciro Gómez Leyva (Milenio Televisión), Adriana Pérez Cañedo (Canal 11 y Enfoque), Óscar Mario Beteta (Radio Fórmula), Leonardo Curzio (Enfoque), Pedro Ferriz de Con (Grupo Imagen), Joaquín López Dóriga (Televisa), Carlos Puig (W Radio), y Denise Maerker (Televisa), no son más que hombres y mujeres al servicio del poder, de periodismo profesional nada.
Queda patente a cambio la dignidad de quienes, a pesar de los ataques, las intimidaciones y amenazas, se negaron a signar semejante acuerdo (por supuesto alguno habrá que está viendo por sus intereses económicos), en esos medios y en esos periodistas queda la bandera de la libre expresión y el derecho a la información de todos los mexicanos, cuyo espíritu queda enterrado por esos mercenarios de la información, este linchamiento se extiende además al resto de la población, pretenden estos discípulos de Goebbels obligarnos a tomar partido por uno de los bandos en pugna, a quienes han osado mantener una postura crítica a la torpe política guerrerista del gobierno federal se les acusa de simpatizar con el narco, mentira, pues los mexicanos de a pie, quienes producimos la riqueza de este país no tenemos nada que ver con el narcotráfico, como tampoco con la otra parte del crimen organizado, esos parásitos, que solo saben vivir del poder político y que por eso están dispuestos a todo para mantenerlo.
Algo bueno sin embargo puede surgir de todo esto, pues al quedar bien claro que lo que las grandes corporaciones de medios mexicanos nos ofrece, no es sino información manipulada y censurada, más y más mexicanos tendrán que optar por medios alternativos donde el interés por prostituirse y censurar no ha llegado, quedan desenmascarados aquellos que pretenden erigirse en formadores de opinión, pues los muertos no desaparecen y la sangre no se limpia tan fácil, tanto como la verdad permanece siempre inocultable.
Y así es que llega esta iniciativa, que mejor manera de cubrir la sangre que escondiéndola, después de todo si no lo vemos, leemos o escuchamos, es como si nada estuviera pasando, curioso, después de todo resulta que si existe un cerco informativo, cerco destinado a protegernos, no de López Obrador, tampoco de las balas, del fuego cruzado, la corrupción o la prepotencia de las autoridades, los civiles asesinados por militares, los descabezados, los descuartizados, y los ejecutados por las bandas del narco, etc. seguirán apareciendo a lo largo y ancho de la república, pero quienes tengamos la suerte de no ser testigos directos ya no nos enteraremos de esa guerra, que una vez más volverá a ser una guerra subterránea, una nueva guerra sucia de la que solo nos llegaran rumores, o eso quisieran porque en estos tiempos a través del internet podemos informarnos de todo aquello que nos quieren ocultar, porque también con esta iniciativa queda claro que mientras en México las elites disfrutan de sus millones obtenidos gracias a la explotación laboral, sus más cercanos lacayos operan para protegerlos buscando siempre las maneras de mantener a las masas tranquilas, sumidas en la ignorancia producto de la manipulación informativa.
Por supuesto esta acción no sorprende salvo a los más ingenuos, pues es bien sabido que la censura y el manejo de información son pan de cada día en México, y la mayoría de las empresas convocantes se forjaron a base de prestar estos servicios a quienes han ocupado el poder sexenio tras sexenio, en todo caso la nota es que al fin después de tantos años reconozcan la existencia de este tipo de acuerdos, eso y además que al final queda también claro, por si alguien lo dudaba, que pseudoperiodistas como: Javier Alatorre (Tv Azteca), José Cárdenas (Radio Fórmula), Jorge Fernández Menéndez (Excélsior), Ciro Gómez Leyva (Milenio Televisión), Adriana Pérez Cañedo (Canal 11 y Enfoque), Óscar Mario Beteta (Radio Fórmula), Leonardo Curzio (Enfoque), Pedro Ferriz de Con (Grupo Imagen), Joaquín López Dóriga (Televisa), Carlos Puig (W Radio), y Denise Maerker (Televisa), no son más que hombres y mujeres al servicio del poder, de periodismo profesional nada.
Queda patente a cambio la dignidad de quienes, a pesar de los ataques, las intimidaciones y amenazas, se negaron a signar semejante acuerdo (por supuesto alguno habrá que está viendo por sus intereses económicos), en esos medios y en esos periodistas queda la bandera de la libre expresión y el derecho a la información de todos los mexicanos, cuyo espíritu queda enterrado por esos mercenarios de la información, este linchamiento se extiende además al resto de la población, pretenden estos discípulos de Goebbels obligarnos a tomar partido por uno de los bandos en pugna, a quienes han osado mantener una postura crítica a la torpe política guerrerista del gobierno federal se les acusa de simpatizar con el narco, mentira, pues los mexicanos de a pie, quienes producimos la riqueza de este país no tenemos nada que ver con el narcotráfico, como tampoco con la otra parte del crimen organizado, esos parásitos, que solo saben vivir del poder político y que por eso están dispuestos a todo para mantenerlo.
Algo bueno sin embargo puede surgir de todo esto, pues al quedar bien claro que lo que las grandes corporaciones de medios mexicanos nos ofrece, no es sino información manipulada y censurada, más y más mexicanos tendrán que optar por medios alternativos donde el interés por prostituirse y censurar no ha llegado, quedan desenmascarados aquellos que pretenden erigirse en formadores de opinión, pues los muertos no desaparecen y la sangre no se limpia tan fácil, tanto como la verdad permanece siempre inocultable.
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