martes, 15 de febrero de 2011

La crisis juarense Sergio Conde Varela Abogado

Una crisis es una situación difícil y tensa de una comunidad de cuyo fin depende el regreso a la normalidad y lo cierto es que nuestra ciudad, Juárez, sufre desde hace largo tiempo una crisis.

Más de 7500 muertos, producto de una guerra según lo anunció el Gobierno Federal; guerra que hasta la fecha no ha sido definida con claridad, pues la información oficial siempre llega o sesgada o bien incompleta.

Los contrarios de esa guerra no han sido perfectamente definidos porque de ella se ha desprendido en contra de la población un pánico inacabable.

Hay crisis de fondo y forma en el suelo fronterizo y nadie tiene la capacidad para resolverla. Es más, en el sentir popular, se entiende que a Juárez se le ha abandonado y no se le han dado respuestas concretas y sigue sin fin el pandemonium de delitos de todo tipo.

Más de 50 mil juarenses han abandonado la ciudad. En días pasados el que esto escribe, se encontró en la vecina ciudad a un conocido que tuvo puestos en organismos intermedios y me preguntó: “¿Ya resides aquí? Dando por anticipado que esa residencia ya es común en personas que vivieron en Juárez pero que ya no lo hacen, aunque tengan en ella su principal fuente de ingresos. La migración que se ha dado, se debe entre otras cosas a la falta de medidas apropiadas que garanticen la vida personal y productiva de hombres y mujeres que ni tardos ni perezosos han dejado esta frontera, para pasarse a la de enfrente. Abandono indebido de funciones de quienes deben de responder a las necesidades colectivas.

Entre el año pasado y este que comienza, es notable que más de 2 mil amparos interpuestos en el país, en los que se sumaron empresas y particulares juarenses contra el Impuesto Empresarial de Tasa Unica e impuesto sobre depósitos en efectivo, la Suprema Corte ha negado la protección constitucional y ha declarado que esos gravámenes son justos, aunque en el fondo las empresas y los particulares demostraron que son desproporcionados e inequitativos.

De nada valieron los argumentos esgrimidos ante los ministros judiciales que ganan poco menos que 4 millones de pesos al año, sin contar gastos de representación, médicos, de estudios.etc.,etc.

Sin embargo las autoridades fiscales de manera sistemática se han negado conceder condonaciones totales o parciales a quienes luchan incansablemente para que no desaparezcan las fuentes de trabajo en nuestra región.

Es notable el olvido que se tiene a esta tierra generosa para miles y miles. Nada se ha hecho para que se suspenda la crisis que se vive. Mucha gente sin trabajo. Muchos jóvenes metidos en los actos delincuenciales; las dos terceras partes de los negocios chicos y grandes cerrados o abandonados por las presiones recibidas de la antisociedad; maestros, alumnos, periodistas, profesionales acribillados y comerciantes amenazados y presionados, obligados al abandono de su principal centro de sus ingresos.

Total una crisis interminable amenazada según los datos del departamento de seguridad del vecino país de presencia de grupos como el islámico Al Qaeda.

Es difícil que esto se resuelva, porque no hay voluntad de hacerlo; porque las medidas que se toman tienen más impacto mediático que soluciones técnicas las cuales son necesarísimas para que esto termine y vuelvan las cosas a la normalidad. Muchos juarenses lanzan o lanzamos al viento la pregunta ¿Cuándo terminará esto? Nadie sabe, nos respondemos unos a los otros porque el miedo es lo único que prevalece y además, los informes o noticias oficiales que se dan, como anotábamos, no tocan el fondo del problema y tal pareciera que ni se conociera ese fondo, lo cual desde el punto del sentido común es un absurdo.

De verdad, en nuestra frontera muchos juarenses ya han o hemos perdido la capacidad de asombro y esto obedece a la falta de respuesta a esta crisis que parece interminable. ¡Vaya pues

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