sábado, 1 de enero de 2011

El rescate de Cevallos. Edgar Gonzàlez Ruiz



El secuestro y liberación de Cevallos es una maniobra màs de la derecha en el poder, una pantomima para fortalecer la imagen del panista, como prospecto para el 2012, y para apoyar las consignas del gobierno de Fecal.

La derecha quiere perpetuarse en el gobierno, anulando la posibilidad del cambio democrático, apelando para ello a la trillada fórmula de alegar la "violencia imperante" y el "crimen organizado",como justificaciòn de la militarización y de la imposibilidad de efectuar correctamente las elecciones en 2012

De hecho, el fraude del 2006, abrió el camino para mantener a la ultraderecha en el poder, pero en 2012 ello requerirá de métodos aún más agresivos que los usados en ese momento; ahora, no bastaría el fraude, ni siguiera algún otro mecanismo electoral, como las alianzas interpartidistas, sino que quizás el PAN, el clero y los empresarios, sólo podrían seguir en el gobierno mediante un golpe de fuerza.

Salinas intentó hacerlo, creando un clima de conflicto mediante una larga serie de crímenes y episodios turbulentos, desde la muerte del cardenal Posadas Ocampo, hasta la de Colosio y Ruiz Massieu; al igual que en el presente sexenio, en el de Salinas, sobre todo en su último año, abundaron los asesinatos, balaceras, grandes enfrentamenientos entre "narcos" y fuerzas de seguridad (que generalmente estaban coludidos), y hasta secuestros y "guerrillas", que al parecer no querían en realidad, derrocar a Salinas. A la vez, los corifeos de Salinas pregonaban su reelección como "solución" para el país, ante la situación que él mismo había creado.

Bush recurrió antes de su segunda elección a la sorpresiva y oportuna aparición de Bin Laden para justificar su genocida "guerra contra el terrorismo".

El secuestro de Cevallos, coincide con el estilo burdo y violento del régimen calderonista: asesinatos de candidatos y políticos; sospechosos "accidentes", como el avionazo en que murió Mouriño; atentados "terroristas", como los bombazos del 15 de septiembre en Morelia hace dos años; la manipulación de la supuesta epidemia de influenza el año pasado, y la consabida cifra de decenas de miles de muertos en la supuesta lucha fecal contra el "narco", todo con tal de que Fecal pueda justificar que el ejército esté fuera de los cuarteles, para apoyar al gobierno derechista.

Cevallos, secuestrado el 14 de mayo, es liberado meses después, luego de que nadie deploró el hecho,a excepción de algunos panistas y de los medios oficialistas; como era natural, el pueblo no se inquietó por la suerte del mal llamado "jefe" Diego: el lacayo de Salinas, el destructor de las boletas electorales del 88, el panista prepotente, mocho y corrupto que se enriqueció inmensamente al amparo del poder, y que luego de su ridìculo "secuestro" lucìa saludable y feliz, e inmediatamente iniciò la embestida mediàtica en pro de los ideales derechistas.

Lo que verdaderamente resulta significativo es, como han sugerido incluso algunos periodistas del sistema que ahora parecen empezar a dejar de ser tan derechistas, que los supuestos secuestradores enarbolen, en un comunicado, un sospechoso discurso que casi por compelto omite las críticas al PAN y a Fecal; es decir, que use un discurso implícitamente calderonista, donde, a excepción de una mínima referencia al fraude electoral del 2006, las críticas de centran en el PRI, precisamente en momentos en que constituye la principal amenaza para la permanencia del PAN en el poder.

Es tan grande la egolatría de Fecal, que ni siquiera a los encargados del turbio trabajo de desastabilizar el país,mediante provocaciones, les permitiría cuestionar los supuestos "éxitos" de su gobierno, y quizás por eso, el comunicado, como los discursos de Fecal, se centrar en criticar al PRI.

Desde luego, la vía armada sería legítima para echar a la ultraderecha del poder, pues evitaría la permanencia del franquismo a la mexicana que ha instaurado Fecal; ¿quien no habría aceptado la rebelión contra Franco, Pinochet o Mussolini?

Pero ni es creible una guerrilla que no ataque a Fecal y al PAN, sino que se centre en oponerse al "neoliberalismo", ni tiene posibilidades de éxito un enfrentamiento directo con las fuerzas armadas que controla Fecal, sino que podría ser sólo una provocación que le serviría para propiciar más aún la militarización del país.

Si existen o no medios más allá de la vía electoral y de la resistencia pacífica para echar a la derecha del poder, está por verse, pero sí se puede asegurar que la situación del país es realmente peligrosa ante un gobierno sanguinario y de origen ilegítimo: un poder que cotidianamente abusa del pueblo y que es enemigo jurado de las libertades nacidas del estado laico.

Es claro que el secuestro de Cevallos fue una pantomima, asì como el uso que el oficialismo quiere dar al caso: Cevallos sale a pregonar reiteradamente su mochería, con invocaciones a Dios y a la Virgen, y enarbolando los lugares comunes de la derecha: que "cualquiera" puede ser víctima de un secuestro, como él; en realidad, esa posibilidad nos preocupa muy poco a quienes viajamos en Metro o en autobús, y no tenemos fortunas que nos puedan arrebatar, sino más bien necesidades qué cubrir.

Por último, irónicamente, a pesar de que ahora Cevallos se hace el humilde y pide un trato igual para todas las "víctimas", ¿por qué no le aplicaron la receta que han pregonado algunos derechistas, de congelarle las cuentas a los secuestrados y a sus familias, para que no puedan negociar con los secuestradores y pagar el rescate?. Es decir, finalmente, sí hubo para él un trato privilegiado.

No es creìble ese rapto donde los secuestradores prodigaron al panista un trato tan benèvolo, donde sòlo le pidieron "una milèsima parte" (segùn ellos mismos) de todo lo que el derechista salinista se ha robado (¿por què no pedirle todo, o la mayor parte?); ni siquiera divulgan los secretos polìticos de los que pudieron haberse enterado durante el supuesto cautiverio de Cevallos; en fin, un "secuestro" donde la vìctima sale directamente a lucirse en la televisiòn y a iniciar su posible precampaña hacia el 2012.

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