domingo, 5 de diciembre de 2010
¿Qué diría Monsiváis?.Elena Poniatowska Amor
Para hacer un comentario al mes, de un minuto 15 segundos, en El Noticiero de Televisa que conduce Joaquín López Dóriga nos invitó Javier Aranda, coordinador editorial de noticieros y colaborador de La Jornada.
Carlos Monsiváis y Carlos Montemayor colaboraron en Televisa desde 2000 hasta su muerte. León García Soler, director de La Jornada de Morelos; el ecologista y columnista de La Jornada, doctor Iván Restrepo; Jorge Islas, abogado general de la UNAM durante la rectoría de Juan Ramón de la Fuente; el científico René Drucker; Gabriel Guerra Castellanos, crítico de la política internacional mexicana, hijo de Rosario Castellanos, y yo (que entré a El Noticiero que conduce Joaquín en 2002).
Nunca sufrimos la menor censura y tocamos temas muy duros: la Minera San Javier, el EPR, Lucio Cabañas, el aborto, la pederastia, el derrumbe del aparato político mexicano, la decadencia de la Iglesia, la corrupción a todos los niveles, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el narcotráfico, Fox y La Barbie descontinuada llamada Martita, la irresponsabilidad médica, el maltrato a los enfermos, la baja escolaridad, el Ejército, la falta de empleo y otros más.
El 10 de marzo de 2001, Julio Scherer García entrevistó al subcomandante Marcos en Televisa y este diálogo creó una gran expectativa de reconciliación.
Ser periodista en México es tan peligroso como serlo en Afganistán o en Medio Oriente. Durante el gobierno de Felipe Calderón han sido asesinados 22 periodistas, ocho en represalia directa por la cobertura de actividades criminales o hechos de corrupción, según David Carrizales corresponsal de La Jornada en Monterrey.
Entrar como reportero a la lucha contra el narcotráfico es entrar a una zona minada y jugarse la vida. Una gran parte de las portadas de la revista Proceso de los últimos tres años dan cuenta de la guerra contra los que se dedican al crimen de la repartición de la droga. Si Proceso se enfoca principalmente en este tema es porque ES lo medular, lo esencial de la política doméstica de nuestro país. Los reporteros son perseguidos y han sido secuestrados y ejecutados fundamentalmente en el norte de México, donde también se asesina a muchachos que se reúnen a bailar, como en Torreón.
Una acusación del presunto delincuente y testigo protegido Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, y filtrada a la prensa atañe al reportero Ricardo Ravelo y desata una campaña de Televisa contra Proceso. Según la acusación, Ravelo recibió 50 mil dólares por callarse y además tenía contacto con otros delincuentes.
Las autoridades tendrían que probar esta declaración que Televisa ha aprovechado para atizar su postura contraria a Proceso y enfocar todas sus baterías contra un medio de comunicación con el que no coincide. Lo grave es decir que el culpable es el medio. Víctor Flores Olea, una de las grandes figuras de las ciencias sociales en México como afirma Julio Boltvinik, declara a La Jornada el viernes 3 “que es lamentable que existan pugnas entre medios de difusión importantes, pero también es importante que se denuncien los casos cuando no existen pruebas reales”.
Ante esta situación dramática, basada en declaraciones que no se han comprobado, quiero hacer patente mi solidaridad con la revista Proceso y con su reportero Ricardo Ravelo y me pregunto qué habría dicho nuestro indispensable Carlos Monsiváis que en estos días hace más falta que nunca. l
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