sábado, 27 de noviembre de 2010

La pasarela azul. Salvador García Soto

Serpientes y Escaleras



El próximo miércoles, fecha en que se cumplen cuatro años exactos de su accidentada y audaz toma de posesión, el presidente Felipe Calderón ha mandado organizar un evento en el que hará un recuento y un balance, desde su propia visión, de lo que han sido estos dos primeros tercios de su administración.

En el Centro Banamex, al norte de la ciudad, han sido citados invitados especiales, entre los que se encuentran personalidades del mundo empresarial, la política y los medios, para escuchar un mensaje presidencial sobre estos cuatro años de calderonismo. Y después del discurso del Presidente, cada secretario del gabinete tendrá una especie de mesa de diálogo e interacción con un grupo de invitados con los que hablarán de la problemática actual en cada uno de sus campos.

Será interesante ver y escuchar el mensaje presidencial y cómo percibe Calderón 4 años en los que, sin dejar de mencionar los avances que haya logrado, los indicadores importantes para la población —seguridad, niveles de violencia, precios y salarios, competitividad de las empresas, creación de empleos, pobreza y desarrollo humano— muestran graves retrocesos documentados por organismos nacionales y extranjeros, oficiales y civiles.

Por más que el Presidente hable de un “país que está en paz”, la percepción y la realidad de muchos ciudadanos de amplias regiones del país dice lo opuesto. Un país convulsionado por la violencia, donde la intranquilidad, el miedo y en algunas zonas la muerte, se han vuelto algo cotidiano. Mexicanos que se sienten abandonados por un Estado y por autoridades de los tres niveles de gobierno totalmente ausentes, y que deciden armarse y autodefenderse, aunque en ello les vaya la vida.

U otros mexicanos que atemorizados por el imperio de la ley de los criminales, huyen de sus propios pueblos y se refugian donde pueden; desplazados del miedo, refugiados en su propia tierra. O los ciudadanos que, con cierto nivel económico, prefieren abandonar el país y cruzan la frontera, eso sí con visa, y se llevan su vida, su familia y a veces hasta sus negocios a ciudades de EU —San Antonio, McAllen, Dallas, Houston— que los reciben por cientos, sabedores de que son mexicanos pudientes que van a fortalecer sus economías locales.

¿Algo de eso se oirá en el mensaje del Presidente este 1 de diciembre? Quién sabe. Es mucho más probable que Calderón nos hable de su visión optimista de una economía que se recupera —ahí sí sostenida en buenas cifras macroeconómicas y un flujo de inversiones extranjeras crecientes— o de una “lucha contra los criminales” en la que “los estamos mermando” y la violencia es un reflejo de ello. Un discurso en el que las muertes de civiles inocentes —más de 100 en los últimos meses, según recuentos periodísticos— son una cifra muy lamentable y motivo de “condenas enérgicas” y de sentidos pésames, pero al final un “daño colateral” y necesario si queremos ganar esta guerra.

Por lo pronto, en espera de ver el tono y el contenido del mensaje de Calderón, lo que algunos ya perciben en el evento del miércoles es una innegable intención política para hacer de esta conmemoración de los cuatro años de que se sentó a empujones y gritos en la silla, una pasarela política para los presidenciables del PAN.

Porque por el Centro Banamex desfilarán lo mismo Ernesto Cordero que Alonso Lujambio o Heriberto Félix Guerra; incluso estará ahí Javier Lozano Barragán, a quien panistas de la cúpula sugieren no dar por muerto en la carrera presidencial. Y serán inevitables los comentarios y las comparaciones en sus presentaciones. Tal vez ese, y no el balance autocrítico, algo por lo demás ausente en este gobierno, es el objetivo de esa gran evento de 1 de diciembre. ¿Será que Calderón se decidió por fin a soltar a la flaca caballada azul y empieza el trote?

LOS AMORES DE PEÑA

Cuando la vida personal y la intimidad de un político se vuelven acciones de campaña, algo anda mal en la visión y la propuesta de ese político. Ayer Peña Nieto salió a dar varias entrevistas en medios en las que habló de lo emocionado que estaba “con este paso que voy a dar”; de los detalles en la preparación de sus segundas nupcias, y de lo mucho que amaba a la mujer que ya vivía con él desde hace tiempo y con la que hoy se une en matrimonio.

Que al público, sean o no sus gobernados, les interese enterarse —por morbo, por sentimentalismo o incluso por legítimo interés humano— de los pormenores de su vida sentimental y amorosa, sobre todo a partir de que se involucró con una popular actriz de telenovela, se puede entender.

En México no hay realeza ni aristocracia con la que entretenerse, y ante esa ausencia, el respetable se deleita con las intimidades de personajes públicos, sean de la farándula o la política o de ambas mezcladas. Pero que el propio gobernador del estado de México intente sacar lucro político y ventile sus nervios o sus emociones previas a la boda, es a todas luces un acto de frivolidad que nada aporta a sus gobernados y que más bien puede dibujar al personaje.

De cualquier modo, que venga el arroz y ¡Que vivan los novios!

NOTAS INDISCRETAS…

César Nava y Germán Martínez se dieron la mano sin mucha efusividad. Sentados en una mesa de la colonia Del Valle, los dos calderonistas se reencontraron después de algunos meses de cierto distanciamiento. Son amigos, siempre lo han sido y seguro lo seguirán siendo ahora que los dos se vuelvan ex presidentes del PAN… Antes de hacer públicos los resultados de las auditorías que documentan los desfalcos y excesos en la administración de Amalia García, el gobernador Miguel Alonso Reyes lo pensó mucho. Varios días pasaron los expedientes de la Contraloría Interna en el escritorio del mandatario antes de que se decidiera. ¿Qué lo hizo decidirse? El gobernador ordenó varias encuestas para medir la opinión de los zacatecanos y saber si una acción contra Amalia García y su administración no sería vista como venganza política. “¿Cree que hubo corrupción en el gobierno de Amalia García?”, “¿Piensa que el actual gobernador debiera investigar si hubo desvíos en el gobierno anterior?”, fueron algunas de las preguntas en los sondeos. Porcentajes de respuesta positiva de entre el 85% y 70% de los encuestados sacaron a Miguel Alonso de sus dudas. Y estalló el escándalo que puede acabar muy mal para Amalia… Cecilia Romero y Franciso Ramírez Acuña se sentaron en una mesa de café el jueves y charlaron largo, muy largo. Y parece que se entendieron. Y si esos dos se entendieron, la suma de consejeros convencidos por ambos les puede dar un susto a los dos que se creen punteros, Gustavo Madero y Roberto Gil. “Habrá sorpresas”, dice Ramírez Acuña… Los dados se recuperan. Escalera y cerramos.

No hay comentarios: