domingo, 31 de octubre de 2010

Los servicios de salud, IMSS e ISSSTE, abandonados por el gobierno para favorecer la medicina privada


Pedro Echeverría V.

1. Cuando acudo a visitar familiares o amigos enfermos a los hospitales del Seguro Social (IMSS) y del ISSSTE y observo las condiciones tan deplorables en la atención de sus afiliados o derechohabientes por culpa principal, esencial, fundamental, del gobierno que manda y, secundariamente de los médicos con “alta especialidad” que no tienen llenadera, es decir, que por dinero trabajan en dos, tres y cuatro instituciones, además de sus negocios particulares -sin echarle la culpa a nadie en particular porque suelen ser simples títeres- sólo pienso en que si no hacemos una revolución profunda política y cultural, esta situación continuará. En estos días he visitado diariamente a dos familiares en los hospitales de ambas instituciones y he visto con gran enojo la falta de medicamentos, de camas, de médicos (porque están ocupados en otros lados), pero lo más importante la falta de atención a los enfermos, aunque requieran operación.


2. ¿Qué hace el tres por ciento de los familiares que tiene ahorrado 20 o 30 mil pesos sino correr a un hospital particular para salvar la vida de su enfermo? A mí me ha tocado dar ese paso pero, ¿Qué puede hacer el otro 97 por ciento de los enfermos que no tiene ahorros por el hecho de haber sido en su vida trabajador de salario mínimo o desempleado? Los malditos gobiernos del México, del PAN y del PRI, nada han hecho para proporcionar buena atención médica al pueblo pobre que representa mucho más de la mitad de la población. ¿Para qué preocuparse si todos -los altos miembros de los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial- gozan de médicos particulares del más alto nivel y tienen atención en clínicas privadas de los EEUU? Les importa un bledo que la gente no se cure o muera por deficiente atención en el IMSS y el ISSSTE. Mientras tanto todos hacen demagogia con “atención médica universal”.


3. El capitalismo mantuvo la terrible desigualdad del llamado México Independiente de los últimos 200 años, pero la imposición del neoliberalismo en 1982 –como política económica internacional- provocó la agudización del desastre que el país vive actualmente en todos los campos, particularmente en la esfera del trabajo, el desempleo, los ingresos, la inseguridad, así como en los cada vez más deficientes servicios de salud y educativos. El IMSS, fundado a mediados de los cuarenta y el ISSSTE en 1960, así como la Secretaría de Salubridad, cumplieron su función más o menos bien hasta los años setenta; pero los gobiernos en vez de mejorarlos les fue retirando presupuestos para beneficiar a los grandes empresarios que comenzaron a ofrecer servicios privados en salud, educación, vivienda, etcétera. Los años ochenta significó la gran entrada triunfal del sistema empresarial en política, en los bancos y empresas paraestatales.


4. El ISSSTE, que según dicen los funcionarios tiene 10 millones de derechohabientes, no es tan grave la situación desastrosa de los servicios de salud comparado con el IMSS con 25 millones que al fundarse en 1944 -cuando finalizaba la Segunda Guerra y se preparaba la fundación de la ONU- fue una institución modelo en el mundo. Lo que sucede en que en el ISSSTE se atienden a empleados de gobierno (profesores, empleados, burócratas) de sectores medios y en el IMSS se atienden a obreros, empleados de empresas privadas, campesinos, etcétera) En el IMSS no sólo se repite lo que se da en el ISSSTE, sino que además la carencia de cama, enfermeras, instrumental, es tan grave que el piso de los pasillos de los hospitales sirve muchas veces de cama y muchas veces los mismos pacientes deben cargar con papel de baño, gasas, sábanas y otras urgentes. Ir a los servicios de “Urgencias” es de lo peor por la cantidad de gente.

5. Los gobiernos panistas de Fox, luego el de Calderón –en busca de la privatización de los servicios de salud- crearon el llamado Seguro Popular para en pocos años establecer el “seguro universal de salud”; sin embargo, a pesar de falsear cifras el número de afiliados es apenas de alrededor de 6 millones con muy deficiente atención. En vez aplicar mayores presupuestos a los servicios de salud pública como IMSS e ISSSTE, buscaron crear una gran institución de salud con cuotas privadas “mínimas” que llamaron “Seguro Popular” que al parecer les fracasó. Inicialmente pensó el gobierno de Fox en realizar un gran negocio con el otro 50 por ciento de la población que no pertenecía al IMSS o al ISSSTE mediante cuotas relacionadas con sus ingresos, pero se encontraron que la inmensa mayoría de la población no podía pagar y los que sí, prefirieron las clínicas y hospitales privados existentes.

6. El gobierno federal reconoció que 43.4 millones de mexicanos (40.7% del total de la población) no tenían acceso a ninguna institución o programa de salud pública o privada. De los 47.2 millones de mexicanos que se encontraban en condiciones de pobreza multidimensional, 25.4 millones presentaron carencia de acceso a los servicios de salud. Además, 18 millones de mexicanos, cuyo ingreso fue suficiente para adquirir bienes alimentarios de la canasta básica, tampoco contaban con servicios de salud, según cifras de la Medición Multidimensional de la Pobreza 2008, que elabora el Coneval. Del total de la población entrevistada, 59.3% cuenta con acceso a servicios de salud, según la medición, y 30.7% se encontraba afiliado al Seguro Social. El restante 19.1% tenía Seguro Popular; 6.6%, ISSSTE; 0.9%, Pemex, Defensa o Marina, y 2% otras fuentes, las cuales incluyen los seguros médicos privados. (Ver El Universal 7/IV/10)

7. No sé si México es un Estado fallido, pero sí sé que es una República con una economía desfondada en todos los niveles. Y no es una posición ideológica de “los enemigos de México”, sino una realidad basada en estudios en el país e informes internacionales. Sólo hace una semana nos enteramos de balances internacionales que nuestro país ocupa los primeros lugares del mundo en corrupción; pero también a través de los años nos enteramos que en educación, en salud, en inversiones sociales, en crecimiento económico, en distribución equitativa de la riqueza, en creación de empleos, sobre todo en seguridad, ocupamos los últimos lugares en el mundo. Muy pronto aquellos que sentían mucho orgullo por ser mexicanos, sentirán vergüenza decir que son de este país sinónimo de corrupción y de atraso educativo. ¡Qué jodidos! Mientras la mayoría de la población trabaja con honradez, políticos y empresarios desprestigian al país.


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