domingo, 29 de agosto de 2010

Ahora sí, los priistas quieren ser “oposición”

Jenaro Villamil

Una vez aprovechada al máximo la raja política que consiguieron los priistas al ser comparsas del gobierno calderonista, ahora su cúpula dice que pintará su raya. El distanciamiento del PRI con el gobierno federal está marcado por hechos concretos: sus críticas ante la situación por la que atraviesa el país, el desaire al presidente al no acudir a los Diálogos por la Seguridad y el convencimiento de que desde Los Pinos se opera una turbia estrategia para impedir que el tricolor gane la Presidencia en 2012.

Atrincherados en el Congreso, donde presidirán las mesas directivas de ambas cámaras en el periodo ordinario 2010-2011, los priistas dejaron de ser la “oposición leal” al gobierno de Felipe Calderón para convertirse en los adversarios más críticos de su administración, convencidos de que existe una “operación de Estado” para frenar su retorno a Los Pinos en las elecciones de 2012.

La disputa no se circunscribe a las alianzas electorales entre PAN y PRD que provocaron la derrota del PRI en tres entidades estratégicas: Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Se ha exacerbado porque los priistas culpan al gobierno calderonista de la “la gravísima situación que vive el país en todos los órdenes”, y por sus críticas a los recientes Diálogos por la Seguridad convocados por el presidente.

Para el grupo parlamentario del PRI en el Senado estos encuentros son “discursos o artilugios mediáticos que pretenden lesionar el clima de cooperación necesario para recuperar la seguridad y fortalecer la justicia en el país”. Así lo puntualizó el documento de la agenda legislativa aprobada por la Tercera Reunión Plenaria de senadores del PRI efectuada en Acapulco, Guerrero, del lunes 23 al martes 24.

En esa reunión, el coordinador de los 237 diputados del PRI, Francisco Rojas, se quejó que a menos de 10 días de la presentación del paquete impositivo y de la distribución del presupuesto el gobierno de Felipe Calderón no ha tenido “ni una sola plática ni una llamada telefónica” con la mayoría priista en San Lázaro.

Del martes 24 al jueves 26 se reunieron en Ixtapan de la Sal, Estado de México, 237 diputados del PRI y sus 21 legisladores aliados del Partido Verde Ecologista de México. En ese foro, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Luis Videgaray, anunció que su partido acordó disminuir de 16% a 15% el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y subrayó que existe consenso entre los legisladores para rechazar “todo planteamiento que implique aumentar impuestos a alimentos y medicinas”.

Las diferencias entre el gobierno y los priistas se agudizaron a raíz de los cambios ordenados por Felipe Calderón en la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), donde se operó la renuncia de Héctor Osuna para colocar a Mony de Swaan, un funcionario incondicional del secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar.

Los cambios abruptos en el gabinete como la salida de Fernando Gómez Mont de la Secretaría de Gobernación o el intento de que el Senado apruebe el nombramiento de Patricia Flores, excoordinadora de la Oficina de la Presidencia, como embajadora en Portugal, han abonado los desacuerdos.

“De una u otra manera ya hay signos de una tentación autoritaria por parte del presidente. El caso de Cofetel es una tentación autoritaria llevada al extremo”, sentencia Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los senadores del PRI y próximo presidente de la Mesa Directiva del Senado.

–¿Está de acuerdo con la valoración del jurista Diego Valadés en el sentido de que el país se acerca al “colapso institucional”? –se le pregunta a Beltrones.

–El tema de fondo es que las cosas no funcionan. Y no funcionan porque buena parte de las instituciones que fueron planeadas para un México distinto, no tan plural, no han sido modificadas.

“El debate de fondo con el gobierno es ¿hay interés en modernizar el sistema presidencial mexicano o simplemente hay una serie de mascaradas que el Ejecutivo federal, junto con su partido político, sigue para tratar de encubrir su obstrucción a la modernización del sistema presidencial?”, plantea.

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