viernes, 19 de marzo de 2010

Paco, José, la reforma laboral y el PVEM


• El desaseo de Washington
• Cordero y Lozano a la báscula
La mentira, mi estimado, es para soportar el pasado; la verdad para afrontar el futuro. Interesante cierre de semana con el epicentro del singular desmadre declarativo, desaseo y la incontinencia verbal de la que han hecho gala los norteamericanos que por ¿no saber? quién se las hizo andan buscando quién se las pague con relación al asesinato de tres personas de su Consulado en Ciudad Juárez, que desató al demonio bilateral, yes?
Ese que desde el principio, my friend, ocasionó señalamientos delicados sobre la descontrolada ola de violencia que pinta de rojo la ciudad fronteriza que vive los estragos de un abandono integral.
Y en el marco del desencuentro entre ambos (dos) gobiernos, Janet Napolitano se aventó sin flotis al agua diplomática afirmando desparpajadamente que la presencia del Ejército no ayudó a bajar los índices de violencia, dejando el resto del sugestivo mensaje a la simpática imaginación. Eso, sumado a las percepciones de la realidad juarense señaladas en varios artículos publicados en diarios estadunidenses sobre la fallida estrategia de Felipe Calderón, lanzó el coctelito bilateral a las primeras planas internacionales.
Saliendo en ruta paralela el resto del iceberg güero que advierte una importante presión la semana próxima que sesionará en nuestro país la plana mayor del gobierno demócrata para poner los puntos sobre las íes de la estrategia contra el organizado crimen, que vulnera la seguridad nacional… que comienza por la frontera desde donde cruzan las armas y el dinero que abastecen a los revoltosos cárteles que ponen en jaque instituciones y dependencias de México y Estados Unidos.
Luego entonces, para (terminar de hacer el oso) matizar los misiles de Napolitano, salió oooootra vez Carlos Pascual a decir que lo que quiso decir Janet no fue lo que dijo, es decir, se sacaron de contexto sus temerarias afirmaciones develando el atractivo desorden que reina, también, entre el gabinete de Barack Obama.
Y documentando el nivel de catastrofismo salió la embajada de Pascual con la lindura de que Felipe Calderón visitará Washington en mayo porque hay interés en materia de competitividad económica, seguridad, migración y energía limpia… cuando en realidad, mi estimado, hay consternación, inquietud y preocupación sobre la viabilidad de este (des)gobierno que mantiene altas dosis de fragilidad ante la emocionante adversidad.
Lo que está de risa loca es que entre más declaran, afirman y confirman los altos funcionarios norteamericanos que no peligran las instituciones en México, que en la guerra contra el crimen no debe aislarse el Ejército y que el FBI trabaja con dirección mexicana, más reafirman lo contrario.
Porque la percepción del tiradero del gymboree (con minúsculas) presidencial y del contaminado ambiente político-social desencadena lo que es una realidad: la ruptura de las élites políticas que mueven los hilos en el interior de los partidos y que hace clímax en el Coliseo legislativo, desde donde se han escupido las mejores joyas declarativas y la caída de las máscaras.
Y es justo en este curiosito ambiente donde la PANdilla en el poder (del no poder) aventó la iniciativa de Reforma Laboral por la maravillosa rendija del PVEM, que originó un desencuentro más entre los tricolores y los azules donde (la confianza es nula) se había dado el acuerdo de presentarla hasta el martes próximo. El albazo volvió a poner los enchilados ánimos sobre la mesa que jalaron la cadena (del retrete) para citar a comparecer a Ernesto Cordero y al secretario del Trabajo (sucio) Javier Lozano ante el pleno para que pasen a la maravillosa báscula…
Lo más turbador en este volátil escenario es el cálculo del (des)gobierno para sacar la reforma laboral de la barranca… de la suspicacia. Sobre todo cuando se necesita mesura, prudencia y consenso —léase acuerdos— para entrarle de lleno al asunto de los derechos de los trabajadores, al nudo marino del hoyo negro sindical y a los intereses patronales más todas las complejas aristas y la letra chiquita de tan atinada ley.
El horno hace lunas no está para bollos y menos en tiempos electorales. La cándida duda es si con esta saturación y presión por parte de Felipe & his dumb squad el sobrecalentado hornito llegará a reventar…
O quizá es lo que se está buscando, para justificar, my friend, la entrada a escena de la mano autoritaria (¿bilateral?) en (el frente social) medio de lo que se percibe como un sostenible caso de caos de credibilidad y de gobernabilidad…
¡Adiós!
gomezalce@aol.com

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