sábado, 13 de marzo de 2010

Implican al Papa en escándalo de cura pederasta en Múnich

El Vaticano dio su aprobación a las medidas que presentó la iglesia alemana para resolver los casos presentados, entre las que destaca la asistencia psicológica y pastoral para las víctimas.

Ciudad del Vaticano.- El caso de un sacerdote pederasta alemán que cometió abusos en Múnich a inicios de la década de los 80 salpicó hoy al papa Benedicto XVI, quien guió esa arquidiócesis entre 1977 y 1982.

El diario teutón Suddeutsche Zeitung reveló ayer que el entonces arzobispo Joseph Ratzinger aceptó en el año 1980 recibir en su demarcación eclesiástica a un presbítero acusado de molestias sexuales a menores.

Ese religioso, señalado con el pseudónimo de “abad H”, poco tiempo después fue reasignado a una parroquia donde cometió nuevos crímenes de pederastia hasta que en 1986 un tribunal de la Alta Baviera lo condenó a 18 meses de cárcel y a una multa económica.

Tanto el Vaticano como la arquidiócesis de Múnich reaccionaron a las revelaciones declarando que el Papa permaneció “extraño” al problema del cual se ocupó su entonces vicario general Gerhard Gruber, quien asumió toda la responsabilidad.

En una declaración publicada en el sitio de internet del arzobispado de Múnich y retomada por la sala de prensa de la Sede Apostólica, el mismo Gruber afirmó que “el repetido empeño de H en la pastoral parroquial fue un grave error. Asumo toda la responsabilidad”.

“Me apena profundamente que mediante esta decisión se haya podido llegar a actos ilícitos en contra de jóvenes y me excuso con todos aquellos a quienes fue causado un daño”, agregó el vicario.

Por otra parte, en un comunicado se reconoció que en 1980 el entonces arzobispo Ratzinger ofreció hospitalidad a “H” en una casa parroquial para que siguiera una terapia y que fue Gruber quien decidió cambiar su destino y asignarlo a una parroquia.

Las revelaciones han coincidido con una audiencia que sostuvieron este día en Roma el Papa y el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Fobert Zollitsch, durante la cual Benedicto XVI expresó “gran pena y profunda conmoción” por los casos de pederastia clerical en su país de origen.

Durante 45 minutos el líder de los obispos teutones ilustró al pontífice las severas medidas puestas en práctica para prevenir los abusos sexuales, mismas que fueron “recibidas con beneplácito, aprobadas y animadas” por Joseph Ratzinger.

Entre las acciones que la iglesia de ese país adoptó está la de colaborar siempre con la justicia ordinaria, “a excepción de los casos en que la víctima pida no involucrarla”, aclaró.

Una suerte de “catálogo” con las medidas internas a seguir está siendo elaborado e incluye, entre otras, la oferta de “asistencia humana, psicológica y pastoral adecuada”.

“El Papa estaba muy afligido y siguió con atención y profunda conmoción los hechos descritos”, indicó ayer el presidente de la conferencia episcopal alemana, monseñor Robert Zollitsch.

El pontífice recibió en el Vaticano al obispo alemán, con el que conversó por 45 minutos para examinar el delicado caso, que involucra inclusive al prestigioso coro dirigido por 30 años por el hermano del pontífice. “De ese caso no hablamos”, adelantó el religioso.

La Iglesia católica alemana es objeto desde enero de una serie de acusaciones de abusos sexuales y violencia contra niños en escuelas e internados en los años 70 y 80 y en 19 de las 27 diócesis han sido denunciados casos.

“Estamos consternados por lo que ocurrió, por los actos de violencia a menores y pedimos disculpas a las víctimas de crímenes de pederastia”, declaró Zollitsch.

El prelado aseguró que la Iglesia de su país tiene “lista una serie de medidas” para abordar el fenómeno que, recordó, afecta no sólo a la Iglesia, sino a toda la sociedad.

La Iglesia alemana escogió justamente al arzobispo Zollitsch como “referente” para tratar los casos de pedofilia en su país.

“Queremos sacar a la luz la verdad, sin falsos respetos hacia nadie, inclusive aquellos casos ocurridos hace mucho tiempo, porque las víctimas tienen derecho”, dijo.

“Vamos a continuar por ese camino para curar las heridas del pasado y evitar que se repitan en el futuro”, agregó Zollitsch.

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