viernes, 26 de marzo de 2010

Depresión, segunda discapacidaden el orbe


Ángeles Cruz Martínez

Periódico La Jornada
Viernes 26 de marzo de 2010, p. 39
La depresión es una tristeza profunda de la que, generalmente, las personas no pueden salir por sí solas. Es un desorden bioquímico cerebral en el que participan dos neurotransmisores: serotonina y norepinefrina. Aún se desconoce el origen del mal, aunque los científicos piensan que se debe a una combinación entre factores genéticos y experiencias de vida.

Representa la segunda causa de discapacidad en el orbe, sólo después de las enfermedades cardiacas, y afecta a 121 millones de personas de todas las edades, razas y posición económicas alrededor del mundo, de acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Desde 2001, este organismo internacional observó el acelerado incremento en la prevalencia de la depresión, por lo que decidió modificar la forma en que hasta ese momento se determinaba el impacto de las enfermedades en la sociedad, es decir, por la mortalidad que provocan, para enfocarse en los años de vida saludables perdidos (avisa).

Los avisa se traducen como abandono del empleo o la escuela, la desintegración familiar y la violencia dentro y fuera de la familia.
Mientras en el año 2000 la depresión se ubicó en el cuarto lugar en la tabla de enfermedades causantes de discapacidad, después de las infecciones respiratorias bajas, las condiciones perinatales y el VIH/sida, en la actualidad ya está en el segundo sitio, aseguró María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría, quien comentó que otro obstáculo para controlar la enfermedad es el tiempo que transcurre entre el inicio de síntomas y la búsqueda de ayuda especializada.

En el caso de México pueden pasar hasta 14 años antes de que los afectados lleguen con el especialista, mientras en países como Japón es un año y Estados Unidos cuatro. Cuando los pacientes recurren al médico, generalmente el padecimiento ya se encuentra en etapas avanzadas y graves, advirtió.

Por causa de la depresión, señaló la especialista, se pierden 2.7 días más de trabajo que en cualquier otro padecimiento crónico. El problema es que en el caso de la enfermedad mental, los servicios de salud no proporcionan días de incapacidad.

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