Dom, 06/12/2009 - 05:43
La división se hizo manifiesta también ayer en Oaxtepec. Foto: Sara EscobarEl PRD pactó la reforma posible con una postura que concilia los dos grandes bloques, para lograr la reunificación interna e iniciar la construcción de la territorialización del partido desde los comités seccionales a lo largo del país.
Luego de la discrepancia que generó la propuesta de Los Chuchos de abrir la política de alianzas al PRI o PAN, la cúpula perredista acordó salvaguardar la redacción inicial consensuada durante un mes por la Comisión Organizadora, en la que se establece que el PRD impulsará frentes opositores.
Antes de dar inicio a la plenaria de línea política, los dirigentes encabezados por Jesús Ortega, Hortensia Aragón y los líderes de todas las corrientes acordaron, en la comida, someter a votación el texto ya aprobado por la Comisión Organizadora, donde no se plantea la prohibición expresa de acuerdos electorales con el PRI y el PAN.
“Las alianzas electorales deberán resolverse tomando en consideración los compromisos programáticos y de gobierno de los candidatos. De preferencia, en una alianza amplia se debe privilegiar los candidatos de la sociedad. Nunca una alianza debe mellar el perfil político de izquierda de nuestro partido”, establece el numeral 36 del documento de línea política.
En la comida, los dirigentes reconocieron que hubo un error de procedimiento en la conducción de Javier González Garza al frente de la mesa de línea política anteayer, al no haber sometido a votación la redacción inicial y, por el contrario, haber aceptado dos distintas contrapuestas, lo que generó la división respecto a la política de alianzas.
Alejandro Encinas, advirtió que era necesario conciliar las posturas antagónicas con la redacción inicial, en el entendido de que “la refundación del PRD no se dará por decreto”.
Ayer, Jesús Ortega, líder nacional perredista, advirtió que la política de alianzas no se puede reducir a una posición simplista.
“El PRD tiene la idea de crear grandes bloques opositores de contenido progresista, democrático y de izquierda que no se limita a los partidos políticos, aún más, su objetivo fundamental es hacer alianza con la sociedad que piensa en las transformaciones profundas de nuestro país”.
Abanico de opciones
Al cierre de esta edición, se perfilaba la aprobación de definir la candidatura del PRD para presidente de la República en elección universal, directa y secreta a la ciudadanía.
De acuerdo con la propuesta consensuada de sus principales líderes, se dejará abierta la posibilidad de que 60 por ciento de los miembros presentes del Consejo Nacional determine que sólo tomen esa decisión en votaciones, sólo los afiliados, sólo los consejeros nacionales o sólo los representantes seccionales, o bien, que se decida una candidatura única.
Esto también aplicará para elegir candidatos a gobernador, jefe de Gobierno capitalino, diputado local, presidente municipal, síndico y regidores de mayoría relativa, en los ámbitos respectivos.
La elección de la Presidencia y la Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional perredista, se realizará mediante el voto universal, libre, directo y secreto de los afiliados inscritos en el “listado nominal de electores” de ese partido en el ámbito respectivo.
Para ello habrá de desplegarse una amplia campaña de reafiliación y afiliación para conformar un nuevo padrón.
Como se había adelantado, los perredistas trabajarán en un “cambio radical”, según su líder Jesús Ortega, para territorializar a ese partido en todo el país, mediante la conformación de bases seccionales, con al menos cinco afiliados en cada una de las secciones electorales, con un máximo de 64 mil 843 representantes en se ámbito.
Las representaciones seccionales dependerán de la votación válida constitucional de diputados federales por el principio de mayoría relativa, con lo cual se pretende reorientar la lucha partidista hacia afuera en comicios constitucionales, y no en confrontaciones internas.
La unidad simulada
Durante la jornada del viernes se hizo patente la unidad simulada en el PRD, cuando el tema de las alianzas generó un gran debate.
Mientras René Arce impulsó la posibilidad de que en cada estado se decida con quien coligarse, Armando Quintero rechazó esa propuesta.
Mientras, también se propuso la extinción real de las corrientes al interior de ese partido y mejorar su estructura territorial.
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