Homenaje impuesto
Sin razones
CNDH, ¿continuismo?
Cabrito Batman
Julio Hernández López
Terna de dos que convergen en uno: el carpicismo salinista que siempre ha controlado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos tiene ahora a dos de sus representantes en la recta final para elegir al sucesor del opusdeísta derrochador José Luis Soberanes (que proviene de la misma matriz, aunque se distanció del gran mediatizador Jorge Carpizo en términos personales y secundarios, pero no en lo esencial). Raúl Plascencia sería el soberanismo sin Soberanes y, al igual que Luis Raúl González Pérez, ocupó cargos ejecutivos durante la deplorable gestión de quien ahora busca ser ministro de la Supremamente Corta de Justicia. Plascencia es la obviedad del soberano continuismo solapador y González Pérez es un puente entre ese carpicismo, controlador de las investigaciones jurídicas en la UNAM e influyente en los acomodos burocráticos de elite, y los aires discursivamente avanzados del actual rector de la máxima casa de estudios, José Narro, que pide refundar la República aunque en su organigrama mantiene cuotas y arreglos con el mismo pasado oscuro que (con la vista puesta en el próximo presupuesto federal) dice combatir. El tercer concursante es Emilio Álvarez Icaza, el ex presidente de la comisión capitalina de Derechos Humanos al que se podría dar por derrotado en estos días venideros bajo el argumento de que también fue excluido Javier Moctezuma Barragán, el favorito de la elite de la Iglesia católica que se atrevió a vetar a Álvarez Icaza por su posición respecto a la legalización del aborto. Ni uno ni otro: ni Moctezuma clerical ni Emilio mal visto por el alto clero que así habría impuesto su veto, con lo que se abriría el paso a alguno de los dos miembros de la terna que acabaría siendo otra vez de uno, del carpicismo salinista.
Este tecleador preguntó anoche a quienes le siguen en Facebook y en Twitter lo siguiente: “¿Alguien puede decir tres razones cívicas por las cuales ha de rendirse homenaje al difunto Juan Camilo Mouriño Terrazo? ¿La muerte de Mouriño hace enaltecer el tráfico de influencias de quien como funcionario calderonista firmó contratos familiares? ¿Cuál es la herencia política, ideológica, cívica que deja Mouriño? ¿Quiénes, aparte del circulito felipista íntimo, lo ensalzan y rememoran?” Por más esfuerzos que hicieron los variados participantes, la gran mayoría sólo encontró material adverso, por lo que un jurado descalificador terminó por declarar desierto el improvisado concurso.
No sucedió lo mismo con el lic Calderón y buena parte de la banda burocrática y partidista que lo acompaña, pues ellos (tal vez sólo ellos) encontraron razones suficientes para convertir ayer en el Día de San Camilo. La señora Zavala Gómez de las Guarderías, por ejemplo, develó en el Paseo de los Héroes, de la ciudad de Campeche, un busto del madrileño naturalizado mexicano que así quedó junto a las representaciones escultóricas de personajes de apellidos Madero, Morelos, Guerrero y Carranza, entre otros. El doliente Calderón, por su parte, realizó una ceremonia privada, obviamente con recursos públicos, en la zona donde cayó el avión en que viajaba el entonces secretario de Gobernación, percance en el que fallecieron él y 15 personas más. El parque de la luz, fue llamado ese sitio arreglado con cargo al erario (el astillado escribano se resiste a hacer juegos de palabras con el mexicanísimo sentido pecuniario que a la palabra “luz” también se le da). Y luego, en la sede nacional del PAN, otra ceremonia de exaltaciones fundadas en el amiguismo, el grupismo, las complicidades facciosas. Cuando Calderón se vaya, ¿quién sostendrá esos homenajes sin sustento?
Colindante con el hoy famoso municipio de San Pedro Garza García, presidido por un folclórico aspirante a Cabrito Batman, el de García fue ayer escenario de un ataque de presuntos narcotraficantes que asesinaron a un general brigadier que había sido guardaespaldas de presidentes de la República y recientemente había asumido la dirección de seguridad pública de ese municipio neoleonés de García. El general José Arturo Esparza fue acribillado junto con sus cuatro escoltas. Mientras tanto el antedicho Cabrito Batman, mejor conocido como Mauricio Fernández, colocó abundante guardia alrededor del palacio municipal de San Pedro y tapió las ventanas del despacho principal.
Astillas
El Senado ha demandado que se esclarezca el punto relacionado con la peligrosa inversión de gobiernos extranjeros en bancos no mexicanos pero sí asentados en territorio nacional. La demanda en sí es justa, aunque tras de ella también hay intereses de que políticamente la nueva conformación accionaria “mexicanizada” se acerque más a Manliorte que a RoberFox... El secretario dieguista de Gobernación aceptó que un representante espurio del Sindicato Mexicano de Electricistas asuma la representación de ese gremio en unas presuntas pláticas negociadoras en Bucareli... Guanito pasea sus vergüenzas escultóricas por algunas calles de la ciudad de México, en busca de ser restituido por sus promotores mediáticos como nuevo instrumento de distracción y ataque... Vaya ironías, en www.twitter.com el productor comenta que “a sólo dos semanas de terminar la serie Capadocia, paradójico resulta que el aire en esta cárcel sea más respirable que en el exterior”... El tema de los impuestos va diluyéndose en el ámbito procesal y político ante los nuevos escándalos y problemas, pero apenas va encaminándose al ámbito de lo popularmente práctico, donde causará reacciones sociales indignadas y, tal vez, una toma de conciencia política a través del bolsillo agujerado... Y, mientras Mariano Azuela, el ministro de Los de Arriba, el pizzero jurídico que acudía a Los Pinos foxistas en 30 minutos en tiempos del desafuero de AMLO, dice adiós a la Supremamente Corta de Justicia, ¡hasta mañana, en esta columna que invita a recordar lo que aquí ya inequívocamente se ha dicho y practicado: ni un centavo al redondeo, ni un centavo al Teletón!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario