Por los indicios que van apareciendo, el presunto secuestro de un avión en el aeropuerto de la Ciudad de México, parece una telenovela de Televisa preparada para ganarle simpatías al (des)gobierno de Acción Nacional y su valiente líder en Los Pinos.
El secuestro no se realizó en pleno vuelo donde habría sido mayor la amenaza, sino en tierra, cuando ya habían bajado todos los pasajeros. No se hizo en Cancún, el punto de partida cercano al mar donde podría haberse hundido la aeronave, sino en la Ciudad de México donde Televisa tiene más recursos técnicos que pueden complementarse con los de Cepropie (la dependencia de Gobernación con abundantes cámaras y micrófonos para la memoria audiovisual de la Presidencia), y donde el superpolicía Genaro García Luna podía asumir personalmente el control del "operativo de rescate", que resultó tan eficaz que en cuestión de minutos logró lo que otras fuerzas de élite, como las de Israel, entrenadas y preparadas para amenazas similares o peores, toman horas para estudiar, preparar y ejecutar el asalto rescatador.
Según relato pormenorizado del periódico El Universal, a las 13:46 del jueves 10 de septiembre, desde un avión de Aeroméxico procedente de Cancún tres sujetos exigieron hablar con Felipe Calderón (¡¿?!) y amenazaron con volar el avión si no eran atendidos.
A las 14:56, o sea, una hora con diez minutos, la nueva Policía Federal de García Luna, tan necesitada de gloria y aplausos, toma el avión secuestrado, rescata a la tripulación retenida como rehenes y detiene a cinco sospechosos.
En UNA HORA CON DIEZ MINUTOS elementos de élite de la Policía Federal, ante cámaras de televisión, "arriesgaron su vida" en una pista del aeropuerto capitalino para entrar a una aeronave supuestamente secuestrada por un boliviano (¿cómo lo supieron en cuestión de minutos?, nadie lo sabe ni lo revela), rescataron ilesos a los tripulantes y detuvieron a cinco "secuestradores" que de inmediato fueron llevados quién sabe a dónde, lejos de preguntas indiscretas y comprometedoras.
Casi una hora después, ante las cámaras de televisión, y después de una búsqueda inútil de la bomba que supuestamente amenazaba al avión y sus pasajeros, agentes anti-explosivos detonan una "paloma" cerca de unas maletas, para dar visos de realidad a la tremenda amenaza terrorista, procedente de un país sudamericano que Estados Unidos ha etiquetado como "amenaza" a las buenas costumbres de explotación trasnacional.
Los pasajeros liberados, ni siquiera se enteraron del "secuestro", pues el "rescate" policiaco se efectuó sólo para las cámaras. Lo peor es que todos los pasajeros sufrieron la revisión de rigor que ha impuesto el gobierno estadounidense, que retiene el control de todos los puntos de abordaje y aterrizaje de aviones que pueden ser desviados hacia su territorio.
En medio del montonal de dudas que despierta "secuestro" tan singular y atípico, Felipe Calderón aprovechó, muy casual, como no queriendo la cosa, para plantarse otra vez como "salvador" y convocar por enésima vez a la "unidad nacional"... en torno a él, desde luego.
"Fue un momento de prueba para todos", declaró heroico, valiente y audaz, para sacar raja política de lo que todos los indicios apuntan hacia un nuevo montaje televisivo para consumo de mentes débiles.
Por eso la acción... nacional va rumbo hacia más impuestos para sostener a los héroes patrios.
El secuestro no se realizó en pleno vuelo donde habría sido mayor la amenaza, sino en tierra, cuando ya habían bajado todos los pasajeros. No se hizo en Cancún, el punto de partida cercano al mar donde podría haberse hundido la aeronave, sino en la Ciudad de México donde Televisa tiene más recursos técnicos que pueden complementarse con los de Cepropie (la dependencia de Gobernación con abundantes cámaras y micrófonos para la memoria audiovisual de la Presidencia), y donde el superpolicía Genaro García Luna podía asumir personalmente el control del "operativo de rescate", que resultó tan eficaz que en cuestión de minutos logró lo que otras fuerzas de élite, como las de Israel, entrenadas y preparadas para amenazas similares o peores, toman horas para estudiar, preparar y ejecutar el asalto rescatador.
Según relato pormenorizado del periódico El Universal, a las 13:46 del jueves 10 de septiembre, desde un avión de Aeroméxico procedente de Cancún tres sujetos exigieron hablar con Felipe Calderón (¡¿?!) y amenazaron con volar el avión si no eran atendidos.
A las 14:56, o sea, una hora con diez minutos, la nueva Policía Federal de García Luna, tan necesitada de gloria y aplausos, toma el avión secuestrado, rescata a la tripulación retenida como rehenes y detiene a cinco sospechosos.
En UNA HORA CON DIEZ MINUTOS elementos de élite de la Policía Federal, ante cámaras de televisión, "arriesgaron su vida" en una pista del aeropuerto capitalino para entrar a una aeronave supuestamente secuestrada por un boliviano (¿cómo lo supieron en cuestión de minutos?, nadie lo sabe ni lo revela), rescataron ilesos a los tripulantes y detuvieron a cinco "secuestradores" que de inmediato fueron llevados quién sabe a dónde, lejos de preguntas indiscretas y comprometedoras.
Casi una hora después, ante las cámaras de televisión, y después de una búsqueda inútil de la bomba que supuestamente amenazaba al avión y sus pasajeros, agentes anti-explosivos detonan una "paloma" cerca de unas maletas, para dar visos de realidad a la tremenda amenaza terrorista, procedente de un país sudamericano que Estados Unidos ha etiquetado como "amenaza" a las buenas costumbres de explotación trasnacional.
Los pasajeros liberados, ni siquiera se enteraron del "secuestro", pues el "rescate" policiaco se efectuó sólo para las cámaras. Lo peor es que todos los pasajeros sufrieron la revisión de rigor que ha impuesto el gobierno estadounidense, que retiene el control de todos los puntos de abordaje y aterrizaje de aviones que pueden ser desviados hacia su territorio.
En medio del montonal de dudas que despierta "secuestro" tan singular y atípico, Felipe Calderón aprovechó, muy casual, como no queriendo la cosa, para plantarse otra vez como "salvador" y convocar por enésima vez a la "unidad nacional"... en torno a él, desde luego.
"Fue un momento de prueba para todos", declaró heroico, valiente y audaz, para sacar raja política de lo que todos los indicios apuntan hacia un nuevo montaje televisivo para consumo de mentes débiles.
Por eso la acción... nacional va rumbo hacia más impuestos para sostener a los héroes patrios.
Blogotitlán.
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