jueves, 17 de septiembre de 2009

Calderón ignora rechazo a su plan económico y disfruta en familia el desfile militar

DANIEL LIZáRRAGA
MÉXICO, D.F., 16 de septiembre (apro).- El presidente Felipe Calderón y su gabinete disfrutaron este día, junto con sus familias, el desfile militar conmemorativo del 199 aniversario del inicio de la Independencia de México, y dejaron a un lado la defensa de la propuesta económica presentada en San Lázaro, donde los diputados opositores rechazaron ayer el aumento a los impuestos al consumo.

En la residencia oficial de Los Pinos y en el palacio de Bucareli, sede de la Secretaría de Gobernación, sus ocupantes se despertaron esta mañana con la novedad de que el PRI, PRD, PT, Convergencia y Nueva Alianza encararon el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, para asegurarle que no aprobarán nuevos gravámenes ni recortes en salud, educación y participaciones a estados y municipios.

Hoy, en la ceremonia previa al desfile militar, que se realizó en el Ángel de la Independencia, Calderón designó al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, como único orador.

En su discurso, Gómez Mont no hizo referencia alguna al revés propinado al gobierno por la mayoría de legisladores en la Cámara de Diputados, pero convocó a "encontrar coincidencias" y a "asumir los costos que implica la transformación del país".

A la ceremonia de este miércoles, así como a la fiesta del Grito de Independencia en el Zócalo, la noche de ayer, no asistió uno solo de los diputados ni coordinadores legislativos que detuvieron en seco la intención del gobierno federal de aumentar 2% a los impuestos al consumo y servicios.

En cambio, en la mesa de honor estuvieron el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Guillermo Ortiz Mayagoitia; el presidente de la Mesa Directiva en San Lázaro, el panista Francisco Ramírez Acuña, y el presidente de la Mesa Directiva en el Senado, el perredista, Carlos Navarrete.

Frente a ellos, Gómez Mont dijo que este es el momento de "ser congruentes" con la responsabilidad de seguir el futuro y así "llegar a acuerdos que nos permitan tomar acciones necesarias para la consolidación de prosperidad, de equidad y de oportunidad para todos". Sobre el naufragio de la propuesta económica del gobierno, ni una sola palabra.

Cuando Gómez Mont terminó su discurso, Felipe Calderón y su gabinete montaron una guardia de honor en el Ángel de la Independencia, en medio de un silencio tan frío como sepulcral, pues a lo lejos no hubo ciudadanos que saludaran o gritaran vivas a los miembros del gobierno calderonista.

Ya instalados en Palacio Nacional, el Estado Mayor Presidencial giró órdenes para que los reporteros de la fuente presidencial no tuvieran acceso a los pasillos ni a los balcones, donde Calderón y su gabinete se acomodaron para disfrutar el desfile militar.

Los reporteros, en tanto, fueron llevados a una nueva sala de prensa con pantallas de televisión, desde donde atestiguaron el paso de los soldados y marinos. El acceso a los pasillos de Palacio Nacional fue imposible.

Mientras, en el balcón principal de Palacio Nacional, con el pecho levantado y saludando a los cadetes con la mano izquierda, Felipe Calderón entonaba, a todo pulmón, el himno del Colegio Militar. Lo mismo hizo el secretario de la Defensa, Guillermo Galván.

Al término del desfile, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, fue sacado sin ser visto para evadir a los reporteros apostados en la escalera principal de Palacio Nacional. Nadie pudo conocer la respuesta del secretario en torno del naufragio del plan económico.

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