jueves, 13 de agosto de 2009
Indignación, desesperanza y miedo de sobrevivientes de la masacre de Acteal
Emir Olivares Alonso
“Indignación”, fue la primera palabra con la que sobrevivientes de la matanza de Acteal describieron sus sentimientos tras la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de liberar a los responsables de ese “crimen de lesa humanidad”.
La “desesperanza” y el “miedo” siguieron en el orden de las sensaciones de los integrantes de la organización civil Las Abejas que se apersonaron frente a la sede del máximo tribunal para demandar “¡justicia!” por el crimen del 22 de diciembre de 1997.
El primero en recibir la noticia fue Sebastián Pérez Vázquez, presidente de la mesa directiva de Las Abejas. Aunque como líder trató de guardar el temple, la leve sonrisa que mantuvo durante la mañana desapareció y de inmediato dio a conocer el fallo a sus compañeros.
Habló en tzotzil, con la mirada dispersa y la voz entrecortada. Quienes escuchaban, pero no hablan ni comprenden esa lengua originaria, no tardaron en adivinar la resolución de los ministros. La reacción de las mujeres, por cuyos ojos y mejillas se asomaron hilos de lágrimas, representó esa señal: se había consumado la liberación de los victimarios.
Por varios minutos mantuvieron sus miradas perdidas, frías, desconcertadas; los ministros decidieron “apoyar a los criminales”, sentenciaron.
“Estamos muy indignados, todo lo que pasa en nuestro país está muy claro: en México no existe la justicia ni la democracia, aquí todo favorece la impunidad”, señaló Pérez Vázquez.
Entrevistado tras conocer la resolución, responsabilizó a los ministros de la primera sala de cualquier nuevo ataque que pueda sufrir su comunidad. Acteal representa “un crimen de Estado” que no ha hallado justicia, agregó. Dijo que los responsables intelectuales fueron el ex presidente Ernesto Zedillo, los ex secretarios de Gobernación Emilio Chuayffet y de la Defensa Nacional Enrique Cervantes, y otros actores de los gobiernos federal y estatal.
El tzotzil recordó que Las Abejas son una agrupación pacifista, por lo que no buscarán venganza por el asesinato de 45 indígenas –en su mayoría mujeres y niños–, pero sí continuarán exigiendo justicia.
Por su parte, Diego Cárdenas, integrante del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), quien ha acompañado por años en la lucha por la justicia a Las Abejas, informó que de inmediato se tramitarán medidas cautelares ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para proteger la vida de los tzotziles de aquella comunidad.
“Es una resolución que veíamos venir. Pero las violaciones a que hacen referencia los ministros tienen que ver más con la forma y no con el fondo, no hay ningún pronunciamiento que indique que ellos (los liberados) son inocentes, simplemente que hay deficiencias en la integración de la averiguación previa y en la valoración de las pruebas por parte de jueces y magistrados que conocieron el caso”.
El activista consideró que ni los abogados del CIDE –quienes llevaron la defensa de los paramilitares– ni los ministros –que ordenaron su libertad– conocen el lugar de la matanza, ni los rostros y palabra de los sobrevivientes. “Lo único que conocen son los expedientes”.
Testimonios
El 22 de diciembre de 1997, Elena Pérez tenía casi 19 años; en la matanza fueron asesinados su padre, su hermano y hermana mayores, su cuñada y sus tres hermanitos. Ayer, al escuchar la resolución de la SCJN no pudo contener el llanto. “Ellos son los verdaderos responsables del crimen de Acteal. Los sobrevivientes nunca lo vamos a callar, lloramos sí, por el dolor de no encontrar justicia, pero la vamos a seguir exigiendo porque lo que aceptó la Corte son puras mentiras”, sostuvo en su lengua natal.
“Lloramos porque mañana o pasado que lleguen a las comunidades, ¿qué podemos esperar? Sabemos que ahí tienen guardadas sus armas. Si nos quieren matar, ni modo, vamos a volver a Acteal. Sólo confiamos en Dios y si nos permite vivir nuevamente, sólo él dirá”.
En los hechos de Acteal, María Vázquez perdió a nueve integrantes de su familia. Ahora, a casi 12 años y tras conocer el fallo, sostuvo que “el gobierno y la SCJN favorecen los intereses de los asesinos. Nosotros somos los verdaderos testigos y podemos decir que ellos no son inocentes”.
Demandó al máximo tribunal y a las autoridades federales que “si liberan a los presos resuciten a los muertos”. Y ante el temor por la seguridad de Las Abejas, solicitó a la comunidad nacional e internacional “que no nos abandonen, que se solidaricen; solicitamos la presencia de defensores de derechos humanos para que nos acompañen como observadores y sean testigos de lo que pasará allá cuando se libere a los presos”.
La jornada de Las Abejas inició desde temprana hora, cuando llegaron a la Suprema Corte. De inmediato colocaron carteles y mantas en demanda de justicia y por la no liberación de los “paramilitares”; también fotografías de las víctimas, entre las que se veía a María Vázquez Luna, nacida en octubre de 1997 y sólo unas semanas después víctima de la masacre. Al saberse el fallo dos pequeñas sostuvieron un nuevo cartel: “Suprema Corte de Injusticia liberó a los asesinos”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
La historia de la familia Ramírez es casi como de película. El matrimonio Ramírez compuesto por Enrique Ramírez Miguel y María Villalón...
-
El encargado de despacho de la PGJEM, Alfredo Castillo, explicó que el cuerpo de la niña tardó en emitir un olor fétido debido a que su cue...
-
El voto de castigo. Cartón: Rocha MÉXICO, D.F. (Proceso).- México es un claro ejemplo de la indisociable relación entre una demo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario