Alma E. Muñoz, Antonio Aguilera y Eduardo Ferrer
Enviada y La Jornada Michoacán
Morelia, Mich., domingo 12 de julio. Los principales líderes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) resolvieron privilegiar un acuerdo político en pos de la unidad del instituto. A partir de ello, acordaron que “no se irá en la ruta de las destituciones ni de las exclusiones de absolutamente nadie”.
En un cónclave que se prolongó más de cinco horas, los principales líderes de corrientes aprobaron un resolutivo de seis puntos que fue leído por la gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina, en el cual la cúpula del sol azteca sostiene que promoverá la integración de una comisión de alto nivel que se encargará de elaborar una propuesta de línea política general, que abrirá el camino para que el PRD se presente nuevamente como alternativa de gobierno, especialmente en el contexto de la crisis económica que afecta a México.
Asimismo, elaborarán de manera inmediata una propuesta de política legislativa, que deberán impulsar sus grupos parlamentarios en la próxima legislatura. También acordaron trabajar por la más amplia confluencia de las fuerzas de izquierda con el propósito de ser opción tanto en elecciones locales como federales.
Por último, acordaron la integración de un equipo que refuerce la comisión para la reforma del partido.
La encerrona perredista para evaluar la debacle electoral del pasado 5 de julio –que los ubicó como tercera fuerza política en el Congreso de la Unión, con 12 por ciento en las preferencias a escala nacional– se realizó sin la presencia de los principales líderes: Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
En busca de la unidad
Antes de ingresar al salón, el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy Rangel, reiteró que su propósito y el de sus homólogos de Zacatecas y Baja California, así como del jefe de Gobierno del Distrito Federal, es mantener la unidad del partido y de su grupo parlamentario ante las pugnas entre los dos principales bloques, Izquierda Unida y Nueva Izquierda.
“Va a plantearse también la necesidad de una reforma partidista sobre línea política, sobre prácticas internas, y en eso vamos a trabajar juntos los gobernadores, porque queremos que el partido se mantenga unido, ya que México requiere, sin duda, un partido de izquierda”, sostuvo.
El presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Jesús Ortega Martínez, encabezó el encuentro con los mismos actores con los que se ha venido reuniendo o entablando comunicación desde el inicio de su gestión.
Los principales líderes justificaron su ausencia. Desde el miércoles pasado, López Obrador declinó la invitación que le hizo llegar la secretaria general del PRD, Hortensia Aragón, con el argumento de que encabezaría la ceremonia del triunfo de Rafael Acosta, Juanito, como jefe delegacional de Iztapalapa. La ausencia de Cárdenas Solórzano se debió al fallecimiento de Antonio Ruano Fernández, suegro de su hijo Cuauhtémoc. Ambos estuvieron en el sepelio.
Al cónclave arribaron el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; los gobernadores de Zacatecas, Amalia García, y de Baja California Sur, Narciso Agúndez –quien abandonó la reunión visiblemente molesto 40 minutos después de su inicio–, y el mandatario local, Leonel Godoy, cuyo estado fue escenario de siete ataques perpetrados por presuntos narcotraficantes contra elementos e instalaciones de la Policía Federal.
También acudieron los coordinadores de los diputados federales y de los senadores, Javier González Garza y Carlos Navarrete, respectivamente; los expresidentes nacionales –además de Amalia García y Leonel Godoy– Pablo Gómez y Guadalupe Acosta Naranjo.
En representación de Izquierda Unida asistieron Hortensia Aragón y Alejandro Encinas –cuya presencia aprovechó la dirigente de Izquierda Democrática Nacional, Dolores Padierna, para colarse al cónclave
, lo que no logró David Cervantes, en representación de Izquierda Social-.
Destacó además la presencia de Manuel Camacho Solís, cercano a López Obrador y mentor de Ebrard Casaubon.
La reunión comenzó después de las 19 horas. El primero en llegar fue Jesús Ortega, quien esperó el arribo de más líderes. Pasadas las 18 horas ingresó al salón junto con Hortensia Aragón.
Detrás de ellos, el bloque lopezobradorista, con Alejandro Encinas a la cabeza, seguido de Manuel Camacho Solís, Pablo Gómez y Dolores Padierna, flanqueados por la lideresa del PRD en Michoacán, Fabiola Alanís.
Posteriormente llegaron Guadalupe Acosta Naranjo y los coordinadores parlamentarios. La puerta se cerró con el ingreso de Marcelo Ebrard, quien aprovechó la llegada de Leonel Godoy para eludir a los medios de comunicación. Al final entró Amalia García.
Las ausencias más evidentes fueron las de los gobernadores de Guerrero y Chiapas, Zeferino Torreblanca y Juan Sabines, respectivamente, además de los líderes de corrientes como ADN, Movimiento por la Democracia, Redir, entre otros que fueron excluidos.
Poco después de iniciada la encerrona, dos militantes que dijeron ser oriundos de Jalisco se colocaron frente a la puerta del salón desplegando una manta con la leyenda “Jesús Ortega, renuncia, ¡Así sí gana la gente!”
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