miércoles, 4 de marzo de 2009

La columna de Julio Hernández

Astillero
Letras cargadas

Dos veces la w; ahora la z

Osito cae; relevos íntimos

Julio Hernández López

La aparición de una letra poco usual, la zeta, como criterio para integrar a partir de los apellidos las mesas directivas de casilla de los comicios próximos, reactivó los temores de que se estén montando trampas para desalentar y entorpecer la participación ciudadana y abrir paso a operativos fraudulentos como los que se atribuyeron a brigadas gordillistas en 2006.

Aun cuando el radio de acción derivado de la letra sorteada –la zeta, en este año– puede extenderse a sus áreas aledañas –la a, por ejemplo– para completar el universo de ciudadanos a partir de los cuales mediante insaculación se seleccionará a quienes ocuparán los cargos directivos de las casillas, múltiples quejas en 2006 señalaron que una parte del control faccioso de esas mesas directivas partió de la intencional desorganización previa, de la capacitación insuficiente y errática y de la inasistencia provocada de esos insaculados al momento de abrir la jornada de votación –citatorios mal hechos, avisos equívocos de última hora, llamadas telefónicas para avisar que el nombramiento había sido revocado o que por un error se había expedido a nombre de otra persona–, con lo cual se propició que grupos previamente aleccionados y pagados para tales fines –maestros en la mapachería histórica– estuviesen en los primeros lugares de las filas de apertura de trabajos para sustituir, conforme lo indican las reglas, a los funcionarios incumplidos.

Al respecto, Carlos Tello Díaz, convencido de que los votos en 2006 se contaron bien y que, a pesar de las irregularidades menores y no intencionales, esos comicios arrojaron resultados aceptables, ha señalado que aun cuando a la hora de instalar las casillas sólo hubo necesidad de sustituir a 11.6 por ciento de los funcionarios capacitados por el IFE, porque no estaban presentes en esa apertura, al paso de las horas fueron llegando los faltantes y, un par de horas después, entre 9 y 10 de la mañana, el 96 por ciento de las casillas, prácticamente todas, habían sido integradas con funcionarios capacitados por el IFE, con lo cual quedaría desacreditada una de las mentiras que han sido repetidas en estos meses de conflicto poselectoral, de que hubo un número enorme, abrumador, de funcionarios que fueron sustituidos, y sustituidos por gente del Panal, de Elba Esther, quien llegó a tener bajo su control el IFE.

El sistema de sorteo de letra y mes para ir seleccionando a esos funcionarios de casilla ha sido aplicado en seis procesos de los cuales, curiosamente, tres han contado con letras de alcance muy restringido: en dos ocasiones ha surgido la w y ahora la z. Alonso Urrutia, el experimentado reportero de La Jornada que se ha especializado en la cobertura del IFE, menciona los años, la letra y el mes de nacimiento correspondientes a esos seis procesos: 1994, la t y noviembre; 1997, la w y julio; 2000, la o y abril; 2003, la f y septiembre; 2006, la w y enero, y 2009, la z y julio. La atención de esta columna al tema fue generada por un correo de Humberto Venegas Esnaurrizar, quien alertó: Para las elecciones intermedias de 2009 se está calcando el esquema usado en 2006. Dado los pocos apellidos con w, se invitó a personas con apellidos con letras del final del alfabeto. Mi hija, de apellido Venegas, egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, recibió la invitación del IFE. Después de concurrir a todas las pláticas y entrenamientos, poco antes de las elecciones recibió una muy atenta carta del IFE dándole gracias por su empeño y notificándole que había sido remplazada. Ahora sabemos que la maestra Gordillo introdujo de esa manera a sus huestes

Tres veces las letras poco frecuentes, dos veces la misma y, en dos momentos críticos seguidos (2006 y 2009), la misma aparición, mediante sorteo, de un signo alfabético cargado de sospechas fundadas. Ahora sí, parafraseando al Jolopo clásico: ya nos insacularon, ¿nos volverán a insacular?

Astillas

¿Los cambios felipistas? Más de lo mismo: debilidad ante los poderes fácticos, al grado de ceder la cabeza de un Luis Téllez cuyas verdaderas culpas están en el conflicto de intereses, el tráfico de influencia y el servicio a trasnacionales selectas. Calderón pretende aplacar al gigante Slim con un osito balconeado telefónicamente y exhibido en intimidades sin valía periodística en radiodifusoras aliadas y luego en pláticas sobre temas de gobierno en espionaje guardado. Pero Felipe debe ir preparando concesiones para televisión abierta si de verdad quiere aplacar al estragéticamente enojado multimillonario, aunque se enoje Emilio júnior y ahora el que comience a chantajear sea éste. Los sustitutos son otra confirmación del miedo que tiene el ocupante de Los Pinos a abrirse a políticos o grupos que no pertenezcan al circulito íntimo. Molinar Horcasitas partidizará el manejo de las comunicaciones y repartirá prebendas de ese rubro y de los transportes entre la membresía blanquiazul, y el nuevo directivo del IMSS, Daniel Karam, es otro de los jóvenes favoritos, egresado del ITAM y colocado desde el principio del sexenio fallido en posición de ascender en el organigrama del Seguro Social para aplicar tecnocracias insensibles en el armatoste que el felipismo quisiera liquidar o rematar... En los comentarios hechos ayer a esta columna en la página de Internet de La Jornada, Miguel Gómez señaló: “No se dice ‘Yanquis go home’; se dice ‘Yunques go home’”. Allí mismo, Sonia escribió: ¿Acaso han visto que alguna vez el gobierno gringo haya ayudado a alguien, sin quedarse con el pastel?... El profe Benjamín Cortés Valadez envía una décima: “Cual selección perdedora/ que a pesar de la goliza/ siempre tiene en Televisa/ una porra atronadora,/ quiere así Medina Mora/ que en micrófono y papel/ digan medios en tropel/ que al narco ya se derrota;/ aunque nadie más lo nota,/ sólo Calderón y él”... Y, mientras se pone atención a las huelgas de los cuatro sindicatos de la Universidad Autónoma Chapingo y del Colegio de Posgraduados, que llevan 13 días, ¡hasta mañana, en esta columna con letras claras!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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