El despedido de Los Pinos quiere ser diputado y pastor

Alvaro Cepeda Neri

Prólogo Político

El desmoronamiento del grupo más cercano a Calderón: Mouriño, Germán Martínez y César Nava, marcado por el aún sospechoso accidente donde perdió la vida el gachupín-campechano (ahora con esculturas como “héroe” por órdenes presidenciales y los “barberos” como el “góber” de Chiapas), se continuó con el nombramiento de Martínez para dirigente nacional del PAN (donde ha fracasado).

Y después, no hace mucho, con la baja de César Nava, secretario particular de Calderón, por órdenes de Margarita Zavala, la misma que gusta de la matanza de toros y que parece que no se mete en la “grilla”, pero anda metida a fondo.

Doña Margarita anda impulsando para candidatos a diputados federales a Pablo Orozco de la Garza (dueño de un restaurante que es surtido de productos orgánicos por la mamá de esa doña Margarita) y a Silvia Esther Pérez Cevallos, directora de “logística” (¿con qué se come esto?) de la señora Zavala.

Además, la inquilina de Los Pinos no deja de promover a su hermano Juan Ignacio Zavala, ahora encargado de comunicación en Acción Nacional y su acompañante a las corridas de toros. Pues resulta que la señora fue quien corrió a Nava con todo y que Calderón lo defendió, con el premio de consolación de ser candidato a diputado federal (no por Michoacán, de donde es originario, como su ex jefe, sino por el Distrito Federal).

César Nava, para adornarse de “intelectual” refriteó su escrito sobre la separación de poderes y lo publicó con prólogo del ministro de la Corte, Cosío, el mismo que es muy amigo del “góber” sonorense y éste, por cierto, en ese alto tribunal (lo alto es porque sobresale su edificio por encima de la banqueta y no porque sea un tribunal de calidad) tiene varias controversias de los panistas de esa entidad en su contra.

El librito no sirve ni para estudiantes, dado que es tan superficial que más confunde que ilustra a sus potenciales lectores. Lo anduvo regalando a diestra y siniestra y ni sus simpatizantes en los medios de comunicación lo tomaron en cuenta.

Nava, pues, echado de Los Pinos, busca la diputación con el deseo de convertirse, si gana la elección, en el “pastor” de los legisladores panistas. Pero, no será fácil que obtenga la victoria en las urnas, ya que nadie lo conoce por el distrito donde quiere ventanearse, y donde sus competidores lo pueden sacar, como lo sacaron de la casa presidencial.

Las malas lenguas aseguran que Nava generó un problema de tal naturaleza que doña Margarita intervino y, la moralidad de su religión, la hizo hacerlo a un lado, ya que Nava rompió con su familia, lo cual no está permitido dentro del calderonismo donde las parejas se han de mantener unidas “llueva o truene”.

Así que César y Martínez, los dos de aquel cerrado grupo con Mouriño, ya no son bien vistos en Los Pinos y han de remar en su barca para buscar una playa donde refugiarse. En el entendido de que Martínez también quiere una diputación y ser el “pastor”, con lo cual a los dos les espera un violento choque de intereses.