miércoles, 3 de diciembre de 2008

Dinero por Enrique Galván Ochoa

Enrique Galván Ochoa
galvanochoa@yahoo.com • Foro: http://dinero.tv/tarjetas/foro/index.php

■ Cúpulos defienden su derecho a sembrar miedo

■ Desmoche en Altos Hornos

■ Salario: un dólar al año

El lunes comentaba con ustedes que Felipe Calderón había entregado al jefe del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, Héctor Rangel Domene, la dirección de Nafin y Bancomext. Una ironía: la banca de desarrollo fue creada por el gobierno nacionalista de Lázaro Cárdenas. El centro es una dependencia del Consejo Coordinador Empresarial. Semanas antes Nafin había comenzado a otorgar avales a grandes compañías entrampadas por la falta de liquidez y la desconfianza con la finalidad de que obtuvieran préstamos, pero los avales tal vez les parecieron poca cosa y Calderón terminó dándole la administración de los bancos completitos a uno del consejo (¿manos limpias o manos libres?). Está muy comprometido. El consejo fue autor de dos de los espots que trasmitió la televisión para infundir miedo a los electores con el propósito de que no votaran por el candidato del FAP. El PRD prechuchino se inconformó, el asunto llegó al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y falló –dos años después– en el sentido de que los espots habían violado la ley, por lo que procede que el IFE multe al PAN, al PRI y al partido del niño Muerde. El consejo anunció ayer que presentó una demanda de amparo ante juzgados de distrito en materia administrativa –para que posteriormente sea atraída por la Suprema Corte, dice con prepotencia, ya da como un hecho la sujeción de los jueces– porque “no ha violado la ley”. Supuestamente defiende la libertad de expresión, en el fondo quiere asegurarse la libertad de seguir haciendo terrorismo electoral. Las ganancias son enormes. ¿O cómo es que los cúpulos ganaron el control de los recursos de Nafin y Bancomext?

Desmochadero

“Frente a la compleja situación que priva en el entorno económico mundial, que ha generado una drástica contracción de la demanda de acero en los mercados nacional e internacional”, Altos Hornos de México adoptó un severo programa de ahorros. Aplazó su Proyecto Fénix, lo cual –dice la empresa en una declaración escrita– “representa la cancelación de alrededor de 8 mil 500 plazas de empleados contratados por compañías encargadas de los trabajos de construcción”. Además, decidió adelantar el programa de mantenimiento del horno 4, lo que motivará que se reduzca la producción de acero líquido a lo largo de seis meses. Ello “ocasionará la salida de alrededor de 3 mil 500 trabajadores adicionales de contratistas y servicios, principalmente en el área minas”. Este es un nuevo capítulo en la accidentada existencia de la acerera de Monclova, propiedad de dos empresarios favorecidos por el salinismo, Alonso Ancira y Xavier Autrey. Protagonistas de una de las quiebras más escandalosas de la historia empresarial mexicana –comparable con la de La Cómer–, prófugos, reivindicados, han usado y abusado de sus contactos políticos para salir indemnes.

Un dólar al año

Con tal de que el Congreso de Estados Unidos autorice su rescate, que costará a los contribuyentes alrededor de 25 mil millones de dólares, los altos ejecutivos de las tres grandes firmas automotrices Ford, General Motors y Chrysler, ofrecieron cobrar sueldos de sólo un dólar al año. Y deshacerse de su flotilla de jets privados. Se sacrificarán volando en primera clase.

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