lunes, 29 de noviembre de 2010

“Aquí estoy, todavía no caigo en manos de la injusticia”: Cepeda

El obispo califica de “corrupto” al juez que lleva su causa

Javier Salinas Cesáreo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 29 de noviembre de 2010, p. 12
Ecatepec, Méx., 28 de noviembre. “Aquí estoy. No me estoy escondiendo de nadie, porque no hay ninguna orden de aprehensión contra mí. ¿Me ven acaso esposas? Ni de unas ni de otras”, expresó el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, durante la misa que ofició este domingo.

El jerarca católico se presentó en la catedral de Ecatepec para ofrecer su tradicional misa dominical, luego de que estuvo ausente por un infarto y la operación a que fue sometido el pasado 18 de noviembre.

“Sepan que su obispo realmente estaba enfermo, que tuvo un infarto, que Dios me salvó de éste y que todavía no caigo en las garras de la injusticia, sino espero caer en manos de la justicia y que van a tener obispo para rato.

“Gracias a Dios salí de ésta. ¡Bendito Dios! Le di las gracias, porque por algo me quiere. Todavía haré algo de falta aquí, para que los periodistas no se mueran de hambre y tengan de quién hablar”, manifestó a los cerca de 3 mil feligreses reunidos en la catedral.

Cepeda Silva ofreció durante su misa un mensaje a los feligreses de más de 15 minutos, en el cual se empeñó en explicar los problemas de salud que enfrentó y el proceso judicial en que está involucrado por un presunto fraude procesal por 130 millones de dólares.

“Si ustedes quieren saber la verdad yo se las digo. Como saben, en este mundo todo se vende. Se vende la prensa, la justicia y todo. A mí me quisieron agarrar de chivo expiatorio, pero gracias a Dios soy abogado y no han podido hacerlo”, comentó.
Sostuvo que no existe ninguna orden de aprehensión en su contra, y acusó al juez de la causa de “corrupto”.

“Tenía 10 días a partir de que me avisaron que había perdido ahí y esos 10 días se vencían el martes. Todos decían que era el viernes. No es cierto. Por tanto, el lunes pasado presenté el recurso de revisión del amparo.

“Antes de eso no podía haber orden de aprehensión y después de ello no puede haber hasta que el juez mayor dicte si estoy mal o no. Que si dicta en justicia se darán cuenta que no, que tengo la verdad y el derecho”, enfatizó.

“Les he dicho que a periodicazos se matan las moscas. ¿Me ven cara de mosca? Por eso les digo que a periodicazos no me van a matar, menos con mentiras”, añadió.

El obispo habló sobre su vivencia durante la hospitalización. “¿Qué aprendí? Que soy mortal, o sea, no tengo la vida comprada, que me puedo morir en cualquier momento. Ese era cualquier momento, y aprendí una cosa bien importante: que lo mejor que me podía pasar era estar siempre preparado.

“Llegué al quirófano y empezaron a operarme. Yo alababa a Dios y vacilaba con los doctores, o sea, como que yo tenía paz. ¿Por qué? Porque mi espíritu estaba en paz, porque venía de celebrar misa, de confesar incluso, y decía: ‘Señor, si me llevas ahorita, ahí nos vemos arriba, no hay problema’”, concluyó el obispo.

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