martes, 16 de febrero de 2010

Astillero


Asesino solitario (de alianzas)
Responsable soy yo: G.M
FC, último en enterarse
Julio Hernández López



Fernando Gómez Mont pinta a Felipe Calderón como un personaje tan ausente, distante y mal informado en materia de política interior que habría sido el último en enterarse de los amoríos de su secretario de gobernación con el PRI y sus consecuencias abortadas.
En un extraño giro dado a su original postura de mantener “bajo reserva” los motivos de su malabarista renuncia a la militancia panista, pero no a la máxima silla de Bucareli, el secretario G.M. hizo ayer declaraciones no pedidas por nadie para precisar que la causa de su dimisión fueron las alianzas perreánicas y concretamente la de Oaxaca, pero que estas maniobras fueron realizadas nada más por él, un secretario aprontado que supuso que en su abanico de facultades estaba la de pretender influir en los asuntos internos de los partidos y condicionar candidaturas a gubernaturas a partir de consideraciones subjetivas como sería su enojo o indisposición porque Gabino Cué había sido un fiel denunciante de la condición espuria del licenciado Calderón y ahora pretendía erigirse en aspirante a la sucesión elitista bajo banderas comunes entre las que iría la del PAN.
Él solito habría hecho todo, según las palabras que por sí mismo soltó telefónicamente ayer a Pascal Beltrán del Río, director editorial de Excélsior (quien al final de la llamada hubo de preguntar al funcionario si lo platicado era publicable, pues la deposición fernandina había sido intempestiva y sin precisar si era para fines públicos o de mera precisión en privado). Secretario de gobernación con tanta iniciativa que hizo cambalaches de máximo nivel sin tomar en cuenta la opinión y decisión de su presunto jefe institucional, el ignorante (en esa materia) Felipe que hasta enero habría de conocer la verdad (¡Oh: de las producciones García Luna a las Telenovelas Gomón!), y que de pronto se encontró frente a hechos consumados a los que el sorprendido esposo de la señora Margarita ya no podía dar marcha atrás, preocupado –así lo dijo el afamado miembro de la cuadra jurídica del jefe Diego– por esas traiciones y enredos pero sabedor, oh, sí, de los juegos perversos de la fatalidad que le colocaban a él, Felipe (casi siempre) Cumplidor, en la circunstancia irremontable de haber sido beneficiado por el voto de los priístas para sacar en el congreso los empeños de la nueva fiscalidad santannista pero no poder ahora retribuir el gesto cerrando el paso a las alianzas contranatura que, caray, tan avanzadas llevaba a esas alturas otro personaje autónomo, libérrimo, de conocida independencia de criterio, el estadista César Nava que tan claramente ha establecido una sana distancia entre Los Pinos y el PAN.
Secretario elástico, Gomón, que se sintió facultado para pignorar las decisiones del PAN en materia de alianzas, prometiendo a los priístas que no se asociarían en zonas ya antes muy defendidas por el calderonismo, como ha sido el ulisismo que se ha sostenido en el poder no sólo a base de sangre y fuego locales, sino de arreglos mafiosos en la capital del país con los aliados pinoleros que canjeaban reconocimiento a su “legitimidad” por complicidad e impunidad en Oaxaca. Vaya confesiones de un endeble secretario de gobernación que en su afán por contrarrestar los obuses en su contra disparados desde Los Pinos para responsabilizarlo del incumplimiento de promesas electorales al partido tricolor (ayer, las columnas institucionales de dos diarios nacionales, Bajo Reserva y Trascendió, publicaron similares explicaciones pinoleras del episodio del todavía encargado de Bucareli) hizo saber a quienes lo suponían, pero no podían comprobarlo, que los recursos oficiales y la representación pública son usados para negociar temas de estricta incumbencia partidista, intercambiando en esos tianguis de elite los votos de bancadas legislativas por arreglos de índole partidista y comicial. Gómez Mont debería renunciar a su cargo nomás por esas confesiones y por pretender ahora hacerse pasar por el fallido Mario Aburto de las alianzas perreánicas. Pero el libreto acordado es el sacrificio del alfil de Bucareli (ahora ciudadanizado y, en ese carril, aspirante a 2012) para mantener con vida al presunto Rey incumplido y mortecino.
Astillas
Javier Duarte ha solicitado licencia a su curul federal para estar en condiciones de que su titiritero rojo, Fidel Herrera, lo convierta en guardaespaldas sexenal. El tramposillo Fidel impondrá a su favorito en el PRI, tratará de cerrar el paso al gordillista Miguel Ángel Yunes (inflando a Gerardo Buganza) y usará a Dante Delgado como elemento divisor que al final convalidará el negocio jarocho tan cantado... Cesarín Nava y Juan Molinar Horcasitas coincidieron ayer en un hotel del DF con Mario López Valdés, el candidato del priísta Juan S. Millán a la gubernatura de Sinaloa al que el actual administrador comercial del estado, Jesús Aguilar Padilla, no quiere como aspirante priísta a la sucesión. Malova, como llaman al senador, podría dejar el bando tricolor para convertirse en nuevo adalid de la democracia postulado por una alianza perreánica, sobre todo porque Manuel J. Clouthier júnior no parece tener la enjundia suficiente para enfrentarse en aquella tierra emblemática al poder verdadero, el del cártel dominante y sus aliados priístas. En Culiacán, mientras tanto, dejaba la presidencia municipal el candidato oficial al relevo en el gobierno estatal, Jesús Vizcarra Calderón, socio comercial y político del gobernador saliente, Aguilar Padilla... En Oaxaca asoma la mano dura, ensangrentada, de Jorge Franco (represor estelar en 2006), que renuncia a la presidencia estatal del PRI en busca de relevar a su cómplice Ulises Ruiz (esa renuncia, ¿instrucción de URO o presión de Franco para cerrar el paso al presunto favorito, Eviel Pérez Magaña?)... Y, mientras la Corte desecha otra iniciativa vaporosa de Juanito Sabines en Chiapas, ¡hasta mañana, con Ciudad Juárez, Cananea, Chalco y Angangueo en la ebullición social!
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