sábado, 10 de junio de 2017

Tragedia en San Jerónimo: Batalla por custodia de hijos termina en suicidio colectivo

Mireya Agraz optó por matar a sus tres hijos para no entregarlos a su ex pareja, a quien había acusado de abuso sexual y violencia intrafamiliar.


Fue una batalla legal por la custodia de los hijos de una pareja que se separó. Fue un largo litigio que derivó en la muerte de cinco personas y una sobreviviente.
¿Fue suicidio colectivo? Así parece, al menos de los adultos.
Después de una larga y dura batalla legal por la custodia de los niños, este miércoles Mireya Agraz Cortés decidió, en un acuerdo con sus padres, poner fin a la vida de sus tres hijos y quitarse la vida propia. Y así lo hicieron, si bien la abuela sobrevivió.
La tragedia ocurrió después de que Mireya perdió la custodia de los menores, pero se negó a entregarlos a su padre, el abogado Leopoldo Olvera, a quien desde el año pasado había acusado de abuso sexual y violencia intrafamiliar, hechos que no fueron comprobados.
Mireya ya se había negado a entregar a los niños en dos ocasiones, y estaba advertida por las autoridades de que, en caso de negarse por tercera ocasión, sería encarcelada.
Por ello, la madre y los abuelos dieron un ‘cóctel’ de pastillas a un niño de 9 años y unas gemelas de 6, lo que les provocó la muerte. Después, los tres adultos ingirieron las mismas sustancias, con la intención de suicidarse.
En el hecho murieron Mireya y Enrique Agraz, de 70 años, cuyos cuerpos fueron hallados en el domicilio marcado con el número 907 de San Bernabé, de la colonia San Jerónimo Lídice, en la delegación Magdalena Contreras. Rosa María, la abuela de 60 años, sobrevivió y se encuentra internada en un hospital.
Junto a los cadáveres, las autoridades encontraron un mensaje póstumo que el abuelo dejó a su otro hijo, en el cual le pide que si la familia sobrevivía a la ingesta de pastillas, les diera “un tiro a cada uno”.

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